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ESPANYOL

El ensayo y error de Chen

Desde que se hiciera cargo en 2016 del Espanyol, el presidente ha confiado en cuatro CEO y ha cambiado el modelo de gestión del club de manera radical.

Guasch, Chen y Mao.
Rodolfo Molina

La estabilidad económica que le ha dado Chen Yansheng al Espanyol desde su llegada en enero de 2016 contrasta con el cambio de rumbo constante deportivo e institucional. El último ejemplo ha sido la marcha del consejero delegado Josep Maria Durán después de que no prosperasen los intentos de venta de la entidad con un grupo de inversores americanos. Mao Ye es el cuarto director general en seis años, mientras que en la dirección deportiva ha habido hasta cinco integrantes y el banquillo ha sufrido ocho cambios. Una cronología que arrancó en el curso 2016-17 y que refleja un proyecto indefinido.

Curiosamente, Josep María Durán, como director financiero, y Joan Collet, como presidente y consejero delegado, fueron los primeros en abandonar sus cargos con la oficialidad de la compra del club por parte de Chen. Corría enero de 2016 cuando Ramon Robert fue nombrado director general. En ese primer modelo, en el que el presidente chino anunció que el objetivo era convertir al Espanyol en un grande de la Liga que llegara a la Champions en tres años, los hombres fuertes del proyecto eran Robert y el futuro entrenador Quique Sánchez Flores. Era un modelo primario, experimental por el desconocimiento del presidente, que contaba como afirmó con el asesoramiento de Dani Sánchez Llibre.

Robert y Chen.
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Robert y Chen.FERNANDO ZUERAS

El error del límite y la bicefalia Guasch-Perarnau

La fórmula no funcionó. Ahogado por el límite salarial, mal gestionado por Robert, el presidente recuperó a Óscar Perarnau, quien había dejado la entidad un año y medio antes de su vuelta en junio de 2017 aludiendo “problemas personales”. Robert, ya tocado, y Perarnau, formaron otro modelo de gestión, una bicefalia que alcanzaron su punto álgido a partir de febrero de 2018 con la llegada de Roger Guasch. Un máximo dirigente deportivo y un máximo dirigente corporativo que debían de entenderse y responder ante Chen, con la bandera de la austeridad económica (solo se destinaban el 50% de los ingresos por ventas a la mejora del equipo).

“La bicefalia no es un mal modelo, pero puede ser más fluida”, se limitó a decir Chen en una entrevista en la web del club en 2019, con el Espanyol agonizando en la tabla, un tiempo antes de cambiar de nuevo el modelo del club. Se despidió a Guasch y se relegó a Perarnau. Francisco Rufete controló el área deportiva, pero Josep Maria Durán estaba por encima como consejero delegado. Un modelo que gastó más dinero (42,5 millones en enero de 2020) pero que no no evitó el descenso, logró el ascenso y la casi salvación de la categoría a falta de nueve jornadas. Otra manera de funcionar que de nuevo salta por los aires.

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RCD ESPANYOL

Una estructura "simplificada" con Chen más implicado

“Es un movimiento para cambiar el modelo de gestión del club. Ha ido moldeando su idea en estos seis años. Espera que sea la definitiva, todo es más simplificado”, comentó Mao Ye, que empezó como traductor de Chen y consejero, para pasar después al área social, el Femenino, la de seguridad y tener siempre un rol relevante. Su comunicación con el presidente es fluida y diaria. Un nuevo modelo donde el presidente ejecutará todas las decisiones: “Quiere implicarse más a título personal, no Rastar, en el día a día”.

Al margen de los directos generales, el Espanyol ha tenido hasta cinco directores deportivos (Óscar Perarnau en dos ocasiones, Ángel Gómez, Jordi Lardín y Francisco Rufete) y nueve entrenadores (Constantin Galca, Quique Sánchez Flores, David Gallego en dos ocasiones, Joan Francesc Rubi, Pablo Machín, Abelardo Fernández, Francisco Rufete y Vicente Moreno). Unos vaivenes que contrastan con la salud económica de la entidad y que sumergen a la entidad en otro escenario incierto.