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ENTREVISTA AS | ANTONIO NÚÑEZ

"El Liverpool ha sido más regular, pero el Madrid es el Madrid"

Antonio Núñez formó parte del Madrid de los Galácticos y levantó la Champions con el Liverpool de Benítez. Ahora analiza la final del día 28 en AS y repasa su carrera.

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"El Liverpool ha sido más regular, pero el Madrid es el Madrid"

En el verano de 2001, el Madrid fichaba a Zinedine Zidane. Antes había llegado Figo. Luego lo harían Beckham o Ronaldo y en el equipo blanco ya estaban Roberto Carlos, Raúl y compañía. En definitiva, una galaxia llena de galácticos. Aunque hay otro apodo se hizo célebre en aquella primera etapa de Florentino Pérez en el sillón presidencial del Bernabéu: Zidanes y Pavones. El francés como ejemplo de los cracks planetarios del equipo y Paco Pavón como abanderado de los jóvenes canteranos que complementaban el primer equipo. Uno de ellos era Antonio Núñez. Extremo derecho que contó con la confianza de Carlos Queiroz en la 2003-04 y aparecía como recambio de Beckham y Figo. Actuaciones que convencieron a Rafa Benítez para incorporarle a su Spanish Liverpool en 2004.

Antonio fue parte de la operación Owen, que acabaría con delantero inglés en el Madrid. Una temporada como scouser donde tuvo tiempo de formar parte de la historia de la máxima competición continental. La hazaña del Liverpool de Benítez ante el Milan, remontando un 3-0 al descanso. Tardó en poder celebrar, por un inoportuno y rutinario control antidopping, pero luego vivió la locura. Como loca fue la famosa fiesta de Ronaldo un año antes, cuando aún jugaba en el Madrid. Salió en la foto de la prensa por desconocer el truco utilizado por sus compañeros: "Fuimos los únicos que entramos por la puerta de delante. Los demás lo hicieron por la del jardín para evitar a la prensa". De todo ello, del bonito proyecto que tiene entre manos con dos socios en estos momentos, de los entrenamientos con los Galácticos y, cómo no, de la final del día 28 de mayo entre sus dos exequipos charla ahora, a sus 43 años, desde Huelva, su hogar desde que se retiró, con AS.

¿Qué ha sido de Antonio Núñez desde que colgó las botas?

Estoy viviendo en Huelva porque mis últimos años los pasé en el Recre. Estaba muy cómodo y me quedé. Básicamente, la actividad a la que más tiempo le estoy dedicando es una escuela de fútbol en Guinea Bissau junto a otros dos socios. Tratamos de sacar adelante la escuela, que tiene unos 700 chicos y lleva mucho trabajo y esfuerzo. Algunos de ellos ya están empezando en equipos europeos.

¿Tenéis algún convenio con algún club?

De momento no. Estamos cerca de conseguir alguno, pero sí tenemos a jugadores jugando en clubes importantes. Dos están en el Celta, en las categorías inferiores; otro en el Depor, en el Fabril (filial del Deportivo). Sobre todo en equipos de Galicia y el norte de Portugal. Es donde está la base y donde los chicos intentan abrirse camino.

Sigue ligado al fútbol, pero, ¿cómo lo vive desde fuera? ¿Es un loco que no se pierde un partido?

Que va, que va (ríe). Nunca he consumido mucho fútbol. Me gusta el fútbol, pero más jugarlo que verlo. Normalmente mis compañeros veían más fútbol que yo. La mayoría de futbolistas ven mucho fútbol. Estoy por debajo de la media de horas de fútbol por televisión. Pero sí que termino viendo muchos partidos.

Imagino que uno que sí verá es la final entre Madrid y Liverpool. ¿Con quién va?

Siempre voy con el Madrid, por norma. Es mi equipo, lo tengo claro, desde niño. Pero hay veces que las derrotas duelen más y otras menos. Al Liverpool le tengo mucho cariño y casi siempre voy con ellos. Si el Madrid no puede ganar, mejor que pierda contra otro de mis equipos.

¿Quién cree que es favorito?

