Jesé entra en barbecho
Tras la advertencia de García Pimienta, el sábado no jugó ni un minuto. Llevaba 23 titularidades seguidas. En sus últimos ocho partidos, un gol.
Ni siquiera cuando empezó a corretear por Valdebebas fue Jesé Rodríguez un futbolista para el que se usaran medias tintas, ni siquiera por su parte. Capaz de lo mejor y de lo peor, algunas veces ángel y otras un poco demonio, futbolista descomunal en cualquier caso. Enfrentado siempre a unas expectativas tal vez desmesuradas, anda el hombre reencontrándose así mismo en el equipo de su ciudad, aunque presa de la irregularidad.
Por talento y galones, es el 10 de Las Palmas el futbolista referencia de la hueste grancanaria junto al omnipresente Jonathan Viera. Sin embargo, anda Jesé metido este curso en un continuo vaivén de picos y valles que, sin embargo, no le impiden ser el pichichi de su equipo, nueve goles, y el máximo asistente, con seis pases decisivos. En ambas disciplinas, con un crédito menos, le sigue Jonathan Viera.
Pese a estas destacadas cifras, parece en estos momentos lejos de su pico óptimo de juego y forma por más que se le aprecie un esfuerzo máximo en cada partido, mas acumula incontables unos contra uno errados ante el portero rival. Tras el descenso en su curva de rendimiento, su entrenador, García Pimienta, lo tuvo claro el pasado viernes en la comparecencia de prensa previa a la visita del Amorebieta. “Tiene que trabajar para hacerse fuerte y seguir en el equipo titular”, insistió.
Pese al mensaje, sorprendió la suplencia de Jesé ante el equipo vasco. Después, por boca del entrenador, se supo que el futbolista, que ni siquiera calentó ni apareció en la foto del equipo al finalizar el partido junto a la Peña Ultra Naciente, altavoz y corazón del Estadio Gran Canaria, había padecido problemas estomacales que mermaron su preparación del último partido.
Sea como fuere, Jesé acumulaba, antes del mencionado duelo contra el Amorebieta, 23 titularidades consecutivas, todas las posibles entre la visita del Alcorcón (12ª jornada, 3-0) y el viaje a Ponferrada (34ª jornada, 1-2). Ha salido de inicio en 31 partidos de los 33 en los que tuvo participación, ausente únicamente, antes del partido del sábado pasado, el pasado 20 de octubre en el Anxo Carro frente al Lugo (2-0), aunque estaba incluido en la convocatoria. Así, su presencia ha sido constante, lejos de problemas físicos o de acumulación de amonestaciones, pues ha estado convocado en todos los partidos. Las dos únicas veces que saltó desde el banquillo fue en las dos primeras jornadas, lejos aún de su mejor estado forma, cuando Las Palmas jugó contra Valladolid y Girona.
Lastrado por su falta de puntería por más ocasiones claras que acumule en cada partido, en los últimos ocho partidos apenas ha marcado un gol, al que dio forma a través del penalti que abrió el marcador de un partido que Las Palmas acabó perdiendo estrepitosamente contra el Girona (1-3). Su entrada en barbecho le ha dejado, de momento, fuera del equipo. Toca resetear para, como le demanda su entrenador, vovler a ganarse el puesto de titular. El gigante dormido.