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ATLÉTICO-ESPANYOL

Catorce entrenadores contra Simeone en más de una década

Desde que llegara al banquillo del Atlético en enero de 2012, hasta 14 técnicos distintos han pasado por el del Espanyol. Aguirre y Rubi, los más fructíferos. Pochettino fue el primero.

Quique Sánchez Flores y Simeone.
Rodolfo Molina

El 7 de enero de 2012 Diego Simeone debutó ante el Málaga (0-0) como entrenador del Atlético de Madrid. Ha transcurrido más de una década en la que el técnico rojiblanco ha fraguado un equipo con sello que ha levantado dos Ligas, dos Europa League, dos Supercopas Europeas, una Copa del Rey, dos Supercopas españolas y ha perdido dos finales de la Champions. Ahora que su continuidad se debate más que nunca (fuera de Europa y a nueve puntos del líder en la Liga), recibe a un Espanyol contrario, reflejo de la inestabilidad. Simeone saludará esta vez a Diego Martínez, el decimocuarto técnico en estas 11 campañas.

Pochettino, el más longevo

Compañeros en la selección argentina, Mauricio Pochettino fue el primer entrenador del Espanyol que conoció Simeone. El técnico perico, que había salvado milagrosamente a los blanquiazules de un descenso cantado en 2009, tuvo continuidad tres temporadas completas. En la 2011-12, el Espanyol era noveno cuando Simeone llegó al banquillo atlético. Acabó la competición el decimocuarto, eliminado además por el Mirandés en los cuartos de final de la Copa del Rey, lo que supuso una decepción enorme para el Espanyol. La magia de Pochettino empezó a desaparecer a partir de aquel partido en Burgos. El comienzo de la campaña 2012-13, con un Espanyol sin apenas liquidez y margen para fichar, fue horroroso: nueve puntos en 13 jornadas. El técnico fue despedido. Durante este periodo de diez años ha entrenado a Southampton, Tottenham y PSG, y su nombre se ha vinculado en varias ocasiones al Real Madrid.

Longhi, bombero de un día

Después del despido de Pochettino y antes de la llegada de Javier Aguirre, a Raúl Longhi, que entrenaba al filial en aquel momento, se hizo cargo del primer equipo para dirigir un encuentro de Copa del Rey ante el Sevilla. Todo estaba prácticamente decidido del partido de ida y el Espanyol cayó por 0-3.

Aguirre y Simeone.
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Aguirre y Simeone.RODOLFO MOLINADIARIO AS

Aguirre, una huella imborrable

El técnico mexicano llegó al rescate de ese Espanyol en apuros. “No quiero que controléis ni un balón”, les dijo a los jugadores en su debut ante el Granada. El Espanyol empató. El enfermo sin solución empezó a curarse y acabó la temporada 2012-13 con 44 puntos, ocho por encima del descenso. Aguirre tuvo continuidad el curso 2013-14. Se formó un equipo con apenas un millón de euros en fichajes, la mayoría procedentes de Segunda, pero el actual entrenador del Mallorca les sacó un rendimiento alto. En la jornada 30 tenía 40 puntos y estaba a ocho de Europa. Pero cayó en picado. Hizo dos puntos de 24 y se libro del descenso por solo tres puntos. El técnico no renovó.

Los contrapuntos de Sergio

El segundo entrenador del filial en la campaña 2013-14 se convirtió en el del primer equipo. Sergio González, uno de los históricos jugadores pericos en los años 90 con la famoso Generación de la Intertoto, quien hasta Dani Osvaldo fue el traspaso más caro de la historia del club (16,8 millones de euros), empezó de pie en el Espanyol. En su primera campaña, la 14-15, el equipo capitaneado en el campo por Sergio García llegó a las semifinales de la Copa del Rey y se salvó sin apuros. Fue décimo con 49 puntos, a seis de Europa. El curso siguiente, ya con las negociaciones avanzadas entre los máximos accionistas del Espanyol y el actual dueño Chen Yansheng, el técnico fue despedido en diciembre cuando el equipo estaba aún lejos del descenso.

Galca, experimento fallido

Sin apenas experiencia en los banquillos, Constantin Galca llegó al Espanyol en diciembre de 2015. Uno de sus primeros encuentros fue ante el Barcelona, un derbi que acabó 0-0 y que reforzó al técnico rumano por la puesta en escena del equipo. No obstante, sus meses fueron un calvario para todos. El Espanyol no se salvó hasta la jornada 37 y por el camino fue goleado estrepitosamente en el Bernabéu (6-0), en el Camp Nou (5-0), en Las Palmas (4-0) y ante la Real Sociedad en casa (0-5). El presidente lo aguantó pero no lo renovó cuando expiró el campeonato.

Quique, de la ilusión a la cruda realidad

El gran futuro de Champions que prometió Chen tuvo en Quique Sánchez Flores, curiosamente el técnico que precedió a Simeone en el Atlético, su conductor. Al entrenador madrileño se le dieron los mandos del coche de Fórmula 1 en el que se iba a convertir el Espanyol. En la primera campaña, la 16-17, y tras una inversión de 18,4 millones, el equipo perico fue de menos a más y acabó octavo con 56 puntos, la máxima puntuación de la historia del RCDE Stadium, con una manera de jugar práctica del agrado del técnico. Pero todo se rompió justo después. Los cimientos eran de papel. El Espanyol sobrepasó el límite salarial y tuvieron que llegar futbolistas que no quería el técnico. “No soy feliz”, dijo en el último partido de pretemporada en Nápoles. Quique fue despedido tras su frase “no damos para más” a falta de cinco jornadas para final del curso 17-18.

