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EL OTRO FÚTBOL

¿Superará a Lamine Yamal? Inscrito en primera división de su país con 14 años

Awakhiwe Tshalibe puede convertirse en uno de los futbolistas más jóvenes de la historia en alcanzar la élite si su club, el Chicken Inn de Zimbabue, le hace debutar esta temporada. De momento, el todavía adolescente está incluido en la primera plantilla de uno de los equipos punteros de la Premier League local y alternará las convocatorias con las clases en el instituto.

Awakhiwe Tshalibe, futbolista de Zimbabue inscrito en el primer equipo del Chicken Inn de la primera división nacional... con 14 años

Casi mejor no intentes pronunciarlo porque, con altísima probabilidad, tu nivel de idioma ndebele no es suficiente para hacerlo sin errores, pero sí que conviene que te quedes con el nombre de Awakhiwe Tshalibe. Si todo va como él pretende, y en su tierra piensan que no es ninguna locura, este “niño prodigio” (así le consideran) puede llegar a convertir en una estrella en Europa. Aunque tampoco conviene acelerar más de la cuenta, que a este jovenzuelo de Bulawayo, la segunda mayor ciudad de Zimbabue, todavía le queda mucho camino por recorrer.

Pero no tanto. A sus 14 años, este veloz y muy habilidoso extremo se convirtió el pasado diciembre en el favorito de la afición local, que alcanzó un histórico tercer puesto en el Campeonato Escolar Sub-15, el más prestigioso de su categoría a nivel internacional en aquella región del mundo. Tanto llamó la atención que uno de los clubes importantes de su localidad de origen y del país entero, el Chicken Inn (llamado así por el patrocinio de una cadena de restaurantes de comida rápida), se ha hecho con sus servicios... no para la cantera, sino directamente para el primer equipo.

“Le vemos apto para inscribirle. Estamos deseando verle crecer y mejorar. Es un talento que debemos exponer pronto. Solo necesita gestionarlo bien manteniendo la cabeza fría”, asegura Joey Antipas, entrenador del Chicken Inn, según recoge la prensa local. Guide Goddard, otro miembro del cuerpo técnico, añade: “Fue emocionante verle rendir tan bien con los colores nacionales. Tiene mucho potencial para llegar lejos. Le ayudaremos a mantenerse humilde y centrarse tanto en su carrera futbolística como en sus estudios”. No en vano, como corresponde a su edad, Awakhiwe sigue acudiendo a clase al instituto mientras se entrena al máximo nivel.

Por mucho que hablemos de un campeonato muy menor como el zimbabuense, llegar a Primera tan extraordinariamente joven ya de por sí es una proeza difícil de ver. A efectos comparativos, en España el récord de precocidad lo tiene Luka Romero, que hace no mucho, en junio de 2020, disputó algunos minutos con el Mallorca a los 15 años y 219 días. Otro caso cercano, Lamine Yamal, se estrenó en Primera siendo 71 días mayor. Y ambos lo hicieron con ficha del juvenil. Tshalibe, de categoría absoluta a todos los efectos, superaría esos registros por casi un año, dependiendo del momento de la temporada en que el técnico decidiera darle la alternativa.

Y sí, hay que reconocerlo: el fútbol de Zimbabue no es precisamente el más destacado del mundo. La Castle Lager Premiership está en el puesto 25 del ranking de la CAF, por lo que le corresponde una sola plaza en la Champions africana, aunque hay años (como este) en los que, por motivos económicos, ni siquiera se llega a cubrir. Por su parte, pese a su exagerado apodo de “los Guerreros”, la selección tampoco planta mucha batalla: está en el puesto 125 de la clasificación de la FIFA y a la última Copa África no acudió por quedar excluida en la fase de clasificación, debido a injerencias del gobierno en la Federación. Dejando al margen el muy peculiar caso de Bruce Grobbelaar, la mayor leyenda del país, Peter Ndlovu, quizás solo te suene si te interesabas por la Premier League inglesa a principios de los ‘90.

Tshalibe, además, aspira a triunfar desde un equipo relativamente pequeño para los estándares zimbabuenses. No es que el Chicken Inn, con su nombre tan original, sea insignificante, porque puede presumir de un título de liga en su palmarés (el de 2015) y acumula un par de subcampeonatos más en los últimos años. Pero no está ni mucho menos a la altura de los dos gigantes que se disputan el ‘clásico’ nacional, sus vecinos del Highlanders y el Dynamos de la (todavía) capital Harare, ni tampoco se puede comparar con la gran potencia emergente, el Platinum de Zvishavane, que ha salido de la nada para ganar los cinco últimos torneos. En teoría, poca presión por resultados y grandes oportunidades de desarrollo y visibilidad para conseguir su gran aspiración: dar el salto a un fútbol más competitivo.

Y de paso, ¿entrar en el Guinness como el debutante más precoz en una primera división nacional? No es nada fácil determinarlo, hasta el punto de que el famoso libro de los récords ni siquiera tiene sección para eso. Sí se habla de los futbolistas más jóvenes en estrenarse con selecciones nacionales... pero los primeros puestos están copados casi exclusivamente por microestados de Oceanía o el Caribe donde formalmente hay primeras divisiones nacionales en las que el profesionalismo ni está ni se le espera, comparables sin exageración a torneos de barrio de cualquier ciudad española con participantes de todas las edades y estados de forma imaginables. Los casi 18 millones de habitantes de Zimbabue sitúan este caso en otro escalón de relevancia; por supuesto, no tan alto como en el Viejo Continente o en Sudamérica, pero sí lo suficientemente serio como para hacernos tener un ojo pendiente, al menos de vez en cuando, de este rincón del sur de África.

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