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SUPERCOPA DE EUROPA

Primer día, primer reto

Mbappé debuta en el Madrid con la Supercopa en juego y sin haber disputado un minuto desde el 9 de julio. El Atlanta, mermado por las bajas. Camavinga, tocado.

Kylian Mbappé, durante el entrenamiento del Real Madrid en Varsovia.
SERGEI GAPONAFP
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El primer partido de Kylian Mbappé ya tiene un título en juego. Así será su vida en el club blanco, el más exigido del mundo. Hacia él apuntan todos los focos de esta Supercopa en Varsovia, a la que el equipo de Ancelotti llega cortísimo de preparación. Carvajal, Mendy, Tchouameni, Camavinga, Valverde, Bellingham y el propio Mbappé no han jugado ni un minuto durante la pretemporada. El delantero francés, de hecho, no lo hace desde el 9 de julio, cuando su selección cayó eliminada en semifinales de la Eurocopa. Fue presentado una semana después, luego se anunció que no sería operado de su fractura de nariz y regresó a los entrenamientos el miércoles de la semana pasada.

Ese déficit y la idea de Ancelotti de premiar a los campeones de Europa ponen en duda su titularidad, aunque seguro que tendrá minutos. El Madrid lleva siete años esperándole y no puede ahorrársele con un título en juego. En ese tiempo ha promediado en el PSG más de 36 goles y más de 14 asistencias por temporada, ha sido pichichi de la Liga francesa seis veces y viene de meter 44 tantos, su mejor registro, el pasado curso. Las dos cuestiones pendientes para Ancelotti son cómo encajará al francés, cuya llegada cambiará probablemente el rol de Bellingham, y cómo resolverá la falta de Kroos, jugador singular sin relevo en la plantilla (Modric es lo más parecido). Camavinga, una de las alternativas, sufrió un pisotón de Tchouameni, abandonó tocado el entrenamiento de ayer en Varsovia y está descartado para el choque.

El entrenador del Real Madrid, el italiano Carlo Ancelotti, da instrucciones a sus jugadores en el entrenamiento del equipo este martes en Varsovia, en la víspera del partido de la Supercopa de Europa de fútbol que enfrenta a su equipo con el Atalanta.
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El entrenador del Real Madrid, el italiano Carlo Ancelotti, da instrucciones a sus jugadores en el entrenamiento del equipo este martes en Varsovia, en la víspera del partido de la Supercopa de Europa de fútbol que enfrenta a su equipo con el Atalanta. MariscalEFE

Enfrente, el Madrid tendrá un adversario peculiar, en cierto modo un club de autor. Antonio Percassi, 71 años, debutó con 17 en el Atalanta de su natal Bérgamo y allí estuvo hasta los 22, en que fue cedido al Cesena. Desencantado, un año después dejó el fútbol para dedicarse a los negocios y ahí la vida le fue mucho mejor que como defensa central. En 1990 volvió para presidir el club y cuatro años después se marchó tras una temporada desastrosa que acabó con el equipo en Serie B, pero en 2010, convertido ya en uno de los hombres más ricos de Italia (en 1.600 millones de euros se estima su fortuna), regresó para liderar la era más provechosa de un club que representa a la 35ª ciudad de Italia en población, es modélico en su gestión y ostenta el dudoso honor de ser el equipo italiano que ha pasado más tiempo en Serie A (63 años) sin ganar un ‘scudetto’.

Un club que vende bien

Si Percassi ha sido el alma del proyecto, el corazón lo ha puesto Giampiero Gasperini, 66 años, técnico muy alejado del canon italiano. Llegó hace ya ocho años y con él ha vivido el equipo una era dorada: nunca ha bajado de la octava plaza y ha sido tres veces tercero y dos cuarto sin el presupuesto de un grande. De hecho, desde la llegada de Gasperini, el club ha ingresado por traspasos 154 millones más de los que ha gastado. Ese buen ojo para comprar barato y vender caro le ha permitido crecer.

