FIFA
La FIFA comunica los motivos por los que sancionó a Rubiales, que ya puede recurrir
37 días después de anunciar su inhabilitación, la FIFA publica los razonamientos seguidos para llegar a la sanción. A partir de ahora, Rubiales podrá recurrir.
Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ya conoce los motivos con los que la FIFA ha argumentado su inhabilitación de tres años para ejercer cualquier actividad relacionada con el fútbol por su beso en la boca no consentido a Jenni Hermoso durante la celebración del título mundial de España en Sídney. El Comité Disciplinario de la FIFA decidió inhabilitarle con tres años por comportarse de manera contraria a los principios consagrados en el artículo 13 de su Código Disciplinario. La sentencia está firmada por Jorge Iván Palacio y consta de 35 páginas. A partir de este momento Rubiales puede presentar su recurso a la sentencia. La inhabilitación supone que Luis Rubiales no puede tener ninguna relación con la actividad futbolística federada. Es decir, por ejemplo, ni puede organizar un partido, ni ocupar ningún cargo en ningún club o Federación.
En sus razonamientos, el Comité Disciplinario hace referencia no solo al beso de Rubiales a Jenni, sino también al gesto de tocarse los genitales en el palco, al momento en el que levantó a Athenea del Castillo por encima de sus hombros sujetándola por las piernas y al beso a Olga Carmona. En la investigación se han tenido en cuenta diversas pruebas, entre ellas el vídeo en los vestuarios en el que Jenni Hermoso decía que no le había gustado el beso o la entrevista en la Cope en la que Rubiales se defendía en un primer momento, así como el vídeo de la RFEF en el que el ex presidente de la RFEF afirmaba que debía disculparse al no haber “otra alternativa”.
LA FIFA basa su resolución en la aplicación del artículo 13 de su Código Disciplinario. “Toda persona que atente contra la dignidad o la integridad de un país, una persona o un colectivo de personas empleando palabras o acciones despectivas, discriminatorias o vejatorias (por el medio que sea) por motivos de raza, color de piel, origen étnico, nacional o social, género, discapacidad, orientación sexual, lengua, religión, posicionamiento político, poder adquisitivo, lugar de nacimiento o por cualquier otro estatus o razón será sancionada con una suspensión que durará al menos diez partidos o un periodo determinado, o con cualquier otra medida disciplinaria adecuada”, reza este artículo.
En sus conclusiones, el Comité Disciplinario asegura que “hoy en día, España es un ejemplo de igualdad de género y de su compromiso con esta lucha, como lo demuestra su Selección Nacional de fútbol femenino, especialmente en el contexto del presente expediente disciplinario. Este gesto está empañando definitivamente la imagen de España y la comprensión general de la cultura española”. Además, considera que “el Demandado, lamentablemente, arruinó la experiencia de la Copa Mundial a muchos, empezando por la jugadora y sus compañeras de equipo que acababan de convertirse en campeonas del mundo por primera vez en su historia. Por lo tanto, el Comité estaba firmemente convencido de que el Demandado, con su comportamiento, desprestigió el deporte del fútbol y/o a la FIFA a nivel mundial”.
Sobre el beso a Jenni el Comité se muestra mucho más duro: “A este respecto, y como observación preliminar, el Comité consideró esencial subrayar que tal beso, emanado del presidente de una federación a una jugadora del sexo puesto del equipo nacional bajo su dirección y responsabilidad, era totalmente inaceptable. Esto, independientemente de que hubiera sido consentido o no. De hecho, al representar a todo un país entero -que acababa de ganar el torneo femenino más prestigioso- y al ocupar el más alto cargo dentro de la federación, se espera que su presidente se comporte con el máximo nivel de compostura y discernimiento. En otras palabras, se espera que adopte una actitud irreprochable, lejos de la mostrada durante la ceremonia de la entrega de premios”.
Llama la atención también las declaraciones voluntarias de Mark Aspden y Chris Nikou, presidentes de las federaciones de Nueva Zelanda y Australia respectivamente, presentes en la final. Ambos aseguraron en un escrito remitido a la FIFA que Rubiales “se mostró agresivo en cuanto a la posición que debía ocupar en la ceremonia de entrega de medallas”, lo que consideraron “inapropiado e innecesario”. Ambos profundizan sobre este momento indicando que Rubiales y su equipo se mostraron “prepotentes” en el túnel de vestuarios antes de la entrega de medallas formando una fila delante de las autoridades que debían entregar las preseas, llegando incluso a recibir una llamada de atención del personal de la FIFA, que les separó. Según el presidente australiano, el tono de Rubiales al responder “fue desagradable e innecesariamente agresivo”.
