Carles, el poder discreto
Figura trascendental para entender muchas cosas que han pasado en las últimas décadas en Catalunya a nivel empresarial, económico, mediático y en el FC Barcelona.
Ayer domingo a mediodía se conoció la noticia de la muerte de Carles Vilarrubí a los 71 años. Figura trascendental para entender muchas de las cosas que han pasado en las últimas décadas en Catalunya a nivel empresarial, económico, medios de comunicación y también en el FC Barcelona.
En todos esos ámbitos, y también en el gastronómico, que era su gran pasión, Vilarrubí se mostró con una prudencia que para nada se correspondía con el poder que ostentaba. Todo el mundo le escuchaba, todo el mundo quería saber su opinión y todo el mundo hubiera dado lo que no tenía por disponer de su agenda y de sus contactos.
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En el FC Barcelona ejerció como vicepresidente institucional en los mandatos de Sandro Rosell y de Josep Maria Bartomeu. Era un cargo dibujado para una persona a la que nadie osaba no cogerle una llamada. Él también era generoso en las peticiones en la medida de lo posible. Su salida del Barcelona fue el 1 de octubre del 2017 justo después de que el Barça jugara su partido ante la UD Las Palmas mientras en toda Catalunya se vivían las cargas policiales contra la población que trataba de hacer un referéndum. Puede que ese fuera el primer día en el que Vilarrubí decidiese dar un paso al frente y dejar de ejercer el poder discreto.
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