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RAYO VALLECANO I ENTREVISTA AS

Fran García: "Estoy feliz en el Rayo, pero que sea lo que tenga que ser"

El lateral izquierdo cierra con nota su estreno en Primera. Ha sido el tercer jugador con más minutos del equipo. El Real Madrid le ha seguido y sopesa recomprarlo. Su futuro está en el aire.

Fran García posa en Vallecas para AS.
Juan AguadoDIARIO AS

Fran García (Bolaños de Calatrava, Ciudad Real, 22 años) nunca llegó a imaginarse, cuando jugaba al fútbol con su hermano en el garaje, terminar la temporada de su debut en Primera con nota. Entonces sus pensamientos se centraban en no romper nada, "que era el mayor y luego cobraba", ríe. Ahora su cabeza está en descansar, con la satisfacción del deber cumplido, tras conseguir la permanencia para el Rayo y firmar un crecimiento que ha llamado la atención de muchos equipos, entre ellos, el Real Madrid. Precisamente en su cantera se formó este lateral zurdo, que firmó con la Franja hasta 2025, aunque la mitad de sus derechos siguen perteneciendo al club blanco. De ahí que su futuro esté en el aire. Algo que no inquieta al zaguero, para quien la familia —la de sangre y la que eliges— es su pilar. Ellos le quitaron de la cabeza que aquellas siete lesiones de hombro, durante sus tres años de juvenil, eran una señal del destino para que parase. No se detuvo y hoy recoge sus frutos, como un talento en ciernes y un jugador que se ha ganado un hueco en el corazón del rayismo.

—¿Qué balance hace de la temporada?

—El equipo ha estado a muerte de principio a fin. Hemos pasado rachas buenas y no tan buenas, pero supimos estar a la altura. Cuando las cosas no van tan bien es más fácil desconectar o culpar a otro. Aquí, todo lo contrario. El grupo ha estado unido y confiado en que el objetivo se cumpliría.

—¿Con qué momento se queda?

—Conseguir la permanencia en el Camp Nou fue especial, pero me quedo con esa primera vuelta... ¡El EuroRayo! Aunque no me lo creía, no era del todo consciente... Desde que llegué he vivido cosas magníficas, he pasado de Segunda B a ayudar a que el Rayo se salve. El equipo ha peleado codo con codo y la gente de alrededor nos lo ha hecho todo mucho más fácil.

—¿Cómo valora su estreno en Primera?

—Empezamos con dos salidas complicadas, Pizjuán y Anoeta, que me marcaron. Pensé que a lo mejor era un año de sufrimiento, pero la cosa remontó cuando ganamos a Getafe, Athletic y Cádiz. Me dijo Unai: 'Tío, esto es dificilísimo en Primera'. Fuera se nos complicó, pero siempre dimos buena imagen. Nos mostramos como un equipo alegre que proponía el juego que quería, sin achantarse por el rival. Esa identidad la han valorado. Nuestros partidos no eran sosos, sino de ida y vuelta. Eso a la gente le gusta.

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Juan AguadoDIARIO AS

—¿Qué campo le ha impresionado?

—Sin contar el Bernabéu, que ya lo conocía, el Pizjuán, el Villamarín... ¡Y el Sadar! No era tan grande como el resto, pero la afición apretó mucho y nos marcaron en el 91'. Era una olla a presión. Intentaba hablar con mis compañeros y no nos escuchábamos a cinco metros.

—¿Y qué rival le costó más parar?

—¡Carrasco! Ese primer partido fue cuando tuvimos el brote de COVID y apenas pudimos entrenar. Sin aquello hubiera sido diferente, no tengo ninguna duda… El Atlético empezó como una apisonadora y Carrasco, en una jugada en el córner, me la lio.

—¿Qué compañero es el que más consejos le da?

—El que hace de padre, por así decirlo, es Mario Suárez. Vivimos cerca y es quien más me ayuda. Poderle tener de compañero y referente es increíble. Aunque tengo muy buena relación con muchos. También está 'Choco' que es como otro padre, siempre trata de echarte una mano y se vuelca para que todos estén cómodos. Es un tío de 10.

