El penúltimo desafío de Bravo
El portero admite que nunca barajó salir: “Era quedarme o terminar mi carrera”. Esta vez tiene a Rui Silva por delante en la particular batalla.
Claudio Bravo espera su turno para entrar en liza en la Liga. El chileno fue uno de los protagonistas del Betis en el tema de los no inscritos y su inicio de campaña está condicionado por ese freno que también puso su nombre sobre la escena de un posible adiós. “Era quedarme o terminar mi carrera”, incidió Bravo en una entrevista con Canal Sur Radio. No había otra vía pese a que sí hubo ofertas sobre la mesa. Su deseo fue quedarse en Heliópolis. E incluso mira al devenir con la esperanza de no descartar otro curso más como guardameta verdiblanco: “No tengo la visión tan lejana en cuanto a extender mi carrera en otro lugar. Si es aquí, lógicamente sí, pero tienen que pasar algunas cosas”.
En medio de ese vertiginoso guiño al futuro aparece un presente repleto de desafíos renovados. Bravo se ganó la confianza de Manuel Pellegrini desde el inicio y ahora resetea su papel para tratar de volver a ser la pieza número uno en esa rotación algo dispar de la portería bética. No jugó aún en la Liga, pero sí lo hizo en los dos choques de la Europa League. No hay conformismo en el chileno, que pretende disparar su tiempo de juego y tener opciones de ganarle esa batalla particular a Rui Silva.
En la ambición de Bravo también está la experiencia que reina que ese vestuario verdiblanco. Pellegrini encuentra en él una baza semejante a la de Joaquín. Y el portero sabe bien el peso que tiene el portuense en este proyecto: “Los vestuarios necesitan de gente grande, que se haga respetar, de gente que haga seguir al resto. Hay cosas que no se compran en una farmacia. Los demás te siguen viendo entrenar, que sigues compitiendo como si lo hicieras con 20 años y eso lo transmite y le hace bien al vestuario”. Bravo, mientras, persigue sus propios desafíos a las puertas de dibujar un futuro con muchos interrogantes.