Gio Simeone, salida aplazada

El Nápoles ha llegado al momento clave de su temporada. Los azzurri siguen liderando la Serie A, pero solo con un punto de ventaja sobre el Inter y a falta de tres jornadas para el enfrentamiento directo con los nerazzurri, que tendrá lugar en el Maradona. Los sureños afrontan estas semanas tras un decepcionante mercado de enero, en el que no lograron sustituir a Kvaratskhelia como querían (se intentó con Garnacho y Adeyemi, pero al final llegó un Okafor fuera de forma) y, además, con una catarata de lesiones. A la baja de Buongiorno se han sumado Olivera, Spinazzola y Neres, dejando prácticamente sin opciones toda la banda izquierda. Conte está valorando nuevas variantes tácticas de cara a los próximos compromisos (Lazio, Como e Inter), con el 3-5-2 como alternativa al 4-3-3. Mientras, ha pedido a todos sus jugadores el máximo compromiso, aunque sea por pocos minutos sobre el césped. Y Giovanni Simeone es uno de sus favoritos en ese sentido.

El hijo del Cholo apenas ha jugado 312 minutos en esta Serie A, con un gol y una asistencia, pero siempre ha recibido elogios, tanto de su técnico como de los tifosi, por su actitud sobre el terreno de juego.

“Su crecimiento es evidente”, afirmó Conte en diciembre. “Se puso a disposición y hablamos de los aspectos que podía mejorar. Su padre ha sido un gran futbolista y, como yo, hizo del trabajo su lema. Es un chico educado, con valores, siempre quiere mejorar y le veo más completo, más seguro y más fuerte. Es una alternativa creíble detrás de Lukaku”.

Palabras que se convirtieron en hechos, tanto en el mercado del pasado verano como en el de enero. Conte bloqueó la salida de Simeone, que tenía ofertas importantes de Sevilla y Torino. El técnico pidió al club confirmar al argentino, al que considera fundamental a pesar de disponer de pocos minutos, y el propio jugador reafirmó su compromiso con el entrenador y el equipo, considerando que aunque ambicione más protagonismo, el contexto de una potencial lucha por el título no era el idóneo para marcharse. Además, la situación contractual del ‘Cholito’ apunta a una mejor oportunidad de fichaje el próximo verano, cuando el Nápoles puede verse inclinado a facilitar una venta antes de su último año de contrato. Simeone, consciente de que le esperaba una temporada con los minutos que las ausencias de Lukaku le concedieran, optó por quedarse por su relación con la ciudad y por la ilusión que le generaba el proyecto de Conte.

Llegado en 2022, el argentino siempre tuvo que luchar para hacerse un hueco, tapado primero por Osimhen y luego por Lukaku. Suma 14 goles en 2.349 minutos sobre el césped (uno cada 167′) y, en el año del scudetto, fue decisivo con sus tantos ante Milan, Cremonese y Roma, victorias que allanaron el camino hacia el título.

A pesar de la falta de espacio, Simeone nunca dudó en aceptar la confianza de Conte y sigue esperando su oportunidad. Cuando saltó al campo contra la Juve, el pasado 25 de enero, se hizo viral una jugada en la que luchó hasta el suelo, intentando golpear el balón con la cabeza. Es el tipo de actitud que adora Antonio Conte y que hace del ‘Cholito’ uno de los futbolistas más queridos bajo el Vesubio. Y, para seguir soñando, su aportación seguirá haciendo falta.

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