—¿Qué culpa del éxito ha tenido el míster Iraola?

—Siempre le agradeceré la oportunidad. Le debo mucho, me dio la confianza que necesitaba para dar ese paso adelante. No había salido nunca del Madrid y era un reto. Es un entrenador espectacular y lo ha demostrado al trasladarnos su filosofía de juego, de cómo plantear los partidos... El míster es un activo muy importante para el Rayo, no sólo por lo que ha demostrado sino por lo que puede llegar a demostrar.

—La afición temía su marcha hasta que renovó y ahora, la de muchos jugadores.

—Ya empieza el runrún. El Rayo es un club trampolín. Es uno de los grandes del fútbol español y una gran oportunidad para que los jugadores crezcamos. Es beneficioso para la entidad y los futbolistas. Nos retroalimentamos. Hay gente que está a un nivel altísimo. Quizá haya salidas porque hay jugadores que pueden hacer un papel espectacular en equipos de puestos europeos e incluso de más arriba.

—Muchos dan por hecho que usted no seguirá, después de que el Madrid se plantee recuperarlo.

—Trato de tener calma y los pies en el suelo. Ahora mismo soy jugador del Rayo, estoy feliz aquí y me siento como en casa. Es un orgullo formar parte de esta gran familia. Si sigo, defenderé estos colores con todo mi corazón. A partir de ahí, que sea lo que tenga que ser.

—Para un canterano del Madrid, ¿volver es un sueño?

—Soy muy sincero y siempre lo he dicho: mi sueño sería volver. Ojalá tuviera esa oportunidad, pero me tengo que dedicar a mi equipo. Me dejaré todo sobre el campo, como he hecho hasta ahora.

—Da vértigo salir del Madrid, ¿también lo daría regresar?

—No lo he pensado. Ahora en verano habrá que ver qué pasa, qué situaciones se dan, estudiarlo todo bien y decidir. Cuando sales del Madrid sí da un poco de miedo porque puedes pasar frío. Aquello es una burbuja y fuera es más fácil que te puedas pinchar con algo. Es otro mundo, pero pienso... He llegado aquí por lo que he hecho. No tengo que cambiar nada para tratar de agradar. Muchas veces me he equivocado en eso. Y debo seguir haciendo lo mismo, siendo la misma persona...

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Juan AguadoDIARIO AS

—De niño siempre le vestían de blanco…

—Sí. Mi abuelo, en paz descanse, me decía que tenía que verme jugar con el Sevilla. Él era cerrado. Cuando me iba de vacaciones con ellos a Sevilla, me vestían con el traje del Madrid, pero me ponían un pin del Sevilla. O un balón del Sevilla. Me intentaba convencer, diciendo que tampoco cambiaba mucho el color y que me tenía que llevar para allá… (risas). 

—Hábleme de Vallecas.

—Elegí el Rayo porque me sentí identificado con sus valores y su filosofía de juego. No tuve ninguna duda de que sería un buen destino para mí. Además, estaba cerca de casa. No tenía que trasladarme. Eso me retiene un poco. Sentirte cómodo fuera del campo es muy importante.

—¿Qué le ha enseñado el Rayo en estas dos campañas?

—La importancia que tiene el alrededor. Soy de mi gente. No me gusta mover mi círculo. Eso es importante y siempre que lo pueda mantener, lo haré. Sé darle el lugar que se merece.

—¿Por qué es el Rayo especial? ¿Qué le dice la gente?

—La afición no se baja del barco ni en las buenas ni en las malas. Sin ir más lejos, lo vivimos con la derrota 1-5 contra el Villarreal. La grada en el minuto 90 estaba cantando, moviendo sus bufandas… Eso dice mucho de lo que es el Rayo. Recuerdo otro día que fui con mis amigos a un bar cerca del estadio tras una victoria. Me dijo un hombre: 'Fran García, no paras… ¡Te como los huevos!'. Me quedé pillao pensando '¿habrá dicho eso de verdad?' Al salir seguía allí y se echó una foto conmigo. Son cosas que en otro lado igual no pasan, pero en Vallecas todo es posible.