Gallego, del cielo al infierno

Después del adiós de Quique, con un Espanyol en la zona baja pero sin a priori riesgo por el descenso, el entrenador del filial se hizo cargo del equipo. David Gallego contó desde el comienzo con el apoyo de una plantilla que quería reivindicarse. Y sus resultados fueron inmejorables. El Espanyol ganó cuatro partidos y empató uno. Entre ellos, derrotó por 0-2 al Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano, y fue el primer en lograrlo. Con el paréntesis del curso 2018-19, Gallego cogió al equipo que compitió en Europa en la campaña 2019-20. Un verano difícil en el que el técnico no se hizo con los jugadores ni pudo plasmar sus ideas. Fue despedido apenas en la jornada 8 del campeonato después de sumar cinco puntos.

Simeone y Rubí.
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Simeone y Rubí.DANI SANCHEZDIARIO AS

Rubi, la oportunidad perdida

Después de ascender al Huesca, el director deportivo Óscar Perarnau apostó por Joan Francesc Ferrer, Rubi para iniciar un nuevo proyecto en la campaña 2018-19. Un técnico con pasado en el club, que iba a apostar por la cantera y con un juego ofensivo como antídoto a la desafección perica. Su temporada pudo parecer una montaña rusa. El Espanyol solo perdió dos de los primeros 11 partidos de Liga y se situó segundo. Después sumó tres puntos de los siguientes 33, una racha que estuvo a un tris de llevarse al técnico. En las últimas diez jornadas, los blanquiazules no perdieron y se metieron, 12 años después, en Europa. Con Rubi se consolidaron jugadores como Marc Roca u Óscar Melendo y asomaron los Adrià Pedrosa o Javi Puado. El técnico, tentado por el Betis y sin la certeza de que el equipo se iba a mejorar, aceptó la propuesta bética.

Machín, tiempo perdido

Después del adiós de David Gallego, en la jornada 8 del curso 2019-20, Pablo Machín llegaba con el aval de completar grandes temporadas en Girona y de mantener en Champions al Sevilla hasta su despido. El técnico, enrocado en su 3-5-2, no supo encontrar la tecla ni tampoco logró ganarse al vestuario. Sumó cinco puntos en los más de dos meses que dirigió al equipo y fue despedido en la última jornada del año. El Espanyol ya estaba abocado al sufrimiento final. El paso del técnico soriano fue una decepción y a los blanquiazules solo les quedaba la última bala para salvarse.

Simeone y Abelardo.
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Simeone y Abelardo.GORKA LEIZADIARIO AS

Abelardo, de la luz al desánimo

Aunque Francisco Rufete, director deportivo oficioso en aquel momento, se postuló para hacerse cargo del equipo, finalmente apostó por Abelardo Fernández. El técnico había obrado una espectacular remontada el curso anterior con el Alavés y esperaba repetir lo mismo con el Espanyol. No fue posible. Pese al buen comienzo (2-2 ante el Barcelona) y los refuerzos de Raúl de Tomás, Leandro Cabrera y Adrián Embarba, el Espanyol quedó apeado de la Europa League de forma dura ante el Wolverhapton, de la Copa del Rey ante la Real Sociedad y perdió un partido clave de la Liga en Valladolid. El equipo se sumergió en tinieblas y llegó la pandemia. Sin confianza ya, el técnico asturiano fue despedido de manera esperpéntica con el equipo hundido a falta de siete jornadas.

Rufete, el esperpento

Ataviado con su gorra, el director deportivo Francisco Rufete asumió el banquillo en las últimas siete jornadas, lo que reforzó su figura ante el presidente Chen. La salvación pasaba por ganar al menos cinco partidos. Un reto imposible. De hecho, el Espanyol no ganó ni uno. Sumó un empate en la última jornada ante el Celta. Rufete logró los peores resultados de un técnico en el banquillo del Espanyol.

Vicente Moreno, el incomprendido

Llegó Vicente Moreno procedente del Mallorca, equipo que acompañó al Espanyol a Segunda División. El técnico contó con la plantilla más preparada de Segunda y con el equipo con más presupuesto de la historia en la categoría, y logró la salvación con solvencia aunque con algún desliz. El equipo campeonó en la última jornada pese a perder ante el Alcorcón. No convencía demasiado el juego del equipo, aunque el técnico debía hacer malabarismos para soldar el equipo. Ya en Primera, y después de una notable primera vuelta con 24 puntos, una mala racha empezó a hacer mella en la confianza del público. Cuando en el partido ante el Real Madrid en el Bernabéu, el técnico cogió por el cuello a RdT, algo se rompió. La fotografía necesaria para que Chen decidiera despedirlo a falta de dos jornadas. Un gesto que sobró para un técnico que cumplió con creces con los objetivos clasificatorios.

Simeone y Vicente Moreno.
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Simeone y Vicente Moreno.JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Blanco, el fugaz

Luis Blanco, que ahora dirige el filial, se hizo cargo del equipo durante dos jornadas de Liga en las que el Espanyol logró dos empates. Una situación imprevista y poco sencilla que el técnico de la casa resolvió con suficiencia.

Diego Martínez, contra la historia

La historia circular parece repetirse con Diego Martínez. Aunque su figura ha unido a los aficionados y encuentran en el técnico gallego un líder avalado por su gran etapa en Granada, los resultados empieza a erosionar su figura. Hay en Diego Martínez un poco de Quique Sánchez Flores al reconocer que el equipo debe ir siempre el límite y habrá que sufrir, también de Vicente Moreno en las críticas vertidas por el juego del equipo e incluso algo de Gallego en la dificultad por encajar las piezas. La plantilla, coja en algunas posiciones y con deficiencias en la portería, no le ayuda, pero todos tienen fe ciega en el que todos esperan que sea, por fin, en una especie de Simeone perico.