Es muy díficil dar un favorito... Quizá por estado de forma está mejor el Liverpool. Ha jugado mejor en líneas generales, ha sido más sólido, más regular. Pienso que últimamente lo ha hecho mejor. Pero, ¿qué pasa? Pues que el Madrid es el Madrid. Siempre es el Madrid. Lo hemos visto más que nunca este año. Además, creo que a la hora de afrontar estos partidos tan claves, el Madrid tiene más peso, experiencia e historia y se le suelen dar mejor. Es muy difícil dar un favorito.

No se atreve con un resultado.

No, no (ríe).

Paso por el Madrid de los Galácticos

Echemos la vista atrás un poco. ¿Cómo recuerda su etapa en el Madrid? Fue directo al Castilla, ¿verdad?

Sí, yo llegué bastante tarde al Madrid. En cierta forma siempre he pensado que fue una ventaja. He tenido muchos compañeros que han llegado muy pronto al Madrid, que son muy prometedores... Es muy grande la exigencia que hay en esa cantera, se hacen cribas enormes. El ir pasando año tras año es difícil. Haber llegado directamente al Castilla, si bien es lo más complicado, que te fichen directamente para el Castilla, tienes esa ventaja que estás a un paso del primer equipo y tienes esa oportunidad. A mí me pasó. Estuve dos años en el Castilla y estuve en aquella etapa de los Zidanes y los Pavones en la que contaban un poco más con los chicos del filial y pude dar el salto.

¿Se esperaba entrar en la mayoría de las convocatorias y contar tanto?

Hubo un poco de todo. Solía estar en las convocatorias, pero no jugué muchos minutos. Solamente fui titular una vez. Sí que iba teniendo minutos en muchos partidos. Iba por épocas. Allí no sabías mucho. La posición de un chico que sube del filial es que debes saber tu rol. Sabes que puedes no jugar un minuto en dos meses y si te dan diez minutos hay que aprovecharlos al máximo. No es como después ha sido en el resto de mi carrera. Allí no estabas para disputar un puesto como titular, sino para aprovechar los minutos. Sabías cuál era el equipo titular. Por delante tenías a Beckham, a Figo... No eras titular y lo sabías. No peleabas por un puesto realmente.

¿Cómo fue entrenar con los Galácticos?

La verdad que imponía bastante. Son jugadores que todo lo hacen bien, no fallan. Estás acostumbrado a que el compañero falle y no pase nada si fallas tú (ríe). Eso es otro nivel, margen de error había poco. En los llamados Galácticos sí que notaba ese escalón por encima de los demás. Era una aprendizaje continuo. Cada día les veías y se contagia. Nunca llegas a ser tan bueno como ellos, pero sí mejoras entrenando con gente que es mejor. Fue un año para aprender y para disfrutar de estar en la élite de verdad. Estabas entrenando con los mejores del mundo. Es para recordarlo siempre.

¿Entrenaban tan duro como el resto o lo suyo era algo más natural y se divertían en los entrenamientos más que la media?

No es que no entrenaran como el resto. En general, en aquel Madrid se entrenaba poco. No porque no se quisiera, sino por la exigencia de la competición. Estaban continuamente jugando. Dos partidos por semana durante todo el año. Yo ahí sí noté la diferencia. Los que no jugábamos a menudo sí notábamos que nos faltaba entrenamiento. El entrenamiento siempre era muy light. Yo, seguro que ha sido el año que menos he entrenado de mi vida. Realmente no lo necesitaban. Es verdad que veías que con los partidos ya iban en velocidad de crucero. El entrenamiento era eso, una cosa más de disfrute, de mantener la chispa y algunos, como Roberto Carlos por ejemplo, eran portentos físicos de tal nivel que aunque no entrenaran lo necesitaban.

¿Tiene alguna anécdota, que se pueda contar, de la época de esas que salen cuando se sienta con amigos a recordar batallitas?

No sé. En ese equipo, cualquier cosa que pase es una anécdota (ríe). Los protagonistas son Ronaldo, Roberto Carlos... En la fiesta de Ronaldo hubo unas cuantas anécdotas. Pero dices si se pueden contar y alguna no puede contarse (ríe). Allí lo pasamos bien. Esa fiesta famosa fue para recordar. Esas suelen ser las batallitas que cuento con mis amigos. Estaban allí todos y la que se lió... Estaba allí la prensa del corazón. No se hablaba de otra cosa.

