La Masia apunta al Bernabéu
Dos canteranos del Barcelona, Dani Olmo y Simons, le ponen alas al Leipzig. Rüdiger y Bellingham, ausentes en la ida, refuerzan a un Real Madrid que busca los cuartos de final.
El Leipzig tiró 14 veces en el partido del Red Bull Arena, lanzó siete córners, obligó a Lunin a hacer nueve paradas, igualó la posesión con el Madrid, en esta Champions solo cayó fuera ante el City, por la mínima (3-2), y despachó su último partido de Bundesliga con una victoria de autoridad ante el Bochum (1-4). Una cascada de avisos sobre un gran resultado en la ida para el Madrid, que busca los cuartos amparado en la intimidación del Bernabéu, donde ha ganado nueve de sus últimos diez partidos de Champions (sigue el encuentro en directo en As.com).
Quedó demostrado en Leipzig la doble condición del equipo de Marco Rose: queda al descubierto sin la pelota y es capaz de descubrir a cualquiera con ella gracias a un póquer ofensivo excepcional. Dani Olmo, Simons, Openda y Sesko han anotado 47 de los 72 goles del equipo esta temporada. Tres de los cuatro, el holandés, el belga y el esloveno, llegaron el pasado verano y han demostrado una enorme capacidad de adaptación, especialmente Openda, al que Rose reservó de salida ante el Bochum el sábado y que resultó después decisivo en la remontada.
Openda, de efecto inmediato
Canterano del Standard y del Brujas, fue en Países Bajos donde despegó la carrera de Loïs Openda. Allí jugó cedido dos temporadas en las filas del Vitesse, con el que anotó 40 goles. Ese olfato llamó la atención de Lens, que arriesgó pagando por él casi 16 millones al Brujas, club que tenía sus derechos. El impacto en el equipo francés fue inmediato. Acabó la temporada como cuarto anotador de la League 1 (21 goles) y el Leipzig vio en él un sustituto ideal para Nkunku, traspasado al Chelsea por 60 millones. También en la Bundesliga ha cuajado a la primera: “Encontré un equipo fantástico para progresar. Viendo cómo juegan, cómo defienden y cómo atacan, está claro que es perfecto para mí perfil. Lo hablé con mi familia y ellos pensaron lo mismo. Aquí se dan oportunidades a jugadores jóvenes para que lleguen a ser top, y ese es mi objetivo”.
Tercer goleador de la Bundesliga (17 tantos), jugó tres minutos ante el Madrid con la camiseta del Brujas en la temporada 19-20, curso aciago para él: pasó 19 jornadas sin marcar y tuvo que dejar el equipo. “Perdí la confianza y tuve que marcharme al Vitesse”. Allí encontró un salvavidas, Thomas Letsch, el técnico que le cambió la carrera. La campaña pasada, en el Lens, hizo tres goles al Clermont en cinco minutos, el hat-trick más rápido de la Liga francesa en 56 años. Y en el Bernabéu aterriza con una gran carta de presentación: seis tantos en los últimos ocho partidos.
No será el único peligro del Leipzig. El neerlandés Xavi Simons, cedido por el PSG, suma ya ocho goles y once asistencias y con solo 20 años apunta a gran figura del fútbol europeo. Hijo de un exjugador de Fortuna Sittard, NAC Breda y Willem II, entre otros, comenzó a jugar con siete años en el Thader de Rojales, localidad alicantina en la que decidió residir la familia tras la retirada de su padre. El Villarreal se interesó pronto en él, pero acabó en la cantera azulgrana, en la que pasó nueve años antes de marcharse, de forma abrupta, al PSG. En La Masía coincidió con jugadores como Gavi o Balde.
Con 16 años ya tenía cuatro millones de seguidores en Instagram y su carrera parecía imparable, pese a que durante unos meses tuvo que dejar de jugar a cuenta de la sanción que la FIFA le impuso al Barça por contratar menores extranjeros. En París no cuajó a la primera y acabó siendo traspasado al PSV. Su excepcional temporada pasada en Holanda (22 goles, 11 asistencias, buenas actuaciones con la selección) hicieron que el PSG ejecutara su cláusula de recompra (cuatro millones) para de inmediato cederle al Leipzig.
Tchouameni y Nacho
De Simons es la banda izquierda y de Dani Olmo, la derecha. También criado en el Barça, donde jugó siete años, hasta juveniles, e imprescindible en la Selección española, su pasado reciente viene marcado por las lesiones. Sufrió dos el curso pasado que le hicieron perderse veinte partidos. Esta temporada ha padecido otras dos, que le costaron tres meses de baja, pero ahora vuelve a estar en máximos: en solo 16 partidos ha marcado siete goles y dado cuatro más.
También al Madrid le pilla el encuentro en mejores circunstancias que en la ida. Allí no pudo contar con Bellingham, por un esguince de tobillo, ni con Rüdiger, aún convaleciente de la lesión muscular que se produjo en Getafe. Hoy estarán ambos. De hecho, será el único partido del inglés con el Real Madrid en casi un mes por la sanción de dos partidos que le impuso hoy mismo el Comité de Competición tras su expulsión en Valencia, lo que le impedirá estar en los duelos ante Celta y Osasuna. Luego será llamado por Inglaterra.
En un equipo con más certezas que dudas, Ancelotti debe resolver cuestiones menores: si Tchouameni repite como central o emplea, como parece, a un defensa más natural como Nacho; si Modric releva a Kroos, en esa alternancia recurrente con el croata en inferioridad; o si se plantea el relevo de Rodrygo por Brahim, visto el rendimiento del malagueño.
FOTOGALERÍA
Resultado de la ida al margen, el Madrid ha resultado extremadamente fiable en el Bernabéu esta temporada. Ganó sus tres encuentros de la primera frase en Champions y solo ha cedido dos empates en Liga, ante Rayo y Atlético. También se impuso dos veces en casa a los equipos dirigidos por Rose (Gladbach y el propio Leipzig), pero en Chamartín se sabe que a los equipos alemanes los carga el diablo.