La FIFA también desvela en su informe que la presidenta de la federación inglesa (FA, por sus siglas en inglés), Debbie Hewitt, acusó al expresidente de la federación española Luis Rubiales de conducta “inapropiada” con las jugadoras inglesas en la ceremonia de entrega de trofeos del pasado Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Hewitt habló como testigo en el caso disciplinar de la FIFA contra Rubiales. La presidenta de la FA, que estuvo al lado de Rubiales en la entrega de medallas, aseguró que el tono de voz del español fue “desagradable e innecesariamente agresivo” con los trabajadores de la FIFA, antes de acusarle de conducta impropia con las jugadoras de Inglaterra. Según Hewitt, Rubiales “acarició” la cara de Laura Coombs y “aparentemente besó de forma forzada” a Lucy Bronze en la cara. Sobre el momento en el que las jugadoras españolas subieron a recoger sus medallas, Hewitt apuntó que las “agarraba muy fuerte”, a algunas “les acariciaba la espalda”, les “agarraba del brazo” y les “levantó del suelo”. “Esto me hizo estar muy incómoda y avergonzada”, añadió Hewitt.
Rubiales contestó a las palabras de Hewitt asegurando que es algo “increíble” y le acusó de “tener prejuicios” contra él, además de asegurar que es una hipócrita porque ella también abrazó a las jugadoras de su equipo. “Aplicando la misma lógica, sus abrazos también podrían entenderse como un contacto físico no consentido. La hipocresía es evidente”, dijo Rubiales durante la audiencia.
Respecto a su actitud hacia Coombs, la justificó diciendo que trató de consolarla porque había estado lesionada durante la final, había necesitado puntos en la cabeza y llevaba un vendaje en esa zona.
Chris Nikou, presidentes de las Federación de Australia también hizo referencia al comportamiento de Rubiales con las jugadoras inglesas, en concreto cuando “acarició en la cara a Laura Coombs, lo que me pareció extraño, y luego besó aparentemente con fuerza en la cara a Lucy Bronze”.
Así mismo, los presidentes Mark Aspden y Chris Nikou aseguran haber sido testigos de cómo trató de forma incorrecta a otras jugadoras españolas además de Jenni Hermoso al “abrazar y besar por la fuerza a otras jugadoras en sus mejillas, sujetándoles la cabeza y tocando indebidamente partes de sus cuerpos”. Ambos terminan mostrándose favorables a una sanción al considerar que “es plenamente consciente de las responsabilidades que conlleva su cargo y creemos que ha abusado de ellas, desacreditando gravemente el juego”.
En el apartado correspondiente a la defensa presentada por Rubiales, el documento señala que el ex presidente de la RFEF afirmó que “en ningún momento las jugadoras protestaron [...] hasta el punto de que cuando estaban saliendo del estadio, estando en el autobús, todas las jugadoras comenzaron a cantar animándolo hasta el punto que el señor Rubiales tuvo que pedirles que pararan porque lo estaban haciendo sonrojar”.
La FIFA también ha analizado el gesto de Luis Rubiales en el palco de autoridades tocándose los genitales. Según el máximo organismo del mundo del fútbol, esa acción se podría entender en un período de hace décadas en España, “pero que no puede asociarse al contexto cultural actual de este país. España es hoy un ejemplo de igualdad de género y de compromiso en esta lucha, como lo demuestra su selección femenina de fútbol, especialmente en el contexto del presente expediente disciplinario. Este gesto empaña definitivamente la imagen de España y el contexto general de la cultura española. Este gesto combinado con su mensaje y su trasfondo son inaceptables, especialmente en el evento deportivo femenino más importante del mundo”.
En definitiva, el Comité de la FIFA sostiene que, desde el primer momento en que produjo el beso y las supuestas presiones a Jenni Hermoso y su entorno hasta el instante en que se ha dictado la presente decisión, Luis Rubiales violó repetida y continuamente las normas básicas de una buena conducta, infringiendo así el artículo 13 del Codigo Disciplinario de la FIFA.
El pasado 26 de agosto, la FIFA ya había decidido suspender cautelarmente a Rubiales durante 90 días de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional. En base al artículo 51.3, el exmandatario federativo se podrá deducir ese período de sanción del castigo final.
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