Yo fui con Borja (Fernández) en el coche porque estábamos invitados toda la plantilla y nos fuimos. Fuimos los únicos que entramos por la puerta de delante. Los demás lo hicieron por la del jardín para evitar a la prensa. Como no tenían otras imágenes de la supuestas 'fiesta de la lujuria', éramos Borja y yo los que salíamos en todas las imágenes entrando en la casa. Parecía que éramos nosotros los que montaban todo.

Quedaron ustedes como los juerguistas del equipo...

Sí, sí. Al final fuimos los que nos fuimos a las 11 de la noche y parecíamos los más golfos (ríe). Pero esas cosas se quedan ahí en la memoria.

Etapa en el Spanish Liverpool

Y de ahí al Spanish Liverpool y como parte del fichaje de Owen por el Madrid. ¿Cómo fue aquello?

Sí, coincidió en ese momento en el que estaba el Madrid intentando traer a Owen. Yo iba a salir. Camacho me lo había comunicado, que no entraba en los planes. Mi representante había hablado con varios clubes y estaba hablado para irme al Mallorca. Estaba casi cerrado. Lo del Liverpool surgió a última hora. Benítez buscaba a alguien para ese puesto y le gustó la opción. Entré en la operación de Owen. Fue cosa de dos días. Tenía la cabeza puesta en Mallorca y en dos días a Liverpool. Fue de repente pero bueno. Yo esos días estaba fastidiado porque sales del Madrid, un sueño que se acaba... Pero se pasó rápido con esa noticia. Empezaba otra etapa también casi igual de iluisonante. Equipo grande, de Champions, jugar en la Premier... Oportunidad enorme.

Las maletas entre Mallorca y Liverpool...

Bastante diferente sí, tuve que hacer otra nueva (ríe).

¿Cómo era su inglés en ese momento? ¿Fue complicada la adaptación?

Para mí no lo fue. Depende a lo que estés más acostumbrado. Sí que hay españoles o sudamericanos que les ha costado más. Por no estar acostumbrados al clima, al horario... Algunos compañeros míos allí lo notaban. El idioma influye mucho. Pero en mi caso, hablaba bastante inglés y a mí este clima lluvioso no me importa nada. Me gustó mucho.

¿Se notaba mucho la atención de la prensa española en la época siendo tantos españoles en el equipo?

Sí. Es que éramos cuatro o cinco, porque Morientes llegó en enero, más el cuerpo técnico. Aparte de Benítez estaban Paco Ayestarán, Paco Herrera, las familias... Nos juntábamos todos mucho y se formó una pequeña familia cuando estás tan lejos.

¿Cómo recuerda la temporada? Hubo una lesión al inicio, pero luego ya empezó a contar bastante.

Sí, esa lesión fue complicada. Al segundo entrenamiento, el equipo casi entero estaba con las selecciones y ahí tuve una luxación de la rótula, en un gesto tonto. Y no siempre se me inflamaba. Se me había desprendido un trocito de cartílago. Hubo que operar para limpiar y me fui a casi cuatro meses de baja. No debuté hasta noviembre. Pierdes masa muscular, tienes que coger el ritmo de los demás... Ese tipo de cosas te lastran bastante. Yo no me sentí en ningún momento de la temporada a mi 100%. Fue complicado.

Pero sí que tuve muchas oportunidades, muchos minutos. Benítez es un entrenador que rota mucho, que utiliza a toda la plantilla. Así como decía que en el Madrid sabía que no iba a ser titular, en el Liverpool podías serlo cualquier día. Aunque no hubieras ido convocado el partido anterior. No fui convocado en la Premier y el miércoles, ante la Juventus, fui titular. Si él pensaba que para ese partido le podían ir bien tus características, te ponía. No tenía miedo de rotar o dejar en el banquillo a Gerrard por ejemplo y lo consideraba oportuno. Nadie tenía la sensación de 'no voy a jugar nunca'. Estábamos todos muy enchufados. Disfruté de muchos minutos y partidos y tengo un recuerdo buenísimo.

