Camavinga y Ceballos, de plan B a equipo A
El francés y el utrerano, titulares contra Osasuna sin ningún jugador de la Santísima Trinidad, rindieron a un nivel excelso en El Sadar.
Hacerse un hueco en el centro del campo del Real Madrid sin que medie un imponderable es una tarea casi imposible. Hay que desbancar a Casemiro, Kroos y Modric y saltarse también el turno de Valverde. Pero en la visita a Osasuna se alinearon los astros. No estuvo ninguno de los tres. Casemiro y Modric no viajaron y de inicio Ancelotti dio descanso a Kroos dejándole en el banquillo. Para acompañar a Valverde, el técnico italiano depositó su confianza en Camavinga y Ceballos y ambos le correspondieron a un nivel excelente, demostrando que Carletto dispone para la medular de otros dos recambios de garantías. Un plan B digno de un equipo A.
Camavinga, de 19 años, sí venía gozando con cierta frecuencia del favor del entrenador madridista. El de Pamplona fue su 13er partido como titular. Juega de inicio uno de cada cuatro de los 48 encuentros que llevan los blancos esta temporada. En varios de ellos al francés le lastró su juvenil exceso de fogosidad, viendo amarillas tempranas que obligaban a Ancelotti a sustituirlo prematuramente para no arriesgarse a que el equipo se quedara con diez. Le pasó contra el Espanyol, el propio Osasuna en el Bernabéu o el pasado domingo frente al Sevilla en el Pizjuán. En El Sadar fue amonestado a los cuatro minutos de partido por una entrada a Budimir, pero ese condicionante no hizo sino ponerle por delante una prueba que superó con éxito. No cometió ninguna falta más, recibió tres y recuperó cuatro balones.
En los 74 minutos que jugó en Pamplona, Camavinga también hizo gala de una precisión en el pase digna del mismísimo Toni Kroos: dio seis pases en largo y tuvo el mejor índice de acierto del equipo en sus entregas. Falló solo 4 de los 67 pases que intentó: un 94% de precisión. Ha conseguido algo que parecía complicado: que el Madrid no eche de menos a Casemiro cuando no está. El Madrid ha ganado los seis partidos en los que el brasileño no ha participado esta temporada. Una de esas ausencias en un partido clave, contra el Athletic en el partido de Liga en San Mamés, fue otra de las grandes actuaciones de Camavinga.
El desquite de Ceballos
Tampoco defraudó Ceballos, de 25 años, que tuvo la oportunidad tan anunciada por Ancelotti. El técnico había insistido que, una vez recuperado de su lesión, el canterano bético iba a tener importancia en el equipo. Hasta la visita a Osasuna, eso no se había traducido en minutos. El utrerano sólo sumaba 104 minutos repartidos en once partidos, todos saliendo desde el banquillo. Su actuación más prolongada había sido la media hora de la prórroga de Copa en Elche. Pese a todo, Ancelotti seguía dirigiéndole elogios públicamente y reconocía que estaba siendo injusto con él al no recompensarle con minutos el trabajo que le veía en los entrenamientos.
En El Sadar no solo participó en la creación en juego (dio 63 pases buenos, como Camavinga, pero Dani intentó uno más) sino que fue incisivo en el ataque blanco. Intentó seis remates y estuvo involucrado en los dos primeros goles del Madrid. En la jugada ensayada que produjo el 0-1 puso el centro al área que permitió a Benzema asistir a Alaba. Y en el 1-2 fue el autor del remate que rechazó Sergio Herrera y habilitó a Asensio para que rematara a placer.
El internacional español, que acaba contrato en 2023, era uno de los jugadores que más papeletas tenía para salir este verano. Ahora, con más oportunidades y el respaldo insistente de su entrenador, puede replantearse un futuro que parecía, de nuevo, teñido de verdiblanco.