Pablo Martínez libera Riazor y deja al Nàstic sin liderato

No hay quinto malo, se suele decir en el argot taurino. Eso lo aplicó el Deportivo, porque fue el número de partidos que ha necesitado para que Riazor celebre una victoria. Un triunfo de negro y blanco, porque el Nàstic fue muy superior en el primer tiempo y los coruñeses lo barrieron el segundo. Importante victoria gracias a un gol de Pablo Martínez, que tras año y medio de blanquiazul eligió el día para estrenarse. Un tanto de estrategia después de perdonar seis claras ocasiones, aunque la gran actuación de Varo también tuvo mucho que ver. Segundo triunfo consecutivo para los de Idiakez, que siguen con su constante escalada hacia la zona alta. Además, tres puntos ante el líder, que perdió esa condición después de caer derrotado y encadenar cuatro partidos consecutivos sin ganar. El Nàstic demostró en el primer tiempo hasta donde pueden llegar, pero en el segundo también que son vulnerables a poco que bajen los brazos.

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La propuesta inicial de Idiakez y Dani Vidal fue la esperada, con la tranquilidad para el técnico blanquiazul de comprobar que Salva Sevilla llegaba a tiempo para el partido. Con las cartas previstas sobre la mesa, la puesta en escena tuvo un claro color visitante. Mejor en la presión y el robo, mejor en el trato de balón, encontrando espacios a la espalda de los laterales y con un Andy tan suelto que incluso buscó sorprender desde el centro del campo a Mackay. Veinte minutos tardó el Depor en dar señales de vida. Fue con un disparo de Lucas Pérez que envió Varo a córner, pero enseguida el peligro y el dominio cambió de nuevo de área. En el minuto 26 llegó el gol del Marc Martínez, pero fue anulado por falta previa de Jardí sobre Pablo Vázquez. Discutible, aunque pareció. Lo que no se podía discutir era la sensación de líder de los tarraconenses y el colapso total de los de Idiakez.

Pasada la media hora, los blanquiazules lograron sentirse vivos tras un robo de Lucas Pérez que acabó con un peligroso remate de Villares desde la frontal. De nuevo, una gota de agua frente al torrente visitante, pero que sirvió para despertar al adormilado Deportivo. De pronto los coruñeses lograban ganar duelos, recuperar balones por posicionamiento en el campo y estirar a los laterales. Nada abusivo, ni mucho menos, pero al menos los de Idiakez parecían estar en el mismo partido, aunque la incapacidad para que llegase un balón a Martín Ochoa era un buen resumen de la pájara gallega. Con todo, incluso estuvieron a punto de irse al descanso con ventaja después de un gran pase de Lucas que Hugo Rama remató escorado y que Varo logró despejar con los pies.

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El segundo tiempo comenzó como el primero, con Varo sacando con los pies un peligroso remate de Lucas Pérez. Aviso y acoso inicial de los herculinos, algo novedoso en la noche. Tanto, que el 51′ incluso apareció Martín Ochoa, pero su cabezazo en una posición franca salió alto. La siguiente fue más clara. Un mano a mano para Lucas Pérez tras un gran pase de Ochoa que el Monelos, que no atraviesa su mejor momento de cara a gol, erró ante un Varo que ya era decisivo. Gran cuarto de hora con un Paris Adot estelar, pero como le ocurrió al Nàstic en el primer tiempo, sin premio después de seis ocasiones consecutivas. La recompensa a la insistencia llegó a balón parado, con un córner de Lucas que cabeceó Pablo Martínez para lograr un gol que buscaba como blanquiazul desde su llegada la pasada temporada. Con veinte minutos por delante, los coruñeses no renunciaron al segundo, pero sobre todo minimizaron a un Nàstic incapaz que terminó con diez por la expulsión de Concha en la recta final.

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