Con el once del 0-4 en el Camp Nou

Se acabaron los engorrosos trámites de la Liga de Nunca Jamás. No voy a negar la sangría de imagen que el vigente campeón de Europa ha sufrido en sus últimas salidas a Montilivi y Anoeta por estar reservando energías y compromiso para la llamada hora de la verdad. Pero seamos justos con este equipo campeón que lleva año y medio levantando títulos y que ahora se ha marcado como reto conquistar su primera Copa del Rey en una década como aperitivo perfecto antes del asalto al temible ejército del cyborg Haaland.

Ancelotti ha ido manejando sus cartas como un tahúr para que parezca que el equipo llega a la final de La Cartuja con dudas y con varios resbalones de plátano a su espalda. Pero a las diez de la noche de este 6 de mayo veremos la mejor versión posible de este equipo enamorado del éxito. De hecho por la cabeza de Carletto, si los problemas físicos lo permiten, pasa alinear el mismo once que arrasó al Barça de Xavi en el Camp Nou en la memorable noche del 0-4.

Si Alaba está al 100% dejará en el banquillo a Rüdiger, tengan claro que Camavinga volverá a ser el carrilero que enlazará por la izquierda con Vinicius, Kroos repetirá como ancla en la medular y sólo falta rezar para que el tratamiento-milagro de Modric en Belgrado siga surtiendo efecto para que el genio de Zadar vuelva a lucir su magisterio desde el pitido inicial ante los navarros. Y adelante, evidentemente, repetirá la RBV. Sin duda, el mejor tridente de ataque del mundo. Rodrygo, Benzema y Vinicius se convierten en una especie de bomba de racimo capaz de desarmar hasta zagas tan bien organizadas y disciplinadas como la que maneja Jagoba Arrasate en Osasuna. Esto es una final. El Madrid está listo .