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REAL MADRID

“¡Me voy a tatuar el gol de la 14ª y será de Marcelo!”

Los madridistas han empezado a tomar París soñando a lo grande aunque el grueso llegará entre hoy y mañana. Los 'reds', en alto: "Esta final es nuestra".

Actualizado a
Los aficionados madridistas empiezan a tomar París.
JESUS ALVAREZ ORIHUELA

EI centro de París, a pocos metros de la aún doliente catedral de Notre Dame, recibió ayer a la Orejona, el santo grial que buscan madridistas y reds mañana. Las dos aficiones empezaron a entretejer el abarrotado núcleo turístico parisino con el blanco y el rojo, los cánticos y sueños con nombres de número ordinal: la Decimocuarta en Cibeles o la Séptima rumbo al Mersey...

La ciudad de la luz empezó a recibir los primeros contingentes de madridistas, la mayoría de ellos en avión en rutas directas o tan peregrinas como escalas en el aeropuerto de Nantes, uno de los que va absorber los que no puedan los de Orly y el Charles de Gaulle. Un buen número lo hará quemando kilómetros en autobús desde el mediodía de hoy con un Madrid-París del tirón. Otros vienen atravesando océanos, literalmente.

Así lo ha hecho Lalo, recién llegado de México portando un capote tamaño mini con el que emula para hacerse la foto con la Copa las famosas verónicas de Raúl, Ramos y ahora Nacho. Su pierna derecha es la Capilla Sixtina del Real Madrid europeo. Tatuajes de la volea de Zidane en Glasgow y del Minuto 93 de Ramos en Lisboa, las fechas de todas las finales de la historia blanca y hueco para uno más, el gol de la Decimocuarta. “Me voy a hacer el gol de la Decimocuarta y me gustaría que fuera de Marcelo”, anuncia con fe.

Por parte del Liverpool también hay historias curiosas. Como la de Alex, recién aterrizado con cuatro amigos desde Dublín y sin entradas, ha venido “sólo por el ambiente”. No pierde el ánimo aunque a la postre no logre ninguna localidad en el Stade de France. “Somos la mejor afición del mundo y lo demostramos en viajes como este”. Se anima antes de que se le pida siquiera con un pronóstico (“3-1, con dos goles de Mané”). Su grupo, formado con veteranos de Anfield, porta una enorme bandera con mensaje para el Madrid, porque recuerda el triunfo contra el Madrid en París en 1981 y el gol de Barney Rubble (Pablo Mármol), el apodo de la leyenda red Alan Kennedy.

Buen rollo previo entre ambas aficiones, pese al pique por la final de 2018 en Kiev, en una fiesta en la que se dejó ver por la Champions Village ubicada en la plaza del Hôtel de Ville (el Ayuntamiento parisino) como un hincha más Cristiano Felicio, pivot brasileño ex de los Chicago Bulls, ahora en la liga alemana y fan de sus compatriotas del Madrid, disfrutando como un niño pequeño aunque sus 2,11 metros de altura fueran de todo menos discreto. Esta final es para todos.