Y eso que Gasperini levantó sospechas en sus inicios: “Cuando empecé me acusaban de fomentar el catenaccio por poner tres centrales”, ha explicado en alguna ocasión. Un espejismo. Su Atalanta ha sido el máximo goleador de la Serie A en tres de las últimas seis temporadas. Pep Guardiola dijo que jugar contra el equipo de Bérgamo era “visitar al dentista”. Mourinho lo ratificó. “Es el técnico más duro al que me he enfrentado. Cinco veces cambié el dibujo y todas las contrarrestó”. Su primera presión uno contra uno es única en el mundo del fútbol.

Dos mujeres posan con el trofeo de la Supercopa en Varsovia.
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Dos mujeres posan con el trofeo de la Supercopa en Varsovia.SERGEI GAPONAFP

Pero Gasperini no solo cuida el aspecto táctico, sino también el anímico. Le gusta colgar mensajes de motivación en las paredes del vestuario. Uno de ellos define su estilo: “Defender te hace invencible, pero si quieres ganar, debes atacar”. “Él nos hizo creer que podíamos ganar a Juve o Nápoles”, explica el holandés De Roon. De su obsesión por el juego da fe su esposa, Cristina, que revela que es frecuente verle levantarse en mitad de la noche para anotar algún apunte táctico.

Lookman, el peligro nigeriano

Tres centrales, dos laterales largos, dos centrocampistas de contención, un creador y dos puntas ocupan los espacios en este Atalanta muy golpeado este verano. Gianluca Scamacca, delantero centro de la selección italiana, se rompió el cruzado en pretemporada. Ello obligó al club a fichar la pasada semana a otro internacional azzurro, Mateo Retegui, argentino de nacimiento, por el que ha pagado 22 millones al Genoa. A él o al belga De Ketelaere les acompañará el sorprendente Ademola Lookman, autor de los tres goles en la final de la Europa League ante el Leverkusen. Hijo de nigerianos, jugó en todas las selecciones inferiores inglesas (fue campeón del mundo Sub-20 en 2017) hasta decantarse por la absoluta de Nigeria. Apuntaba tan alto que el Leipzig pagó por él 18 millones al Everton en 2019. No cuajó, fue cedido a Fulham y Leicester y hace dos años el Atalanta lo compró por nueve millones, la mitad de su precio original. En Bérgamo ha despegado: 32 goles en las dos últimas campañas.

Lookman y Gasperini, durante el entrenamiento del Atalanta en Varsovia.
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Lookman y Gasperini, durante el entrenamiento del Atalanta en Varsovia.Jennifer LorenziniREUTERS

La baja de Scamacca no es la única que merma al equipo. Tampoco estará el recién fichado Nicoló Zaniolo, aquel niño prodigio de la Roma frenado por dos roturas de cruzado en un año y por verse involucrado en un caso de apuestas ilegales. Koopmeiners, que se declaró en rebeldía para irse a la Juventus, y Toloi son baja también; otro de los nuevos, el mediocentro Sulemana, anda en duda por un esguince de tobillo, y el fichaje de Pubill, finalmente, quedó en tentativa.

A estos contratiempos hay que añadir que el equipo no ha hecho una buena pretemporada (empate ante el AZ y derrotas estruendosas ante el Parma, por 4-1, y ante el St. Pauli, por 3-0), pero tampoco ha sido brillante la del Madrid (derrotas ante Milan y Barcelona y victoria frente al Chelsea). Hace tres años ya se vieron en octavos de la Champions. El Madrid ganó los dos partidos sin jugar bien. Sobreviven once jugadores de entonces en este Atalanta, para el que el partido es estirar el sueño. 6.000 hinchas le apoyarán en Varsovia. El Madrid, más acostumbrado a duelos a todo o nada, se abre la posibilidad de conquistar el primer título de siete posibles y liderar también el palmarés de la Supercopa. Ahora está empatado a cinco trofeos con Barça y Milan, dos de sus rivales de cabecera.

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