El gran reto de Oblak
El portero encara su novena temporada como rojiblanco con la ambición de lograr su sexto Zamora tras una temporada gris como la pasada.
La que comienza es la novena temporada de Oblak en el Atlético. El guardameta que llegaba siendo casi un niño en el verano de 2014 procedente del Benfica (21 años tenía) no sólo es ya leyenda por sus paradas y partidos, también inicia la 2022-23 con una renovación por cinco temporadas más (acababa en 2023, lo hará en 2028) y un reto mayúsculo. En realidad es el mismo que el del año pasado: ser el primer portero de LaLiga en lograr seis Zamoras.
Nadie lo ha logrado antes. Los que más cerca se quedaron son los que están igual que él: Víctor Valdés y Ramallets, ambos con cinco Zamoras, como el esloveno. Logrado en cinco de sus ocho temporadas, estaba llamado a lograrlo la pasada, así eran sus números, apisonadoras sus paradas, siempre como goles, pero entonces Oblak se mostró más humano que nunca. Muy irregular (sobre todo al comienzo de la temporada) encajó más que nunca, recibiendo por primera vez más de un gol por partido (1,12 el promedio, lejos del 0,51 que logró en su mejor año, la 2015-16).
En solitario
Fue ahí cuando inició una larga carrera de Zamoras que sólo dos hombres han sido capaces de arrebatárselo en cuanto se asentó en la portería rojiblanca (cuando llegó al Atlético, lesionado, Miguel Ángel Moyá se convirtió en el portero titular por su rendimiento y paradas, algunas decisivas como en la Supercopa de España que los rojiblancos le ganaron al Real Madrid). El primero de ellos fue Courtois en 2019-20. El segundo, Bono, guardameta del Sevilla, la pasada.
La incorporación de Reinildo el pasado enero devolvió a Oblak el candado de su portería, regresando éste a registros normales y no a ese que le quedaba extraño, como un traje demasiado grande: uno de cada dos disparos que recibía, acababan en su red. La 2022-23 se inicia con ese reto en la cabeza. Volver a ser el Zamora, el primero con seis en LaLiga española. Enterrar en lo más profundo del año pasado las dudas, sus guantes humanos. En cuatro días le toca estrenarlos.