Siempre se pregunta por los ánimos después de la hazaña en la final de la Champions, pero, ¿cómo estaba el equipo en el descanso? Llegaron tras marcar Crespo el 3-0...

Pues puedes imaginar cómo entramos. Con una sensación de derrota, de nos están pasando por encima. Porque no solo era el resultado, sino que fueron muy superiores, pudieron haber sido cinco goles. La sensación de estamos aquí, con lo que ha costado y para que ahora te pasen por encima. Te podían meter una goleada histórica. La sensación era un poco de estar descolocados.

Ahí fue muy importante el míster. Tranquilizó mucho al equipo. Hizo cambios tácticos, de algún jugador. Planteó el partido de otra manera. Y transmitió la sensación de que no estaba todo perdido. Marcando un gol, todo podía pasar. El gol llegó pronto y nos fue dando confianza. Un poco lo que ha pasado con el Madrid estos partidos. No solo te da confianza a ti, sino que se la quita al rival. Te estaban pasando por encima y ven que te acercas. Se vienen un poco abajo y eso se suma a la confianza nuestra. Al final fue una remontada histórica de las que nadie se olvida. He visto el partido repetido 1.000 veces.

¿Cómo se sentía el calor de la grada?

El ambiente de la segunda parte fue el de estar viviendo algo histórico. Todo el mundo que estaba viendo el partido lo daba por perdido para el Liverpool. Es un partido del que todo el mundo se acuerda y cuando hablo con la gente que conozco me dicen: 'Yo me fui del bar', 'yo apaqué la tele'... A mucha gente le pasó. El estadio fue creando un ambiente de no creerse lo que estaba pasando y que había más y más nerviosismo.

Y ahora sí, ¿Cómo estaba el vestuario después de semejante hazaña? Sería una locura...

Uf, imagínate. Gritos por todas partes.

¿Quién llevaba la voz cantante en la celebración?

Yo tengo que reconocer que no viví los primeros momentos, porque me tocó control antidopping. Estaba deseando salir para irme a celebrar. Luego pues lo típico, metiendo gente en la ducha... Una locura.

Antonio Núñez, durante la entrevista con AS.
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Antonio Núñez, durante la entrevista con AS.

Imagino que será el recuerdo que guarda con más cariño de su carrera. ¿O hay algún otro que le saque una mayor sonrisa?

En cuanto a repercusión quizá sí. Pero hay otros momentos como el ascenso con el Depor. Fue el único ascenso que viví. Llevaba tres descensos y quería vivir uno (ríe). Por fin pudo hacerlo con el Deportivo. Aquí en el Recre, a pesar de lo difícil que fueron las cosas... Salvaciones con el estadio lleno en el último minuto... En casi 20 años hay momentos para todo.

Al salir del Liverpool, ¿le apetecía volver a España y por eso acabó en el Celta?

Yo estaba bien en Liverpool y hubiera seguido un año más. Pero así es el fútbol de élite. Si tu rendimiento no es el que tiene que ser, igual no tienes otra oportunidad en estos equipos top. Como decía, no fue un año que pudiera estar a mi máximo nivel por la lesión y no fue un rendimiento del nivel que quería el míster. A veces hay que buscar otras opciones. Realmente el Celta era un equipo que me seguía hace tiempo. Había jugado playoff de ascenso contra el filial y ahí ya quisieron que fuera para allá. El fútbol me llevó por otro camino, pero tenían buena referencia mía y acabé yendo para allá.

Al principio es un fastidio irte del Liverpoo, porque estaba bien. Yo quería una segunda temporada a mi nivel físico, pare demostrar lo que podía haber. Pero a veces esa segunda oportunidad no existe y no pasa nada, son cosas que pasan en el fútbol y hay que saber aceptarlo. Venir a España, a Primera División... Es el sueño de cualquier futbolista. En el Celta muy bien.

Es curioso que el equipo donde más tiempo ha estado sea el último.

Sí, sí. Y además no lo esperaba. Llegué con una edad ya... Tenía 35 años. Era para estar un año y ver si aguantaba (ríe). Al final fueron cuatro, más que en ningún otro sitio. Uno nunca sabe qué le depara la vida hasta el final.