El día que el Barcelona ‘dio plantón’ a la Copa del Rey en semifinales contra el Atlético

El 25 de abril del año 2000 se vivió una de las jornadas más surrealistas en la historia de la Copa del Rey. El Barcelona protagonizó un plantón en la vuelta de las semifinales de la competición en el Camp Nou. El rival, el Atlético de Madrid. En la ida, los colchoneros prácticamente sentenciaron la eliminatoria (3-0), con goles de Hasselbaink, Baraja y Hugo Leal. La gran polémica llegó con el partido de vuelta en Barcelona. El día del partido coincidía en el calendario con días reservados a partidos de selecciones y el equipo azulgrana tenía muchas bajas.

No estaban disponibles para Van Gaal ni Rivaldo, Litmanen, Zenden, Cocu, Bogarde, Kluivert, Reiziger, Frank de Boer y Luis Figo. Además, contaba con tres lesionados y las normas de la Federación impedían alinear a más de tres integrantes del filial. El Barcelona intentó desconvocar a algunos jugadores pero los seleccionadores, entre ellos Frank Rijkaard, de los Países Bajos, se negaron porque en verano se jugaba la Eurocopa en Bélgica y Países Bajos.

Durante la semana, el presidente Josep Lluís Nuñez, ya dejó entrever que no jugarían. “No participar en la farsa en la que consistiría la disputa de este partido. No podemos competir. Y no pensamos hacer el ridículo. ¿Es que acaso Hesp deberá jugar de delantero?”. Fue un órdago en toda regla pero la RFEF no dio su brazo a torcer y no aplazó el partido, además de advertir al club azulgrana de las consecuencias de no presentarse.

Y con este escenario se llegó al día del partido. Lo que se vivió fue un auténtico despropósito. El Camp Nou abrió sus puertas y algún centenar de seguidores acudió al estadio. El Atlético de Madrid y la tripleta arbitral se situaron sobre el césped para dar inicio al partido mientras que los diez jugadores del Barcelona más Arnau, el portero suplente, se quedaron en la banda. para actuar. Las caras de Hesp, Déhu, Guardiola, Abelardo, Sergi, Dani, Simão, Xavi, Gabri y Puyol eren un auténtico poema.

Guardiola, como capitán, abandonó la fila y se adelantó hacía el centro del campo junto al delegado, Carlos Naval, para comunicar al capitán del equipo rival, Santi Denia, y al árbitro del duelo, Díaz Vega, que el Barça no jugaría el partido. El árbitro informó que un partido podía comenzar con un mínimo de siete jugadores, pero Guardiola, tal y como había decidido el club y el entrenador, Van Gaal, le repitió que no jugarían el partido. Y los azulgrana se fueron a los vestuarios. La RFEF dio por perdida la eliminatoria al Barcelona, excluyó al club de la siguiente edición de la Copa del Rey y le impuso una sanción de dos millones de pesetas.

Perdonados por Villar

Meses después, ya sin Nuñez en el palco, el Barcelona se benefició de una amnistía de la RFEF. Ese verano, Ángel María Villar fue reelegido como presidente del máximo organismo del fútbol español y decidió dictar una medida de gracia después de su reelección, y el Barcelona fue indultado. Participó en la Copa de la temporada 2000-2001 y hasta llegó a las semifinales, donde fue apeado por el Celta de Vigo en un partido recordado como el del adiós de Pep Guardiola como jugador azulgrana.