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Nolito, una despedida en el aire

El extremo gaditano se lesionó el aductor derecho contra el Alavés y podría perderse las tres jornadas que restan. Acaba contrato y el club no le va a ofrecer la renovación.

Nolito intenta arrebatarle el balaón a Uzuni durante el partido entre el Granada y el Celta.
PARKERDIARIO AS

El partido contra el Alavés pudo ser el último servicio de Nolito al Celta. El gaditano terminó lesionado y de confirmarse que sufre una rotura fibrilar en el aductor derecho se perdería las tres jornadas que restan de Liga. Especialmente dolorosa para el atacante y para la afición celeste sería su ausencia el próximo fin de semana contra el Elche, el duelo que estaba marcado como el de su despedida de Balaídos.

A sus 35 años, Nolito acaba contrato el 30 de junio y el club no le va a ofrecer la renovación. El sanluqueño no tiene pensado retirarse y piensa prolongar una carrera que incluye dos etapas en Vigo: 2013-2016 y 2020-2022. En la actual temporada, la del regreso del público a las gradas, el veterano delantero perdió la condición de titular y ayer frente al Alavés volvió a salir desde el banquillo.

Eduardo Coudet dio entrada al andaluz en el minuto 73, con el encuentro ya sentenciado a favor del Celta. Nolito sintió una molestia al golpear el balón y tras una primera exploración los galenos registraron en el parte médico que se trata de “una posible rotura fibrilar”. De confirmarse, sus opciones de volver a jugar esta campaña serían remotas y como último ejemplo de ‘su duende’ quedaría la pared que tiró con Kevin Vázquez, una combinación que terminó con remate al palo del lateral diestro.

Muerte de Ribadulla

A través de las redes sociales el Celta trasmitió este domingo su “profundo pesar” por el fallecimiento de José Luis Ribadulla, presidente del club entre 1983 y 1990. Esos siete años son el tercer periodo más longevo de un mandatario al frente de la entidad de Balaídos, solo superados en su casi centenaria historia por los dieciséis de Carlos Mouriño y los once de Horacio Gómez.

Durante la presidencia de Ribadulla el equipo vigués celebró dos ascensos a Primera y sufrió dos de los sucesos más traumáticos de su historia: el asesinato del entonces gerente Joaquín Fernández Santomé ‘Quinocho’ y el accidente de tráfico que dejó postrado en silla de ruedas al canterano José Manuel Alvelo.