Champions (Fase Liga) | Real Madrid - Salzburgo
Veteranos y noveles
Un Madrid al alza, aunque muy apremiado en la Champions, ante el jovencísimo Salzburgo, con veintidós Sub-23 en su plantilla. Regresa Vinicius y Valverde será lateral.


Buen calendario, pero máxima presión. En esas se ve el Madrid en esta nueva extensión de la Champions a enero que, salvo milagro, también se alargará a febrero. El equipo de Ancelotti llega vigesimosegundo, muy cerca de la exclusión. Esa es la mala noticia. La buena, que enfrente tendrá al Salzburgo, que solo ha ganado uno de los cinco partidos de la liguilla, que ha encajado una media de tres goles por partido, que marcha quinto en su Liga, que antes del parón invernal en la Bundesliga austriaca despidió a su técnico, Pepijn Lijnders, y que no juega un partido de competición oficial desde el 14 de diciembre (sigue el partido en directo en AS.com). Ahora viene de una concentración de ocho días en El Algarve a las órdenes de su nuevo técnico, el alemán Thomas Letsch, y de dos amistosos poco productivos: derrotas ante el Bayern (0-6) y ante el Midtjylland (2-3).
Todo, pues, favorece a un Madrid irregular, pero extremadamente goleador desde que cayera en San Mamés a principios de diciembre. Desde entonces ha anotado 37 goles en once encuentros. De ellos, diez los marcó Mbappé, definitivamente el futbolista que tanto persiguió el club. En la Champions, en cambio, ha pinchado hasta ahora: solo dos tantos en 25 remates. Solo Haaland ha tirado más, pero con más acierto.
Junto a él volverá a estar hoy Vinicius, que ahora se mueve en el polo opuesto. Ha marcado únicamente un gol en sus últimos cinco partidos, aún tiene pendiente uno de sanción en la Liga por su enésimo calentón y Rodrygo ofreció un rendimiento fantástico el domingo ante Las Palmas ocupando su banda. Sin embargo, al contrario que Mbappé, en Europa ha ofrecido su mejor versión: cinco goles, todos en sus últimos tres partidos, y un liderazgo inigualable en la competición en el arte del regate. Ha entrado frío en 2025 y el equipo le necesita. Su regreso devuelve a la banda derecha a Rodrygo, donde pierde mucho filo.
Tchouameni, recuperado
La entrada de Vinicius por Brahim será uno de los dos cambios blancos respecto al equipo que goleó a Las Palmas. El otro es que Valverde tendrá que jugar como lateral derecho por la sanción que ha de cumplir Lucas Vázquez. Así, Tchouameni, recuperado, formará pareja con Ceballos, que se mantendrá en el once. Ofrece razones para ello. De nueve partidos como titular, el Madrid ganó ocho. El público, que coreó su nombre el domingo, está muy de su parte.

El Salzburgo es un equipo peculiar y, en cierto modo, artificial. En 2005 lo compró el magnate de Red Bull Dietrich Mateschitz, que rebautizó al club y le cambió los colores, del morado tradicional al rojiblanco corporativo. La afición de una entidad que tenía ya 72 años de historia entró en combustión, rechazó cualquier acuerdo de paz de Mateschitz y creó su propio club, el Austria Salzburgo, ahora en la Tercera austriaca. Cuatro años después Mateschitz repetiría la maniobra con el Leipzig provocando el mismo descontento. En la campaña 2017-2018, austriacos y alemanes coincidieron en la Champions y ante la prohibición de la UEFA de permitir competir a dos equipos con un mismo accionariado, hubo de buscarse una especie de camuflaje: la propiedad para el Leipzig, el patrocinio para el Salzburgo, aunque siguen bajo la misma dirección deportiva y financiera.
El Salzburgo se ha convertido en esta nueva era en un club de crianza (ganó la Youth League de 2017) y muy vendedor. También es un gran negocio. Solo en los últimos diez años traspasó jugadores por valor de 621 millones y gastó solo 215. Szobozslai (36 millones al Leipzig), Mané (23 al Southampton), Aaranson (32 al Leeds), Adeyemi o Haaland (30 y 20 al Dortmund, respectivamente) son algunas de sus operaciones más rentables.
Los jugadores se fueron, pero la política del club continúa. En la plantilla conviven jugadores de 21 nacionalidades distintas, captados aquí y allá. Veintidós de ellos son Sub-23 y en cinco de sus seis once iniciales en esta Champions la edad media del equipo se ha quedado en poco más de veintidós. Es, con enorme diferencia, el equipo más joven de la competición.
Quinto en Austria
De hecho, muchos de sus mejores jugadores están en el comienzo de sus carreras. El más cotizado, el israelí Gloukh, autor de ocho goles y valorado ya en 22 millones, tiene solo veinte años. Konaté, delantero centro que acabó pichichi en la Bundesliga austriaca el curso pasado y que ahora está de baja por una rotura de cruzado, también tiene 20, los mismos que Bajcetic, el vigués cedido en el Salzburgo por el Liverpool. Internacional Sub-21 con España, no jugaba demasiado con Lindejrs. Dedic, Terzic, Ratkov, Daghim y los extremos malienses Yeo y Nene son otros futbolistas que maduran en el criadero austriaco. Con todo, a Red Bull le ha ido estupendamente en la competición doméstica desde que llegó Mateschitz. El Sturm Graz interrumpió la temporada pasada una racha de diez títulos consecutivos. Catorce de sus diecisiete ligas y sus nueve copas han llegado al abrigo del dinero del fallecido magnate.

Este año, en cambio, las cosas han empeorado. El equipo marcha quinto en su Liga, a diez puntos del Sturm Graz, y en el parón invernal ha cambiado el cuerpo técnico de arriba abajo, empezando por el entrenador. Letsch, de 56 años, recorrió la academia del club al completo, desde los Sub-16 al filial, y fue ayudante de Roger Schmidt y técnico interino antes de emprender aventuras en solitario en Austria, Holanda y Alemania. Ahora regresa con una idea más ambiciosa que la de su antecesor. Remontar en la Champions parece imposible, teniendo en cuenta que Madrid y Atlético son sus próximos rivales, pero aún no tiene perdida la Liga. Y además, si cae hoy en el Bernabéu, el fútbol le dará otra oportunidad en el Mundial de Clubes que se jugará este verano en Estados Unidos: está en el mismo grupo que el equipo de Ancelotti.
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