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LEGANÉS

El orgullo reside en Butarque

Sin objetivos por arriba o por abajo que pelear, el de mantener la inviolabilidad de Butarque en la era Nafti se ha convertido en motivación capital del Leganés de aquí a final de curso.

El orgullo reside en Butarque
DIARIO AS

Mehdi Nafti, entrenador del Leganés, se esmera en su función de portavoz casi único del club. Sus comparecencias son un llamamiento intenso al amor propio. Al deber de sus muchachos. Reclamación de escudo constante. “Tenemos que cumplir con nuestra profesión. No hay más motivos para competir en lo que resta de temporada. Nos estamos jugando mucho. Hay que cumplir con los deberes”, dijo ayer con tono serio. La clasificación, sin embargo, le contradice. La meritoria zona de nadie en la que se han instalado los pepineros son una invitación constante a la narcolepsia competitiva con Butarque como único elemento excitante. Como tótem de orgullo al que aferrarse.

El Leganés iniciará esta jornada 36ª clavado en la 16ª posición, bordeando la nada absoluta. Aunque la matemática le insiste que aún podría pelear por los playoff o verse amenazado por el descenso, la realidad futbolera invita a pensar que no sucederá ni lo uno, ni lo otro. La zona de privilegio orbita a nueve puntos de distancia y nueve posiciones (sideral abismo) y el pozo de los infiernos se ve en la lejanía de 14 puntos que bordean la salvación aritmética. Conclusión: al Leganés no le queda nada por jugarse más que el firme deseo de terminar bien la temporada… y Butarque.

Pilar de la era Nafti

Sí, en este tramo final de Liga el Leganés se juega Butarque entendido como su inviolabilidad. Como su transformación, de nuevo, el castillo infranqueable donde el Leganés preparó sus mayores sueños en forma de ascensos de categoría. Equipo al que siempre le costó hacerse fuerte allende su hogar, el recinto blanquiazul compensó sus pérdidas de forastero en las últimas temporadas hasta que, en el arranque de la actual, la hemorragia también se extendió a la Avenida de los Once Leones.

Hasta la llegada de Nafti, el Leganés disputó seis partidos en casa ante Burgos, Ibiza, Amorebieta, Lugo, Valladolid y Tenerife. Sólo fue capaz de vencer uno (Amorebieta) y empatar dos (Lugo y Burgos). El resto acabó en derrotas que dibujaron un panorama oscuro de apenas 5 puntos de 18 posibles. Anomalía extrema que, sin embargo, se ha corregido en la era Nafti.

El técnico blanquiazul no sabe lo que es perder un partido en casa de Liga (sí cayó con orgullo en Copa ante la Real por 2-3) en una impoluta racha de once partidos invicto: cinco victorias y seis empates. Son 21 puntos de 33 posibles. Dicho de otra forma, de los 35 puntos que ha cosechado el Leganés desde que el franco-tunecino se hizo con su banquillo, el 60% han caído en su feudo.

“La gente se apunta a todo”

Ahora que la temporada agoniza y los objetivos globales del Leganés se diluyen, en el cuerpo técnico quieren rematar la temporada con buenos números y, a ser posible, manteniendo el hito de que Butarque sea inexpugnable, virtud que se convertirá en regalo para una afición que, insiste Nafti, siempre responde.

No hay que animar a la gente [a venir a Butarque contra el Málaga]. La gente, nuestros aficionados, saben lo que tienen que hacer. Han venido aquí el día del Cartagena, nuestro primer partido, un entrenador leyenda como Garitano destituido, ambiente de funeral, lluvia, entre semana, 9 de la noche… La gente se apunta aquí a todo…”, decía este jueves cuestionado por algún mensaje que anime al público a acudir al recinto pepinero este sábado.

Será una de las fechas más complicadas: ante el Málaga (parte baja de la tabla), en plenas vacaciones de Semana Santa, en horario de siesta (16h) y sin objetivos que jugarse salvo quizá el propio Butarque per se. El de mantener su inviolabilidad una jornada más.