Eskerrik asko, Real
No se le puede reprochar nada a la Real Sociedad. Absolutamente nada. Nos hizo volver a ilusionarnos con algo grande en un escenario grande en una noche grande.

Nada. No se le puede reprochar nada a la Real Sociedad. Absolutamente nada. Nos hizo volver a ilusionarnos con algo grande en un escenario grande en una noche grande. Parecía imposible meterle miedo al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Y no es que lo consiguió, sino que hizo temblar los cimientos del coliseo blanco con una actuación que en San Sebastián no olvidaremos nunca. Porque estos jugadores que salieron a disputar esta vuelta de la semifinal de Copa honraron con orgullo y pasión el escudo de la Real Sociedad. Y solo puedo decirles… Eskerrik asko, mila esker, benetan.
No me salen ni las palabras. Os merecéis los mejores adjetivos y nuestro más sincero aplauso. Vuestro esfuerzo no tuvo la recompensa que merecíais, y la final de Copa con público que nos ganamos tendrá que seguir esperando. ¡Qué injusto! ¡Qué cruel! ¡Qué pena! ¡Qué tristeza más grande! ¡Qué eliminación más dura! Desde la perspectiva de la Real Sociedad, no se puede decir otra cosa. Y duele, duele mucho. Empatar a cuatro en el Bernabéu después de 120 minutos, llegar a ir ganando 1-3 a falta de diez minutos… y quedarte sin final… es muy complicado de digerir.
Pero es que no se les puede recriminar nada a nuestros jugadores. Tampoco a Imanol. Nos hicieron creer de verdad en lo imposible. Nos hicieron soñar cuando nadie daba nada por la remontada. Fue una Real Sociedad que midió cada esfuerzo que hizo, que fue poco a poco en la primera parte, para dar un golpetazo tras el descanso y que nunca renunció a creer. Ni cuando todo parecía perdido después de dejar escapar al final el 1-3 a favor. Nunca bajó los brazos, siempre tuvo fe. La de su capitán, Oyarzabal, y su cabeza maravillosa. La de cada uno de los futbolistas txuri-urdin, que se dejaron el alma sobre el césped del Bernabéu. Lo dieron todo. Se vaciaron. Era lo único que les pedíamos. Para sentirnos plenamente orgullosos de ellos. Absolutamente.
Sin reservas. Las fuerzas dieron para lo que dieron. Pero es que ni eso. A la Real solo le sobró ese no sé qué que tiene el Madrid para alcanzar la final. Habrá que seguir insistiendo. No queda otra. Y con Imanol, por supuesto. ¡Renovación ya! Esta Real está muy viva. El Bernabéu lo ha confirmado. A pesar de quedarse sin final.
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