Robert Moreno: "Tchouaméni tiene muy claro que quiere ser un gran futbolista"
El entrenador español pidió su fichaje en el Mónaco e intentó pulir el diamante con trabajo específico. “Hicimos trabajo específico con él, Cesc se anticipaba siempre”.
El Real Madrid tiene encaminado el fichaje de Aurélien Tchouaméni por un precio que rondaría los 80 millones de euros. Cantidad que en Mónaco aceptarían después de saber que el equipo blanco dispone de dinero suficiente tras el fiasco con Kylian Mbappé.
El mediocentro dejará el Principado tras dos años y medio en los que ha demostrado ser uno de los jugadores de futuro. Y no ha sido fácil ya que nada más llegar, en enero de 2020, Aurélien era un diamante por pulir. Un trabajo que se apuntó desde el principio la persona de encargar su fichaje: Robert Moreno.
El técnico español llegó al Mónaco semanas antes y lo primero que se encontró en el club era la ausencia de un director deportivo, por lo que el catalán tuvo que asumir también las labores de ‘manager’ y confeccionó una lista de posiciones a reforzar. La máxima prioridad fue apuntalar el medio del campo ya que en verano iba a quedarse un hueco importante por las bajas de Adrien Silva (en último año de contrato) y Bakayoko (cedido por el Chelsea).
Moreno confeccionó una lista de tres de jugadores y subió al despacho del mandatario Dmitry Rybolovlev. Ahí estaban Youssouf Fofana, Tomáš Souček y Aurélien Tchouaméni. El primero entró en el casting final por ser un futbolista de rendimiento inmediato, el segundo resultaba una buena opción por quedar libre del West Ham aquel verano (luego renovó) y el próximo refuerzo del Madrid aparecía como una opción de futuro, aunque algo verde todavía, tal y como se podía ver en el Girondins de Burdeos.
Pero Moreno asumió el reto y apostó por la juventud del futbolista de Ruan. “Tchouameni me parecía un fichaje estratégico por el potencial de crecimiento y rendimiento inmediato que en mi opinión nos podía ofrecer”, cuenta el técnico a AS.
Al no haber director deportivo, es el técnico español el encargado de convencerle. “Para que viniera tuve que llamarle y convencerle con mi francés que en ese momento era aprendido a marchas forzadas”.
Tchouaméni aterriza en Mónaco a finales del mercado invernal y en el primer partido mostró sus ganas de triunfar y hacerlo bien, pero también dejó pistas del trabajo por hacer cuando nada más entrar hizo una cesión que casi le cuesta un gol a su equipo. “Recuerdo que se giró y me pidió perdón. Aurélien es un chico que tiene muy claro que quiere ser un gran futbolista. Es muy implicado y siempre transmite sus ganas de aprender”.
Robert Moreno ve el potencial y la ganas, pero decide atajar esos problemas propios de la edad en el corto periodo que estuvo en el banquillo con ejercicios al margen. “Recuerdo que tuvimos que llevar a cabo un trabajo específico con él para perfilarse bien. Cesc se le anticipaba siempre, aunque no era más fuerte que él. El chico tenía unas ganas enormes de aprender, pero cometía errores propios de la juventud”, desvela.
La era de Moreno en el Mónaco terminó el verano de 2020 y Tchouaméni siguió creciendo en el club hasta conseguir ocho goles y siete asistencias en los 95 partidos disputados y convertirse en uno de los jugadores de mayor futuro. Y ahora Robert Moreno se siente orgulloso de haber formado parte del crecimiento de Aurélien: "Es el perfil de joven con el que me gusta trabajar, como Raúl Torrente (Granada), Isma Ruiz (Granada), Dani Olmo (Leipzig), Pau Torres (Villarreal) o Jean Marcelin (Mónaco). Gente implicada y dispuesta a sacrificar lo necesario para crecer y ser grandes futbolistas. A parte de la calidad tenían el deseo”.