SUPERLIGA
La Superliga dobla su órdago
Se cumple un año del anuncio del proyecto y las consecuencias tremendas del mismo. El asunto está en los Tribunales. El plan de Florentino sigue en pie.
“Somos uno de los 12 clubes fundadores de la Superliga”. Con este anuncio del Arsenal, como con los de otros once equipos poderosos de Europa, se desencadenó en la madrugada del 18 al 19 de abril del pasado año una tormenta que aún perdura. Fue el órdago de la élite europea a la UEFA, a la que acusaron de monopolio en la organización de torneos y de la que quisieron salirse. Se cumple un año desde entonces, un año de turbulencias permanentes.
Los equipos disidentes fueron Real Madrid, Barcelona, Atlético, Juventus, Milan, Inter, Manchester United, Manchester City, Chelsea, Arsenal, Tottenham y Liverpool. Florentino Pérez fue anunciado presidente de la sociedad y Andrea Agnelli y Joel Glazer, vicepresidentes. Las horas posteriores al anuncio de la Superliga son historia del fútbol.
La UEFA, primero, y la FIFA, después -y más tibia-, emitieron comunicados en contra. La opinión pública empezó a ser contraria también, entre otras cosas porque se anunciaba un proyecto cerrado en el que sólo habría cinco plazas abiertas de entre los 20 participantes. El resto sería siempre para los fundadores. El caudal económico, respaldado por JP Morgan, era incuestionable, pero contrastaba con el elemento romántico de que los méritos deportivos desaparecieran como criterio de clasificación.
Clubes como el PSG y el Bayern se mantuvieron al margen, lo que también abrió una pequeña grieta. Sin embargo, lo que más fracturó el plan fue el cambio de rumbo de los clubes ingleses. Ante la presión popular de sus hinchas, muchos de ellos manifestándose a las puertas de los estadios, y el rechazo de Boris Johnson, primer ministro británico, acabaron reculando.
En manos de los Tribunales
En los tres días siguientes al anuncio se produjeron renuncias públicas -aunque no efectivas- por parte de los fundadores salvo Madrid, Barça y Juve, que han quedado como los últimos supervivientes. La ECA (Asociación de Clubes Europeos) los expulsó de su seno y puso a Al Khelaïfi (PSG) como presidente en lugar de Agnelli.
La UEFA, por su parte, abrió un expediente sancionador y el asunto terminó en los tribunales. El auto del juzgado de lo mercantil número 17 de Madrid paralizó la posible sanción. El asunto se trasladó al Tribunal Europeo de Luxemburgo, que deberá decir si hay monopolio o no.
Mientras llega la sentencia de la curia, la sociedad que sustenta la Superliga sigue removiendo las tierras. El cambio de estrategia abre nuevas esperanzas. El nuevo formato ya no sería tan cerrado como antes, sino abierto a cualquiera. Además, sólo el Inter estaría definitivamente fuera, pues una cláusula así se lo permitía. El resto permanece en el proyecto de manera legal, a pesar de sus anuncios diciendo lo contrario.
La UEFA confía también en ganar el pleito, al mismo tiempo que proyecta la modificación del formato de la Champions como si nada ocurriera. Un conflicto de intereses que se desencadenó hace exactamente un año y que ahora mismo se dirime en los juzgados. Las entrañas del fútbol siendo desafiadas por los clubes con más poder. ¿Quién ganará?