Tarde de despedidas en Bilbao
Elizegi dice adiós a San Mamés como presidente y todo hace indicar que Marcelino seguirá por la misma senda en el banquillo local. El Athletic apura su opciones europeas ante Osasuna.
Se viene una tarde de despedidas en San Mamés. Suele pasar en cada final de curso, aunque en Bilbao, con un goteo más lento que en otros sitios. Con el estadio antiguo, con Bielsa, Gurpegui, Iraola, Iturraspe, Susaeta... En este caso cae el telón para Elizegi, el presidente de la concordia estos tres años y medio. Ya no aparecerá más en primera fila del palco bilbaíno. Y también dice adiós Marcelino. Pensar ahora mismo que los únicos aspirantes a la presidencia por el momento, Barkala y Arechabaleta, cambien de opinión y confíen en el técnico parece imposible (sigue el partido en directo en As.com).
El proceso electoral se ha colado en este final de temporada. Barkala ha hablado con el entorno de Pochettino y Low. García Toral se reunió hace días con Arechabaleta y este no se atrevió a decirle que le ha descartado en caso de que ocupe el sillón de Ibaigane, pero AS ha podido saber que es así, que busca otro perfil. Al preparador asturiano no le ha hecho gracia: "Me podía haber comunicado directamente que no cuenta conmigo". También confirmó este que es posible que haga jugar a Capa hoy unos minutos, tras un terrible año en blanco en el que no ha contado para nada.
La nostalgia y lo institucional ahogan lo deportivo, pero aquí también hay miga. San Mamés apura las escasas opciones que le quedan de clasificarse para Conference League, esto es, la séptima plaza. Osasuna llega sin jugarse nada relevante en la clasificación, pero lo mismo pasaba con el Valencia y puso una buena piedra en el zapato rojiblanco. Las cuentas son claras: los leones deben recortar cuatro puntos con el Villarreal en los seis que quedan por disputar. Al menos, le ganan el average. Se hace complicado pensar que el Submarino solo sume un empate como tope en lo que le queda de año. El telón caerá en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla.
Lo leones llegan bajo la depresión del empate en casa ante un Valencia que no se jugaba nada y un Granada que anda entre la vida en Primera y la muerte en Segunda. Marcelino recupera a toda su defensa, una línea que en cuadro en el Nuevo Los Cármenes. Vencedor esté mejor en las últimas citas y querrá celebrar con un triunfo su reciente renovación.
Osasuna buscará una victoria que certifique una gran temporada en un choque cargado de simbolismo hasta el que se desplazarán 600 rojillos que tratarán de contrarrestar el empuje de San Mamés. Los tres empates consecutivos (todos 1-1) que arrastra Osasuna han empañado el final previsto por un equipo que contaba con un calendario asequible como para haber intentado un asalto europeo, desafío que ha quedado completamente descartado.
Arrasate ha anunciado rotaciones. Buscan estímulos pero no hacen falta, por la habitual rivalidad entre dos formaciones con proximidad geográfica y trasvases de Pamplona a Bilbao. Oier sigue descontando lo poco que le queda como jugador en activo. Le encantaría salir triunfante en sus últimas pisadas en una plaza complicada en la que logró marcar hace dos cursos para dar los tres puntos a su equipo.
Osasuna planteará un partido de ida y vuelta, con ritmo. Lo cierto es que el equipo navarro, con 47 puntos, todavía tiene opciones de robar la octava plaza a los vizcaínos, algo que pasa por ganar los dos encuentros que restan y que el Athletic caiga hoy y ante el Sevilla.