Fallece a los 83 años Antonio Oviedo, leyenda del mallorquinismo
El mallorquinismo está de luto por la muerte de uno de sus símbolos más destacados: Antonio Oviedo, exfutbolista y exentrenador, fallecido a los 83 años.
Contar quien fue Antonio Oviedo daría para muchos capítulos, en los deportivo y en lo personal, pues siempre fue muy suyo y en ambas facetas se le podría calificar de leyenda, histórico, anárquico, revolucionario y díscolo, ya fuera como jugador, como entrenador e incluso como persona, un conversador incansable en materia futbolística y un tipo que se hacía querer pese a su vida desordenada como cuando se ejercitaba en el terreno de juego.
Como jugador formó parte de la histórica plantilla que logró el primer ascenso a Primera división en 1960 junto a los adorables Joan Forteza, Julià Mir (ambos vivos y muy afectados por la noticia) como otros que ya se fueron, casos de Bolao, muy reciente, o los recordados Arqué, Doro, Zamora y compañía.
Oviedo llegó a la isla para jugar entre 1959 y 1963. antes de vestir la camiseta bermellona había jugado en el Atlético de Madrid, Córdoba, Rayo Vallecano y Sevilla, para después del Mallorca jugar con Elche, Granada y Levante.
Tras abandonar la práctica activa del fútbol se quedó a vivir en Mallorca y años después ejerció como entrenador en clubes de la isla como Margaritense o Atlético Baleares para finalmente volver a la disciplina del Real Mallorca logrando como técnico en dos años (1979-1981) dos ascensos directos de Tercera división a Segunda pasando por la desaparecida Segunda B y logrando un récord difícilmente igualable: no conocer la derrota como local en esos dos años dirigiendo a su querido Mallorca.
Su salida del club fue traumática, al ser despedido por el presidente Miguel Contestí en plenas fiestas navideñas; por la mañana recibió su correspondiente cesta de Navidad y en la tarde del 24 de diciembre (Nochebuena) recibió una llamada en la que se le comunicaba su destitución. Nadie entendió las razones del despido puesto que el Mallorca estaba bien clasificado y Oviedo, como técnico, era apreciado por los jugadores y los aficionados. Sus diferencias llegaron a límites insostenibles.
Tras el Mallorca, Antonio Oviedo, dirigió a Poblense, Polideportivo Almería, Cacereño, Almería y Mármol Macael. Dio por finalizada su carrera como técnico y regresó a la isla para afincarse en Palma. Hace unos años ejerció de nuevo en el club como ojeador de futbolistas.
Una vida difícil y un pasado exitoso dejan a Antonio Oviedo, nacido en 1938 en Valencia de Acántara (Cáceres) como símbolo del mallorquinismo.
Sus excompañeros de equipo y amigos hasta el último día, Joan Forteza y Julián Mir se han mostrado muy tristes y afectados. Forteza apunta que este martes 17 de mayo "es un día muy triste, porque Antonio era como queráis vosotros que era, pero era muy salado y muy simpático, y en el campo, como futbolista era capaz de lo mejor y de lo peor en el mismo partido". Para Mir, su compañero era "excéntrico futbolísticamente, era un revulsivo para nosotros y aunque a veces le hubiéramos cogido por el cuello, era un referente; fue una gran persona, y a veces muy personalista en el juego del fútbol".
Ya descansa en paz otro de los denominados 'héroes de Vallejo', aquellos que en 1960 pusieron por primera vez al Real Mallorca en el mapa de la Primera división del fútbol español.