RAYO - ATLÉTICO I ENTREVISTA AS
Óscar Valentín: "Es un regalo de la vida jugar en Primera con el Rayo"
El centrocampista, pieza clave para Iraola. Coqueteó con el Atlético siendo juvenil, pero los Rayos han marcado su carrera. Este curso se ha estrenado en la élite, donde está despuntando.
—¿El Rayo ha vuelto o nunca se fue?
—Nunca se ha ido. El inicio de temporada fue impresionante y seguimos siendo los mismos. Sabíamos que esta mala racha llegaría, pero siempre hemos dado la cara. Antes teníamos el despiste y el desgaste de la Copa e hizo que el equipo bajase un poco. Ahora estamos más centrados en la Liga.
—¿Fue culpa del cansancio o de los halagos?
—No creo que los halagos fuesen contraproducentes. A todos nos gusta que se hable bien de nosotros, nos estimula. Fue el cúmulo de partidos. No nos dejaba descansar lo suficiente ni preparar el siguiente choque como ahora.
—Asoma el Atlético, ¿se le puede ganar?
—Sin duda. Somos el Rayo, para nosotros no hay nada imposible... El Atleti es un equipazo y hay pocos rivales capaces de hacerle daño, pero en nuestro campo ya hemos demostrado que no nos achicamos contra los grandes.
—¡Vistió la rojiblanca!
—Sí, estuve en las categorías inferiores, pero no llegó a ser la cantera del Atleti. Era el Atlético Casarrubuelos. Sí hice dos pretemporadas con el Juvenil División de Honor y con el Atlético C, pero en ninguna de las dos contaron conmigo.
—Fueron los 'Rayos' los que marcaron su carrera...
—El Majadahonda es un club especial, supuso un antes y un después en mi vida. Ahí di el salto al fútbol profesional porque antes lo compaginaba con la carrera. El Rayo Vallecano me permitió vivir un ascenso a Primera y debutar en la élite. Ambos me han marcado.
—¿Cuándo es consciente de que es futbolista profesional?
—Vengo de abajo, del barro, y valoras más lo que cuesta llegar. He jugado en Castilla-La Mancha y había muchos campos de tierra. Ahí te curtías. Te ibas con las rodillas reventadas a casa. Lo que más me hizo crecer fueron mis cinco temporadas en Tercera. Tenía compañeros que venían a jugar, después de haber estado ocho horas trabajando. Su prioridad era su trabajo, que era lo que realmente les daba de comer. El fútbol era su hobby. Cuando te puedes dedicar a eso, eres un privilegiado. Al final, llevo menos años de fútbol profesional que de modesto.
—Su plan A durante mucho tiempo fue la carrera de Administración y Dirección de Empresas.
—Siempre he sido un chico con la cabeza muy amueblada. Me vine a Madrid a estudiar en la Rey Juan Carlos. El fútbol estaba en un segundo plano, aunque también daba el cien por cien. Cuando terminé la universidad ascendí con el Majadahonda. Lo cuadré perfecto (risas).
—¿Por qué le llama Comesaña 'el profesor'?
—Tenemos muchas coñas en el vestuario. Me gusta entrar en debates de cualquier tema que se hable. Siempre doy mi opinión. Me llaman así porque como que soy el que sabe de todo (risas).
—También se pronuncia en redes...
—A los futbolistas nos tienen un poco censurados, por así decirlo. Muchas veces no decimos lo que pensamos, ni nos mojamos sobre temas polémicos. Tenemos derecho a expresar lo que pensamos. Somos un ciudadano más, con su opinión.
—¿Cómo ha vivido ese salto a Primera?
—Con ganas e ilusión. Es un regalo de la vida estar aquí. No tuve miedo, ni presión. Disfruto cada partido. Es el trabajo de muchos años...
—Usted pasó por el Rayo B y se marchó, ¿se imaginó volver?
—Tuve varias lesiones y no me permitieron tener continuidad. Me fui chafado porque aquí me sentía representado. Me gustaba Vallecas. Seguía viendo los partidos del Rayo y cuando surgió la oportunidad de volver no lo dudé. Quería sacarme esa espina. El destino ha querido ponerme aquí otra vez. Más especial no puede ser...
—Su crecimiento se ve en cada partido y eso que su demarcación no es muy lucida.
—El fútbol evoluciona y se analiza más el juego, futbolistas como yo terminan valorándose cada vez más. La confianza del míster me hace mucho. Saco lo mejor de mí.
—Hábleme de Iraola...
—Tiene mucho futuro por delante. Con lo poco que lleva, está demostrando un gran nivel en el Rayo y al final, aunque nos duela, se le queda corto. Hay jugadores que han crecido mucho con él y todos queremos que se quede para seguir creciendo. Plantea muy bien los partidos, sabe cuáles pueden ser las debilidades del rival. Es uno de sus puntos fuertes.
—¿Se ve en un futuro con el brazalete?
—Me quedan tres temporadas más aquí. Sería un orgullo...
—Apoyó a Trejo cuando publicó un mensaje enumerando los problemas que estaban viviendo... Se implicó.
—No somos robots que salen a jugar nada más. Es una suerte tener a Trejo que se moja, lo da todo por el equipo y la afición. Siempre voy a apoyar a personas así, capaces de luchar por todos.
—Y también se ha implicado con la 'Cruz Roja'.
—Estuve conociendo cómo trabajan, a través de la madre de un amigo, y me hice socio. Animo a la gente para que se una y construir, entre todos, un mundo mejor.
—Preguntó en Twitter, ¿en el mundo hay más personas buenas o malas? ¿Qué piensa usted?
—Ves más cosas buenas que malas en el día a día, pero suceden desgracias. Es inexplicable que ahora haya una guerra. Hay más gente buena, aunque la mala se hace notar más.