El laboratorio del Matagigantes

La guarida de Borja Jiménez y su cuerpo técnico es sagrada. Pocos acceden a este espacio que algunos intuyen con dotes mágicas. Casi místicas. Por eso Jesús Rueda (Valladolid, 32 años) posa en la sala de prensa de la Instalación Deportiva Butarque, que para el caso ejerce de embajada táctica en la que el entrenador del Leganés también ofrece charlas técnicas al grupo. El despacho del míster está ‘clausurado’ para las fotos en este miércoles lluvioso que no le ha borrado la sonrisa a Jesús, uno de los asistentes del banquillo pepinero, chico vivaracho y algo nervioso. Lo suyo no son las entrevistas.

Falta una semana para que el Real Madrid visite Butarque en los cuartos de Copa y ni semejante amenaza le aplaca el ánimo. Es entendible. Su laboratorio de estrategia ha sido capaz de ya de tumbar a otros colosos. Como el Barça en Montjuic (0-1). Como el Atlético en Butarque (1-0). En ambos casos la victoria pepinera llegó de córner. Los dos se los inventó Jesús, siempre escoltado por sus compañeros de pizarra, pero casi siempre autor intelectual del balón parado, tanto en ataque, como en defensa. Algo así como la honda con la que este David en blanquiazul se ha especializado en tumbar Goliats.

Un ascenso de estrategia

“Ahora el trabajo luce más por sus consecuencias”, admite. Pero la creatividad y voracidad de este chico siempre ha estado ahí, escondida tras los éxitos del Lega desde que Borja logró (no sin esfuerzo) reclutarlo para su cuerpo técnico. “Jesús es un tipo muy leal y aunque ya le había pedido varias veces que se uniera a nosotros, no quería dejar tirado a Javier Baraja, con el que formaba equipo”, cuenta el mismo Borja. Finalmente lo ató en el verano que firmó por los pepineros. Bendito fichaje. De los 56 goles que ascendieron al Leganés a Primera, 12 (el 21%) fueron de estrategia (sin contar penaltis) y muchos, clave para ‘campeonar’ en Segunda. “Ahora no ha cambiado nada”, admite.

“Llego a la ID a las 8:00 y me voy a las 17:00 o así. Quizá salgo más tarde lunes y martes, que hay más trabajo… o si Borja me pide algo”, empieza Jesús a explicar la rutina de una jornada que pasa casi entera entre vídeos y ordenadores. Entre pizarras y libretas. “Siempre repaso las diez jornadas anteriores de cada rival y veo su estrategia. En función de eso, en ataque me centro en qué rivales parecidos a nosotros le han hecho daño y analizo lo que nos puede ayudar”, añade. En ocasiones, admite, “copiamos” esas jugadas. En otras, “inventamos algo nuevo o te inspiras, pero haces algo diferente”, añade. “Nosotros le damos la misma importancia al juego en dinámico que al balón parado”, cuenta.

Mucho análisis y jugadores

Algunas voces en el cuerpo técnico opinan que ese elevadísimo volumen de análisis es, en parte, culpable de su éxito, que cifras en mano, impresiona también en la élite. “Somos el equipo que menos balón parado ejecuta de Primera, y el que más recibe. Pero ya hemos hecho cuatro goles de estrategia de los 19 que llevamos (21% de nuevo). Por eso el jugador es muy importante. Debe creer que, si tiene sólo dos o tres córners a favor, cada córner es oro. De hecho, nosotros llevamos a cada partido preparadas unas 2-3 jugadas de córner específica para cada partido. Llevaremos unas 20-25 en toda la temporada”, cuenta.

En Butarque tiene materia prima llamativa para las ABP (así le llaman los modernos ahora a la estrategia). Es el caso de Sergio, capitán y verdugo del Barça. “Sergio sorprende. No es un central con mucha envergadura, pero es súper listo. Sabe cómo moverse, cuándo… siempre intuye dónde te va a sacar la pelota. Y tenemos mucho lanzador bueno: Raba, Óscar, Roberto López… Sabemos aprovecharlos”, insiste. En Copa, el Real Madrid es reto gigantesco. Primero, por la envergadura del rival. Segundo, por la falta de tiempo para preparar el partido (apenas cuatro días). Tercero, por las características tácticas de los merengues.

Una defensa zonal diferente

“En Primera hay pocos equipos que te defiendan en zonal como el Real Madrid. Habitualmente trabajas con marcajes individuales. Por eso tienes que hacer más incidencia con el jugador, porque no está acostumbrado. También te cambia la ejecución. Tratas de crear desorden para que nazcan los espacios”, relata. Para ello, en Liga intentaron encontrar ‘aliados’ en el Real Madrid. Como Mbappé. Como Vinicius.

“Pensábamos que por tener más talento quizá se despreocuparían de defender un córner… pero nada. Estaban atentísimos”, añade antes de reconocer que Rüdiger es la principal barrera en defensa y estilete en ataque con la estrategia en la mano. Ahora la lesión del alemán le impedirá visitar Butarque. Una pequeña brecha que Jesús y su laboratorio ‘matagigantes’ tratarán de aprovechar para invocar la Santísima Trinidad de caídos bajo su pizarra: Barça, Atlético y… ¿Real Madrid?

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