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Las Palmas

Cuando la Copa del Rey es cuestión de actitud

Martínez destaca el interés de Sandro, Mármol o Mata en el torneo del KO antes del partido de mañana en Elche. El primero entrena al margen y no jugará.

Las Palmas
Sandro Ramírez, durante un partido con Las Palmas.
Carlos Diaz-Recio

De pronto, la Copa del Rey comienza a ponerse más que seria para la Unión Deportiva Las Palmas. Ocurre que, una vez solventados los compromisos ante el Ontiñena y el Europa con la solidez propia de su alcurnia, el equipo grancanario se juega mañana contra el Elche la oportunidad de que, desde los octavos, te caigan del cielo equipos con el Madrid, el Atlético o el Barcelona más allá de los partidos de liga. Y siempre está, claro, la estela que dejó el Mallorca el curso pasado y la conciencia de que, a partido único al menos hasta semifinales, cualquier cosa puede pasar.

Sea como fuere, para Las Palmas está siendo la Copa de la actitud también de algunos futbolistas teóricamente destinados a descansar en el torneo eliminatorio, toda vez que nadie ignora que la liga y la lucha por la permanencia se fusionan para convertirse en el principal objetivo de la entidad.

Un ejemplo palmario de ello reside en la figura de Sandro Ramírez, el jugador más en forma de la hueste insular antes del parón navideño. Resulta que el delantero grancanario estaba lesionado cuando Diego Martínez se convirtió en el entrenador del equipo amarillo, por lo que su debut no llegó hasta el segundo partido de este, media hora sobre el césped en aquel 1-0 contra el Girona.

Tocaba rodaje, por lo que el partido de Copa en Ontiñena, que se celebró cinco después de aquel 26 de octubre, era la oportunidad perfecta, por más incomodidades que presentara aquel duelo, para que Sandro asumiera de nuevo los galones que sus problemas físicos le podían quitar. Era su oportunidad, y de qué manera la aprovechó. “Recuerdo la gran actitud que tuvo en aquel partido. Tenía una oportunidad y la aprovechó con su gran actitud”, insistía ayer Diego Martínez. Vaya si lo hizo. Tras aquel duelo fue titular en los siete partidos que vinieron después, todos ligueros y antes de la semana de descanso, en los que acumuló cuatro de los siete goles que figuran ahora mismo en su hoja estadística. Ayer se entrenó al margen. Salvo milagro, su presencia en Elche es imposible.

Se refería también Diego Martínez este viernes al caso de Mika Mármol, que resurgió, ni que fuera el Ave Fénix, tras el ajustado 1-2 ante el Europa. Central por naturaleza, este canterano del Barça que llegara a Las Palmas el verano pasado aprovechó la ausencia de Álex Muñoz para hacerse fuerte como lateral izquierdo. “No es fácil encontrar jugadores en esta posición. Para su carrera será bueno que también rinda ahí”, decía recientemente el propio Martínez. El 30 de noviembre tiró de él para ganarle 1-2 al Barcelona, y los problemas físicos en defensa le obligaron a darle otros 90 minutos tres días más tarde ante el Europa.

Después, con toda la plantilla en su sitio, Mármol ya era intocable. Así, antes de partir el año, enganchó del tirón los 270 minutos ante Valladolid, Real Sociedad y Espanyol. Otro más que le puso actitud en la Copa y ya no hay quien le saque del equipo. En esas anda todavía Jaime Mata, que también se lleva las alabanzas de Martínez. “Juegue un minuto o 90 su actitud es excepcional”, mantiene.

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