La cuesta de abril
Aunque las matemáticas digan de momento lo contrario, Las Palmas ha visto frenada en seco su desesperada carrera hacia los playoff. El Oviedo, intratable.
Paradojas del destino, de nada le ha servido a la Unión Deportiva estar en su mejor racha de la temporada en plena y agónica carrera por jugar los playoff de ascenso a Primera División. A falta de cinco jornadas, es la misma cantidad de puntos la que le separa de los puestos de privilegio, cada día más lejanos.
Ocurre que anda metida Las Palmas, tan inaccesible como parece, subiendo su particular cuesta de abril. Tras ganarle el pasado día 9 del presente mes al Amorebieta, 1-0, la tropa de García Pimienta sumaba 50 puntos, apenas uno menos que el Oviedo, que tenía 51 y parecía cada vez menos atrincherado en esa sexta plaza. El equipo grancanario había además superado una semana antes a la Ponferradina, 1-2, victoria doble aquella en El Toralín por haberse metido en la saca también el gol average particular.
Sin embargo, desde aquel 1-0 ante la formación vasco, el equipo insular ha entrado en un pequeño bache. Y eso que no ha perdido. Así, los empates en Ipurúa e Ibiza han puesto clavos en las ruedas con las que Las Palmas ascendía hasta la cima. Tras los respectivos 2-2 y 1-1, la Unión Deportiva yace ahora a cinco puntos del Oviedo, 60 por 55. Además, tras su 2-3 en Fuenlabrada, la SD Ponferradina también está por delante (57 puntos).
La cuesta de abril en la que Las Palmas anda inmersa se inclina todavía más por ‘culpa’ del propio Oviedo. Ocurre que el equipo asturiano no cede a la presión a la que busca someterle Las Palmas. El grupo de García Pimienta, que acumula seis jornadas sin perder por segunda vez en la temporada, estaba a tres puntos de la hueste del Cuco Ziganda antes de su excelente racha de resultados, y ahora permanece a cinco.
En cualquier caso, todos los caminos conducen, más allá del manido mantra del partido a partido, a la penúltima jornada de liga, cuando el Oviedo visita al Estadio Gran Canaria. Los playoff estarán en juego. Mientras tanto, las cuestas de cada uno marcan direcciones distintas. Quién sabe si, dentro de unas semanas, habrá punto de encuentro.