Pilar Bogado: "Cantar el himno en el césped del Mediterráneo sería lo más grande"
La cantante onubense, participante de 'La Voz' y novia de Álex Pozo, enamoró con su interpretación flamenca del himno del Almería unos días antes de que la afición lo entonase a capela por primera vez en su historia.
"Un momento en la historia / donde nacen los colores de mi piel / un encuentro con tu sombra / que mi sangre se bautiza en tu color". Hasta hace poco buena parte de los miles de seguidores que acuden cada dos semanas al Estadio de los Juegos Mediterráneos desconocía el himno de su equipo. Creado en 2011 por Guillermo Fernández, el tema es mucho más moderno y pegadizo que el antiguo. Sin embargo, no fue hasta el pasado 12 de febrero cuando la hinchada rojiblanca se arrancó a cantar a capela uno de los símbolos más representativos. Fue en La Rosaleda, cuando, de manera espontáneo y bufandas al cielo, los 2.000 aficionados almerienses celebraban la victoria de su equipo mientras entonaban ese "sentimiento rojo y blanco, corazón de mi lealtad". Ocho días después, por primera vez en la historia de la entidad indálica, los 8.000 espectadores empezaron lo que apunta a ser una tradición: 'bufandeo' e himno a capela antes de cada partido.
La escritora británica E. L. James aseveraba no creer ni en la suerte ni en la casualidad. Que Pilar Bogado Cruzado (1999, Moguer, Huelva) interpretase la semana de ese Málaga-Almería una versión flamenca del himno no fue casualidad, sino una de las causas para ese resurgir de la afición almeriense a través del himno. Mientras Álex Pozo, su pareja, dormía, la cantante onubense le preparó una sorpresa: sacó las notas del piano tras un arduo trabajo de tres horas para tocar y cantar esos preciosos versos de Guillermo Fernández, con una versión algo más sosegada, pasional y flamenca. "Cuando me levanté y lo vi tenía muchísimos mensajes sobre lo bien que cantaba y sobre el himno. Todo lo que hace lo hace bonito", apunta el lateral diestro. Lo que se suponía una simple sorpresa familiar se convirtió en un vídeo viral que fue corriendo como la pólvora por internet. "Era para Alejandro. Le flipa la música y esa noche, supertarde, quise darle la sorpresa. Es un orgullo que la gente lo cante a raíz de ver mi versión", destaca Pilar.
Concursante de 'La Voz' en 2020 y finalista de la primera edición de 'La Voz Kids', en 2014, Pilar explica que la versión flamenca que hizo invita a cantarlo. "Lo he ralentizado, ahora es un poco más lento y se puede cantar perfectamente. El himno es precioso. He ayudado un poco más a la forma de cantarlo al ser tan rápido. Ahora se animan más porque la gente ve que puede seguir el ritmo de la música. Me pone muy contenta cada vez que estoy en el Estadio y lo entonan", dice antes de aceptar el reto planteado por este medio: cantarlo en el césped del Mediterráneo si finalmente el Almería termina ascendiendo. "¡Ojalá! Eso para mí sería muy bonito, lo más grande. Yo estaría encantada. Los dos estamos muy bien en Almería, nos tratan superbien, en la calle recibimos muchísimo cariño. Se nota en el día a día", explica la onubense.
El defensa del Sevilla cedido en el conjunto de Rubi (en caso de ascenso, pasaría automáticamente a ser propiedad de la UDA) está deseando lograr el objetivo deportivo y ver a su novia cumplir ese sueño en el césped donde se bate el cobre cada dos semanas. "Sabe de sobra que me emociona mucho. Me encanta la música que hace. Es muy joven y tiene un potencial increíble", afirma el sevillano, orgulloso de que su hinchada se haya arrancado a cantar el himno a capela. "Es algo increíble. Cada vez sentimos más apoyo y eso ayuda en la carrera hacia el ascenso para darlo todo. Cada vez vienen más aficionados a vernos y cada vez se escuchan más. Necesitamos tenerlos cerca y lo sentimos, sobre todo en esta recta final de liga. Ahora más que nunca necesitamos el apoyo de la afición", continúa.
Competencia por el número de seguidores en redes sociales, pero también sobre quién tiene mejor voz. "Alejandro no canta mal. Le gusta la música. ¡Escucha más flamenco que yo!", comenta Pilar antes de vacilar entre risas a su novio, seis años después de comenzar la relación. "No tenemos pique... ¡pero yo tengo más seguidores que él! Siempre le digo que a él le siguen porque me conocen a mí [risas]. Luego me ven a mí por la calle y me dicen que dónde está Pozo. Somos dos personas muy humildes, nos paramos con todo el mundo", bromea, confiando en que el Almería termine ascendiendo a Primera División dentro de un mes y medio. "Vivo el día a día y veo a Alejandro sufrir. Es un trabajo que es a largo plazo. No se puede estar pensando todo el día en el ascenso. Pero hay que motivarse porque está a la vuelta de la esquina. Aunque parezca un tópico, a los jugadores les motiva muchísimo que la afición apoye y cante en el Estadio. Lo más importante es sentirse arropado, notar el cariño de los aficionados aunque se pierda. No sentirse solo, sino con una afición detrás que apoye", destaca.
