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REAL MADRID

Hay dos Camavingas

Uno antes del Mundial, donde sólo había jugado 7 de 21 partidos como titular (33%). Otro después de Qatar, cuando ha salido de inicio en 13 de 15 encuentros (86%).

Camavinga, durante un calentamiento.
Camavinga, durante un calentamiento.Julio MuñozEFE

Hay dos Camavingas. Uno antes del Mundial y otro después. Antes de la cita de Qatar, el ex del Rennes sólo había sido titular en 7 de 21 partidos jugados por el equipo (el 33%) esta temporada, y ninguno de ellos con mucho escaparate. Tras el Mundial, en cambio, Camavinga ha jugado de inicio 13 de 15 (el 86%). Podría decirse que ha cambiado de un plumazo su estatus en el equipo, y lo ha hecho aprovechando la puerta que se le abrió en el Mundial para jugar de lateral. Deschamps lo utilizó en esa demarcación y recordó a Ancelotti que en realidad fue él quien vio primero que el francés puede actuar ahí. El 28 de septiembre de 2021, el Real Madrid perdía contra el Sheriff por 1-2 en el Santiago Bernabéu. En el segundo tiempo, ante la desesperación por no marcar, Ancelotti colocó a Camavinga de lateral izquierdo para intentar atacar con el mayor número de efectivos. El joven de 20 años nunca pensó que ese detalle pudiera ser tan importe, en el futuro, para su trayectoria en el equipo.

Posteriormente, el de Cabinda ha sabido ser paciente, tapar el hueco que había en la izquierda y luego aprovecharse las lesiones de Tchouameni para, se podría decir, quitarle el puesto. Si Camavinga ha jugado los últimos diez partidos como titular en el Madrid, tres de ellos han sido ya en la posición de pivote defensivo, todos con muy buen resultado: Elche (4-0), Osasuna (0-2) y Anfield (2-5). “Jugando más atrás, con más visión del campo, mejora”, llegó a conceder Ancelotti, que también es consciente de que debe de pasar mucho más tiempo para que termine afianzándose en esa posición en la que no se pueden cometer errores con el balón en los pies. En el derbi jugará su cuarto partido seguido de inicio en el puesto, junto con el de Anfield, cita de altos vuelos.

El mismo Camavinga no ha escondido que la posición en la que se encuentra más cómodo es el centro del campo. “Es evidente que es donde me gusta jugar, el Madrid me fichó para eso”, ha llegado a decir sin abandonar, eso sí, el discurso típico en estos casos: “Pero estoy aquí para ayudar al equipo. Jugaré donde me pida el míster”. En realidad, son tres las posiciones factibles para él. La de pivote defensivo (a lo Casemiro), la de interior (a lo Modric o Kroos) o la de lateral izquierdo. Desde que llegó al Madrid ha disputado 42 partidos como interior (dos goles, dos asistencias), 26 como pivote (una asistencia), y cinco en el lateral izquierdo.

Ya ha frenado su ímpetu.

También hay dos Camavingas en otro aspecto. El que era incapaz de contenerse en el campo y veía amarillas con facilidad y el que, por el contrario, sabe gestionar los partidos. De este modo, el francés lleva ocho encuentros seguidos sin ver tarjeta amarilla. Algo que no era frecuente en él y que le ha podido dar la continuidad que antes no estaba teniendo. Camavinga había visto amarilla en cinco de los seis anteriores partidos a esa secuencia de diez sin cartulinas. De hecho, era protagonista de un dudoso récord. Ancelotti se vio obligado a sustituirle siete veces en el descanso (la última en la Supercopa ante el Barça), tras haber sido titular, porque ya estaba amonestado y había riesgo evidente de que terminara expulsado.

“Yo creo, precisamente, que ese ímpetu es una cualidad. Intenta cortar pases y a veces llega tarde. Pero no nos preocupa. El ímpetu lo debe tener, aunque a veces le toque recibir una amarilla”, intentaba trivializar sobre Camavinga, Ancelotti, cuando ha sido preguntado al respecto. Sin embargo, de puertas para adentro, del mismo modo que se ha trabajado la definición de Vinicius con muy buen resultado, también se ha pulido la actitud de Eduardo en los partidos. Y ha funcionado. Ocho seguidos sin ver cartulina. Es otro Camavinga, en eso y en su juego, y se ha ganado el derecho a ser titular en su puesto.