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MÁLAGA

Jamal Satli, otro ‘propietario’ del Málaga bajo el cerco de la Justicia

El presidente de BlueBay fue detenido y puesto en libertad por una presunta estafa. El dueño de cerca del 50% de las acciones del Málaga, se defiende: “No van a doblegarme”.

Jamal Satli Iglesias, presidente de BlueBay, durante el juicio contra Al Thani.
MARIANO POZODIARIO AS

El Málaga sigue en una situación institucional crítica. Judicializado y sin perspectivas de que su estado mejore a corto plazo, las noticias desde los juzgados siguen salpicando su día a día y también el de los actores que forman parte de su actualidad. El último en ser noticia por un litigio judicial ha sido Jamal Satli Iglesias, que el miércoles por la tarde fue detenido y horas después fue puesto en libertad por una presunta estafa en Emiratos Árabes.

El presidente de BlueBay, compañía hotelera que posee el 49 % de NAS Spain 2000, sociedad que comparte con Al Thani y que es dueña del 96,8 % de las acciones del Málaga, fue arrestado en virtud de una orden internacional de detención emitida desde el país asiático.

Este jueves pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, que decretó su puesta en libertad. Satli deberá comparecer en dependencias judiciales todos los meses, así como informar de su domicilio.

El presidente de BlueBay, que también figura en la trama del caso Astapa, emitió un comunicado para defenderse explicando los motivos de su detención esta semana. En la nota afirma que el arresto fue fruto de un litigio que mantiene con Nadhmi Auchi, iraquí y presidente de General Mediterranean Holding (GMH).

“En 2014 ambos empresarios identificamos una oportunidad de negocio conjunto, aprovechando las sinergias de ambos grupos hoteleros (Cadena BlueBay y Cadena Le Royal), consistente en una Joint Venture tanto en la vía patrimonial de propiedad de los hoteles como en la de la gestión hotelera conjunta. En 2015 formalizamos la Joint Venture y acordamos poner en marcha el proyecto. En paralelo, el Sr. Auchi me pidió apoyo económico porque su grupo estaba atravesando problemas de liquidez relevante, resultando en que le prestamos un total de 14 millones de dólares entre 2015-16, los cuales no ha devuelto”, rezaba el arranque del comunicado.

Satli argumenta que en febrero de 2020 “llegamos a firmar un acuerdo de separación que reconocía una serie de compensaciones para mi grupo. GMH lo incumplió y ya cerró la puerta a cualquier otro arreglo extrajudicial. GMH, como demandada, ha buscado frenar estos juicios a través de todo tipo de estrategias dilatorias. De hecho, no ha contrademandado por lo civil, sino que por el contrario, para paralizar los juicios y evitar resoluciones en su contra que le obligasen a pagar, decidió contraatacar mediante querellas penales personales para amedrentarme, en base a una narrativa alrededor de que fue inducido a asociarse por engaño de mi parte”.

Según el presidente de BlueBay, este ha sido el motivo por el que GMH ha presentado cinco querellas contra él en tres países diferentes “por el mismo relato, mismo denunciante y mismo acusado. Una manipulación procesal en toda regla: (1) en Marbella en julio de 2021, archivada; (2) en Majadahonda en 2022, aún no admitida a trámite, con conflicto de jurisdicción; (3) en Luxemburgo; (4) en Sharjah (Emiratos Árabes Unidos) y (5) en Ras Al Khaima (Emiratos Árabes Unidos). Finalmente han conseguido una resolución inicial en el caso de Sharjah, que es el que ha producido este ruido mediático, logrando que el juzgado dicte una sentencia en mi ausencia en un tiempo récord de 2 meses y 3 días, sin siquiera haberme oido el tribunal, aprovechando que por motivos médicos no pude asistir a la vista. La sentencia no es firme pero aun así la han logrado comunicar a través de Interpol”.

Satli concluyó su comunicado asegurando que se asoció con alguien “sin escrúpulos, que a través de esta batería de querellas pretende amedrentarme y que desista de cobrarle el dinero que debe por sus deudas impagadas y que retire la demanda millonaria interpuesta en su contra. Sin embargo, desde ya confirmo que este atropello no va a conseguir doblegarme ni hacer que renuncie a mis derechos y prosiga con mis acciones en su contra. Esta y ninguna otra ha sido la razón de mi presencia voluntaria en los juzgados, con el único objeto de cumplir con el tramite de la notificación de la Sentencia de Sharjah, que se defenderá en las instancias correspondientes”.