El balón y el micrófono para expresar sentimientos
"A nadie da de ganar esa locura que hace que el hombre sea niño por un rato, jugando como juega el niño con el globo y como juega el gato con el ovillo de lana: bailarín que danza con una pelota leve como el globo que se va al aire y el ovillo que rueda, jugando sin saber que juega, sin motivo y sin reloj y sin juez". Eduardo Galeano plasmó en 'El fútbol a sol y sombra' esa felicidad propia del futbolista, transformando cuando salta a un terreno de juego en un individuo prácticamente diferente al de antes de calzarse las botas. Para Pilar en esa expresión de los diferentes sentimientos coinciden el deporte rey y la música. "Se parecen en la motivación. Sales a jugar y tienes que estar motivado. Con la música ocurre igual. Tú escuchas una canción y te motivas aunque no seas cantante", contesta
"Cantando se expresan muchos sentimientos del día a día, se echa todo fuera. Yo tengo una personalidad diferente a la de Alejandro. Canto y echo fuera todas mis preocupaciones. Si estoy triste, incluso canto mejor. Y si la letra me viene al pelo con el problema, lo echo todo. Pero a él le pasa algo parecido porque a veces la rabia hace que juegue todavía mejor. Sabe diferenciar bien sus problemas del día a día de su trabajo. Siempre le digo que tiene la virtud de separar sus preocupaciones del fútbol", continúa la cantante, antes de sincerarse y tirar de sabiduría y filosofía. "Llevo un tiempo que no me encuentro mucho. Lo pasé regular con la pandemia, estábamos Alejandro y yo solos en Mallorca. Salí de 'La Voz' con muchas ganas de hacer cosas y justamente nos confinaron. Estuvo todo parado. La música es de los sectores más afectados. Pero hace unos años me hubiese agobiado y ahora espero mi oportunidad porque mi momento va a llegar. Hay mucha gente que se frustra. Ya no tengo esa mentalidad. Hay que ajustarse a lo que hay. No quiero forzar nada porque me agobio, me frustro y acabo aburriéndome. Las cosas van viniendo como van viniendo y ya está. Ir al psicólogo de pequeña me ayudó mucho. Con la pandemia he seguido trabajando psicológicamente. Me sirve muchísimo para el día a día", destaca Pilar, consciente de que tanto ella como su pareja son dos privilegiados.
La 'niña de las saetas' se convierte en mujer.
Aunque suene contradictorio, fue la timidez la que provocó que a Pilar no le tiemble el pulso a la hora de coger el micrófono y que miles y miles de personas escuchen su bonita voz. "A mí lo que realmente me gustaba era el baile. Pero tenía un problema: era muy vergonzosa y no me relacionaba con la gente. Mi madre me llevó al psicólogo y éste me recomendó que me apuntase a alguna actividad que me gustase. ¡Pues el baile y el cante! Al final dejé el baile. Fíjate: pasé de tener vergüenza al relacionarme con personas en el día a día a cantar en público con muchísimos espectadores", apunta la otrora 'niña de las saetas', ya convertida en mujer.
Con siete años empezó a salir en 'Menuda Noche', de Canal Sur, de rebote. "Una profesora mía tenía un coro. Era navidades y estaban preparando un villancico. El día de antes de la actuación se puso mala una niña del coro y la profesora me llamó a mí. Yo no pertenecía al coro, pero como ella me daba clase... Casualidades de la vida. Ya me quedé en el programa", cuenta esa niña, 'la de los caracolillos', que se ganó el cariño de Juan y Medio y de toda Andalucía. Todo ello tras un arduo esfuerzo. En la Fundación Amparo Correa, tras el fallecimiento de la cantaora y guitarrista comenzó ir a la localidad onubense de Calañas a la casa del flamencólogo Gonzalo Clavero para continuar aprendiendo, recorriendo dos veces en semana más de 100 kilómetros entre ida y vuelta.
Con apenas ocho años participó en un disco de jóvenes promesas del fandango de Huelva en una infancia en la que también obtuvo el primer premio de Concurso de fandango de Alosno. Moviéndose como pez en el agua en diferentes eventos, como el Certamen nacional de flamenco de Carmona, en 2011 interpretó a Isabel Pantoja en la miniserie 'Hoy quiero confesar', de Antena 3. Su fama se disparó hace ocho años, cuando, en el equipo de Malú, fue finalista en la primera edición de 'La Voz Kids' (2014), junto a María Parrado y Carlos Weinberg. Con varios proyectos entre manos, recientemente ha grabado dos colaboraciones de flamenco pop, con Borja Rubio y León Bravo. "Tengo mi personalidad marcada. Soy muy flamenca. He estudiado lo más hondo. La gente ya no escucha tanto flamenco puro como antes, pero, aunque mi estilo vaya cambiando por las circunstancias del día a día, yo soy 'flamenca, flamenca'", finaliza una onubense camaleónica a la que le encantaría celebrar el ascenso del Almería en el césped del Estadio de los Juegos Mediterráneos interpretando el himno rojiblanco que ya canta a capela el graderío.