El Leganés debería ser líder de la ‘Liga Nafti’ para luchar por playoff
Para haber soñado con luchar por estar en la zona alta, el Leganés debería haber sido el mejor equipo de Segunda desde la llegada de Nafti al banquillo y sumar 64-65 puntos desde entonces.
La consecución de la salvación el pasado domingo ha puesto la primera guinda (que no punto y final, eso está por ver) a la era Mehdi Nafti en el Leganés. El técnico pepinero fue contratado en noviembre para salvar al equipo y lo ha hecho. A lo que no ha llegado es a meterse en la lucha por el playoff, el objetivo primario del equipo en el arranque de curso, pero al que el lastre del pésimo inicio de Liga ha condicionado mucho. Muchísimo.
Con todo y con eso, entonces, cuando el franco-tunecino relevó a Asier Garitano, estar entre los seis primeros era una opción que no se descartaba ni mucho menos. De hecho, el contrato del entrenador incluía una cláusula de renovación automática condicionada a una determinada clasificación en los puestos de promoción. Un rendimiento que, bajo su mando, sí se ha conseguido, pero ha resultado insuficiente para batallar por los puestos reales que dan derecho a pelear por el ascenso.
Traduciendo: en la Liga Nafti, los blanquiazules serían octavos, con 26 partidos disputados y 40 puntos a su favor (el 80% de los 50 que acumula el Leganés en todo el curso) y a sólo cinco del Real Oviedo, que ocuparía esa sexta plaza hipotética en esta clasificación virtual inexistente.
La calculadora: 14-15 puntos más para el playoff
La gesta de meterse arriba en la competición real era grande. Gigantesca. Tanto que, para estar ahora mismo batallando por esas posiciones, el Leganés debería haber acumulado 14-15 puntos más desde la llegada de su técnico. Esto es, debería haber aspirado a ser primero o segundo en esa hipotética liga Nafti de 26 partidos superando la puntuación conseguida desde entonces de Valladolid, Eibar, Girona, Almería, Tenerife, Oviedo y Ponferradina. Complicado… pero no imposible.
Porque con la media de puntos que cosechó Asier Garitano en la mitad del curso pasado (1,85 puntos por partido) le habría dado a Nafti para acercarse mucho a esa zona de privilegio. Con un ritmo similar, el Leganés tendría ahora unos 58 puntos, a seis de los puestos de promoción real. Al ritmo de Martí, Nafti no habría logrado acercarse tanto. El mallorquín lideró un Leganés que sumó 1,61 puntos por partido, lo que dejaría a Nafti, aplicando este ritmo, sin opciones de jugar el playoff, con 52 puntos y a 12 de los playoff.
Nafti, con 1,53 puntos por partido se acerca más a la media de este último, de Martí, que a la media de Garitano. Con todo y con eso, en el cuerpo técnico insisten en que el objetivo amarrado de la salvación es gesta importante que aplaudir viendo que el equipo, cuando lo cogieron, andaba metido en puestos de descenso y a cuatro de la zona de la salvación. Reto mayúsculo que han superado, eso sí, con sombras y luces. Altos y bajos. Está por ver que la mezcla de todos esos factores sea suficiente para convencer y consolidar su renovación al frente de los pepineros.