YOUTH LEAGUE | BENFICA - ATLÉTICO
Rayane y Omar dan un punto de fe al Atlético
El Benfica se llegó a situar 2-0 en el marcador, pero los rojiblancos nunca le perdieron la cara al partido. Cuarto punto del Atleti.
El Atlético siempre es el Atlético, aunque sea contra viento y marea. Y aunque no le acompañe la contundencia, uno de los conceptos más utilizados por Simeone y que en Lisboa puso contra las cuerdas a los rojiblancos en un inicio donde el Benfica se las prometió muy felices gracias a la calidad de su tridente ofensivo.
Repetía Luis Bueno el once que había goleado por 4-0 al Leipzig en la primera jornada. Un equipo reconocible pero que entró frío y se encontró con el marcador en contra a los 30 segundos. Un varapalo enorme ante una cantera lisboeta que fabrica talento al por mayor año tras año. El buen centro de João Rego lo mejoró Gustavo Varela con un remate de primeras académico y ante el que nada pudo hacer Dani Rubio.
Un golpe del que supo reponerse el Atlético adueñándose del balón, con personalidad para mover el juego de un lado a otro y pudiendo empatar pronto, con el centro de Romeo Hueso y el remate de Taufik que atajó un Voitinovičius que se fue agigantando con el paso de los minutos. Romeo y Taufik, que a sus 17 y 16 años respectivamente tienen sus nombres marcados en rojo en la Academia colchonera. Pero la contundencia volvió a sonreír al Benfica. Una gran maniobra de Jorge Castillo en el área se encontraba con el paradón brutal de Voitinovičius. El capitán, uno de los jugadores capitales para el despertar colchonero, se llevaba las manos a los ojos anonadado.
Un minuto después el Benfica volvía a hacer valer su pegada. La apertura de nuevo de João Rego para encontrar la internada libre de Olívio Tomé, un dolor de cabeza constante para un Boñar que en esta ocasión se había visto arrastrado por el movimiento del punta sin que nadie siguiese a Tomé. No falló ante Dani Rubio y el equipo portugués probablemente pensó que había dado un golpe definitivo. En un encuentro igualado había matado en las dos ocasiones que había gozado. Y, con espacios, se presentaba un escenario ideal para la velocidad de las transiciones del Benfica y de su tridente de ataque.
Pero el Atlético nunca deja de creer, tampoco en su cantera. Y verse 2-0 en contra a los 18 minutos en el feudo de una de las grandes canteras europeas no le hizo bajar los brazos. En los pies de Castillo, Hueso, Taufik y Boñar fue tejiendo una tela de araña en la derecha para acabar recortando por la izquierda. La internada de Julio Díaz y su centro fantástico para el cabezazo de Rayane Belaid. La dupla de campeones de Europa Sub-19 y otra pincelada del talentoso centrocampista que volvía a aparecer para su sexto gol en ocho partidos de Youth League entre las dos últimas ediciones.
Y, justo antes del descanso, Omar ponía el empate desde el punto de penalti por una mano señalada a Leandro Santos en un nuevo centro lateral que buscaba la cabeza de Rayane, en esta ocasión desde la derecha. La montaña rusa de primera parte acababa en tablas después de dar la vuelta a un 2-0 que parecía una mochila de muchísimos kilos.
Una segunda parte más descafeinada
Un ritmo y una primera mitad que no tendría continuidad en la segunda. Era prácticamente inasumible. Habían sido 48 minutos vibrantes para el espectador, pero con muchos boquetes para los entrenadores. João Rego intentaba poner la luz en los locales y el Atlético ser incisivo por los costados. Pero el encuentro era otro. Los de Luis Bueno habían remado mucho para descoserse y los portugueses se volvían timoratos al haber sentido que el Atlético no se amilanaba ni con todo en contra.
Los rojiblancos dominaron el balón, pero las llegadas escasearon por ambos lados. Y la expulsión de Tiago Freitas en el minuto 84 fue la excusa perfecta para que el Benfica asumiese como bueno el empate y entrase en ese otro juego que apenas permitió continuidad en los últimos minutos. Gabriel Castrelo, aportando desde el banquillo, y Rajado probaron suerte en los últimos instantes, pero nada más se movería. Un punto de mérito ante un rival complicado y después de un 2-0 que puso muy cuesta arriba el planteamiento colchonero y que, aún así, pudo saber a poco por sentirse superior en fútbol e intención a un Benfica que acabó pidiendo la hora. Los portugueses ya conocen de primera mano que este Atlético es un hueso muy duro de roer y que no se rinde ni después de la tormenta.
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