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COPA | VALENCIA - ATHLETIC

Gattuso se aferra a su competición fetiche

El técnico italiano espera la mejor versión del Valencia en la Copa, el único torneo que tiene en su palmarés como entrenador. Venció con el Nápoles en la temporada 2019-20.

Gattuso ya ganó la Copa de Italia con el Nápoles.
FILIPPO MONTEFORTEAFP

El Valencia no vive un buen momento en Liga. El equipo de Gennaro Gattuso está atascado. Sólo ha ganado uno de los últimos nueve partidos que ha disputado en la competición de la regularidad y deambula por mitad de la tabla, más cerca de los puestos de descenso que de Europa. El infierno está a sólo tres puntos, mientras que la zona noble, a ocho. Gattuso está preocupado. Le inquieta la fragilidad de su equipo y los problemas para ganar en Liga. Cádiz, Elche, Mallorca y Almería, por ejemplo, han pescado en Mestalla, síntoma evidente de que este Valencia tampoco está para grandes cosas.

Sin embargo, una temporada más, la Copa del Rey vuelve a aparecer como la tabla de salvación del Valencia. El conjunto ché está a un paso de colarse en las semifinales del torneo, aunque todavía tiene la difícil misión de superar al Athletic este jueves en Mestalla. Gattuso no para de darle vueltas a su cabeza, en busca de soluciones que le den al equipo solidez y alegría. Pero el italiano sabe que la Copa es otro torneo diferente y que no tiene nada que ver con lo que ocurre semana tras semana.

Gattuso, como hizo en la temporada 2019-20, vuelve a aferrarse a la Copa para salvar el año. Rino sólo cuenta con un título como entrenador y este lo logró en el Nápoles, en junio de 2020. Aquella Copa de Italia le dio lustre a su carrera como técnico. Pocos contaban con el Nápoles de Gattuso hasta que en la final sorprendió a la Juventus. En los penaltis, el equipo de Rino se llevó el trofeo. El camino fue tortuoso porque tuvo que dejar en la cuneta a Lazio, en cuartos, y al Inter, en semifinales, a ida y vuelta.

Gattuso hizo magia aquella temporada con el Nápoles. Cuando recogió el testigo de Carlo Ancelotti, en diciembre, su equipo estaba lejos de todo. Las plazas europeas parecían imposibles, pero al italiano le quedaba una bala en la recámara. Conjuró a su equipo para llevar a las vitrinas del Nápoles un metal que no tocaba desde 2014.

El Valencia todavía tiene mucho por recorrer si quiere seguir el camino de aquel Nápoles de Gattuso, pero el técnico italiano tiene la receta para enderezar el rumbo y abstraerse por unas horas de una Liga que de momento le está dando más tristezas que alegrías. Rino se enfundará el jueves el traje copero, ese que le trae suerte en su competición fetiche y que le hizo tocar el cielo de Nápoles.