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ESPANYOL

Durán, Rufete y la intrahistoria

El ex consejero delegado, en consonancia con Chen Yansheng, trabajaba la venta del club desde su aterrizaje en enero de 2020, pero no logró un comprador.

Rufete y Durán.
PEPE ANDRES

Al mes y medio de entrar oficialmente en el Espanyol, Josep María Durán, ya ex consejero delegado, empezó la tarea de encontrar inversores que hiciesen frente los requisitos que había fijado Chen Yansheng para vender la entidad. Encontrar ese comprador era una de las misiones de Durán, que a lo largo de este tiempo no ha hallado un inversor apto para el presidente y ha acabado fuera del club por las gestiones realizadas en la última oferta recibida y por desavenencias con la presidencia. Uno de sus movimientos más premonitorios lo hizo en la cantera.

A finales de febrero de 2020 se reunió con los coordinadores del fútbol base para pedirles que a la siguiente temporada diesen cabida a un juvenil de primer año que estaba jugando en Primera (dos competiciones más abajo de la Liga Nacional). El departamento de captación del club tenía informes, todos ellos negativos, por lo que los coordinadores apostaron por hacerle una prueba al jugador y a partir de ahí decidir. No le convenció la idea a Durán. En junio, Francisco Rufete se convirtió oficialmente en el director general deportivo y renovó toda la estructura. En agosto, el chico de Durán empezó la pretemporada con el equipo de Moisés Hurtado.

Pese a los informes negativos del propio entrenador, que transmitió su deseo de no contar con él al no tener el nivel, la coordinación lo aguantó toda la temporada 2020-21. Moisés dimitió por incompatibilidades con la dirección de la cantera ("es mejor dar un paso al lado y dejar que otras personas lleven a cabo sus ideas a su manera") y, finalmente, este último verano se le dio la baja al chico. La razón de Durán era a su criterio de peso. El padre estaba inmerso en empresas de búsqueda de capital riesgo y había tejido una red de relaciones en Estados Unidos y México. La antesala para la venta del club.

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"Es absolutamente falso. No recibimos ofertas ni Chen quiere vender, es infundado", comentó el pasado octubre, el día del 121 aniversario de la entidad. Los discursos de Durán se encaminaron a ensalzar el saneamiento económico, los fondos propios de un club que definió como "un transatlántico". Las conversaciones con el grupo americano comenzaron apenas unas semanas después y fueron avanzando, pero finalmente no llegaron a la cantidad estipulada por Chen y el presidente la desestimó. Nadie niega, ni el propio Mao Ye, que siguen abiertos a escuchar nuevas propuestas, frase que viene acompañada de la máxima implicación de Chen en el día a día.

Mientras esos movimientos se sucedían desde Cornellà, en Sant Adrià la relación entre Durán y Rufete empezó a deteriorarse. "Rufete es un visionario", dijo el consejero delegado en diciembre de 2020: "Vi que somos complementarios, que es un visionario; quizá no se sabe vender muy bien pero hay que enseñar su trabajo, que es innovador". Pero esa conveniencia se va rompiendo poco a poco. Aunque Chen quiso romper con la bicefalia que suponía la estrcutrua creada con Roger Guasch y Óscar Perarnau, el modelo acabó siendo el mismo.

Rufete y Chen "se entienden", dijo Mao, y es que hay otra línea directa de comunicación en la entidad, que es la de Rufete con Chen. Una línea abierta incluso desde la época en la que Óscar Perarnau era el director general. El actual director deportivo sigue preparando la próxima temporada, pero no se descarta ningún escenario, como ha ocurrido con Durán, que llevaba dos años tejiendo la venta de la entidad, una puerta que abrió Chen, y que ha acabado fuera al fracasar la operación.