COPA DEL REY | FINAL BETIS - VALENCIA
Otero: "Me da risa cuando dicen que los equipos de Bordalás sólo dan patadas"
El exjugador del Betis y el Valencia analiza para AS la final de Copa. Defiende al conjunto ché y destaca el talento verdiblanco.
Jorge Otero (Nigrán, 1969) se formó en el Celta, pero también vistió las camisetas del Valencia y del Betis. Conoce muy bien a las dos finalistas de Copa y analiza el choque de La Cartuja para AS. Lució el murciélago en el pecho en 105 ocasiones y jugó 92 partidos con el Betis. Otero está convencido de que Guedes puede marcar la diferencia, pero su experiencia también le dice que Fekir y Canales pueden tener la llave de la final. Como entrenador, elogia a Bordalás.
¿Cómo le va la vida a Jorge Otero?
Bien. Hasta la semana pasada estaba entrenando al Arosa, en Segunda RFEF. Pero me destituyeron. El fútbol es así y estoy tranquilo, con la cabeza bien arriba.
¿Los banquillos es lo que más le gusta?
Cuando me retiré, empecé a trabajar en una empresa de césped artificial. Además, lo compaginaba con una escuela de fútbol en Nigrán. Luego, me lo tomé más en serio en Tercera y ahí empezó mi andadura en los banquillos. Ser entrenador es lo que más me gusta porque cuando has jugado toda la vida al fútbol esto es lo más cercano.
No sería fácil cambiar el chip...
Es difícil y te cuesta aterrizar porque has tenido unos hábitos muy marcados durante 18 años. De repente eso se corta. Los jugadores viven en una burbuja, aunque en mi época no era tanto así y por eso no lo noté demasiado. Pero es cierto que te sientes muy irascible, desubicado y cuesta hasta que empiezas a vivir esta nueva vida.
Vayamos al grano. ¿Cómo ve la final de Copa?
Tengo amigos en el Valencia y en el Betis. Son dos clubes que llevo en mi corazón. Al Valencia le tengo un especial cariño porque fue al primer equipo que fui después de llevar toda la vida en casa, en el Celta. Viví momentos muy buenos, pero los malos casi no se recuerdan. Además, esta es la mejor profesión del mundo, no hay nada que se le parezca. Por eso, cuesta quedarte con lo malo. Volviendo a la Copa, me gustaría que ganaran los dos.
Por lo que dice, el Valencia le marcó más...
Sí porque yo llegué procedente del Celta, un equipo que luchaba por no descender en mi época y me fichó el Valencia, uno de los grandes. Se puede decir que el Valencia me marcó un poco más que el Betis, pero en Sevilla se vive el fútbol de una forma muy intensa. Ambos equipos tienen dos grandes aficiones y merecen estar en la final.
¿Quién le firma para el Valencia?
Estaba Jesús Martínez en el Valencia, uno de los hombres de confianza de Paco Roig. Yo tenía contrato con el Celta y el Valencia pagó 250 millones de pesetas por mí. Durante muchos años, fui el jugador del Celta por el que más traspaso se pagó en su historia.
Usted estuvo en la final de Copa del Bernabéu, la del diluvio contra el Depor...
No pude jugar porque estaba lesionado, pero la viví muy de cerca. Ese parón no lo sentó bien al Valencia, pero me siento muy orgulloso de haber llegado hasta ahí. Esos momentos jamás se olvidarán. Hasta que nos marcó de cabeza uno de los jugadores más bajitos del Depor...
Luis Aragonés fue muy importante en su carrera...
Yo cuando llegué al Valencia estaba Parreira. Luego, llega Luis y apuesta por mí como central. Fue un entrenador muy importante porque luego coincidí en el Betis y me llamó para ir al Atlético, en Segunda. Fue uno de los grandes culpables del cambio que ha dado el fútbol español en los últimos años, sobre todo cuando llega a la Selección. A nivel personal, estaba siempre al lado del jugador y por algo le llamaban el 'Sabio'. Los jugadores eran lo más importante para él y también te exigía. El futbolista al final agradece tener un entrenador como Luis.
¿Qué le parece este Valencia?
Mire, hay un tema claro y es que hay muy pocos entrenadores que quieren enfrentarse a un equipo de Bordalás y eso es sintomático. Bordalás hace equipo y eso en el fútbol actual es fundamental. A mí me da la risa cuando dicen que sus equipos sólo dan patadas. Yo a los equipos de Bordalás los veo férreos y es muy difícil jugar contra ellos porque predomina el grupo por encima del resto. Además, es muy complicado conseguir eso en un club como el Valencia, con todos los problemas que está teniendo ahora a nivel institucional. A mí me da tristeza porque por momentos no vemos el Valencia que todos queremos ni el que pudimos vivir en esa ciudad.
Habla de la propiedad...
Es que parece que viva en un incendio constante y la afición no se merece eso. El Valencia siempre estuvo peleando por retos y títulos importantes y desde la distancia no se ve esa comunión que debería haber.
¿Y cómo ve al Betis?
Pellegrini le ha dado al Betis mucha velocidad y profundidad. Ha conseguido eso con la posesión y a través de un fútbol combinativo.
Por lo que dice, ve una final igualada...
Yo creo que veremos a un Betis más combinativo y a un Valencia fuerte físicamente, aprovechando las transiciones rápidas. Me parece que vamos a ver una final muy igualada. Es posible que el Betis pueda parecer favorito por cómo llega, pero en una final nunca se sabe. El fútbol está cada vez más igualado y lo vemos todas las semanas cuando un equipo parece muerto y no lo está.
¿Qué jugadores pueden decidir la final?
Guedes y Soler, en el Valencia, son muy determinantes. Guedes ha dado un paso al frente. Antes se veía que era un buen jugador, pero ahora se entiende por qué el Valencia pagó 40 millones por él. Soler es un jugador con mucha llegada. En el Betis, me quedo con su centro del campo, con Canales, Fekir y Carvalho.
Para finalizar. Tiene de perfil de WhatsApp una foto del partido contra Italia, en el Mundial de Estados Unidos, el del codazo a Luis Enrique...
(Risas). Es que España jamás olvidará aquel partido y por si acaso, siempre hay algún colega que me lo recuerda. La impotencia de Luis Enrique fue el sentir de todo un país. He visto ese partido 50.000 veces y merecimos pasar, pero pudo con nosotros la maldición de cuartos. Menos mál, que el fútbol ha recompensado todo con el paso de los años. Empezó Casillas haciendo justicia con aquel penalti que paró en la tanda en la Euro de 2008.