RdT-Moreno, la viva estampa de un Espanyol desnortado
La riña del Bernabéu dibuja un equipo caído antes de tiempo. “La lealtad se demuestra cuando las cosas no van bien”, decía el goleador sobre su técnico en AS.
Del Bernabéu salió el Espanyol con una doble imagen, a cual más perniciosa. Por un lado, la indolencia de un equipo vapuleado por un Real Madrid plagado de suplentes, pendiente de una semifinal de Champions y al que le bastaba el empate para festejar el título de Liga: 4-0. Por otro, el desagradable capítulo ocurrido en el banquillo perico, cuando Vicente Moreno fue directamente a por Raúl de Tomás y le agarró de la pechera, proyectando al mundo a través de la televisión unas tensiones impropias de un equipo teóricamente salvado, aunque no sea matemático, con cierta solvencia.
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Aparentemente, le recriminaba el preparador que justo después de la sustitución se dirigiera RdT al banquillo del Real Madrid para felicitar a los suplentes y a Carlo Ancelotti por el inminente alirón. "Son cuestiones de gestión”, trató de solventar Moreno tras el partido, en la sala de prensa, en un papel de apaciguador que, por habitual en él, todavía provocó que llamara más la atención su visible riña con el goleador. Máxime cuando la relación entre ambos se ha asemejado a la de un padre y un hijo futbolísticos desde la llegada del entrenador al Espanyol en agosto de 2020, tras el descenso a Segunda.
“Yo necesitaba apoyo, para mí era un palo muy duro afrontar lo que me venía por delante, y él es una de las personas que más me ayudó”, certificaba De Tomás hace un año en el documental ‘RCDE Inside’ (TV3). Y el pasado octubre, en entrevista con AS, abundaba el delantero: “Me llevo muy bien con él, y no ha habido problema juegue o no, porque la lealtad se demuestra cuando las cosas no van bien. Yo nunca pondré un pero a lo que decida sobre mí, siempre le respetaré. Yo funciono cuando las personas son cercanas, leales y honestas. Y así es Vicente”, aseguraba.
El técnico le ha devuelto las flores en no pocas ocasiones, como cuando dijo del delantero que “es un tipo fantástico, puede dar una apariencia de cara al exterior totalmente distinta a lo que es, porque es muy buen chaval y muy querido en el vestuario”. Y RdT remachaba en el propio ‘RCDE Inside’, con una frase que ahora parece recobrar todo su valor: “A veces podemos chocar, pero siempre chocas con quien mejor te llevas. Nunca he tenido una relación tan buena con un entrenador como con él”.
Grave o anecdótico, porque no es la primera vez que el ariete y el técnico se enganchan –aunque sí la primera con tanta audiencia–, el capítulo del sábado en el Bernabéu destapa a un Espanyol desnortado, sin objetivos una vez se consideró que tras la victoria del pasado 10 de abril ante el Celta (1-0), y con 39 puntos, la permanencia ya era un hecho, con una cantidad de alicientes competitivos inversamente proporcional a los asuntos pendientes, con media plantilla en el aire, lo mismo que el propio entrenador y hasta el director deportivo. Una incertidumbre que no ayuda a construir resultados y que convierte cualquier pequeña chispa, antes sofocada con un leve bufido, en una alta probabilidad de incendio.