NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

FRANCIA

El ex del Rayo Bruno Rodríguez cuenta su calvario: "Les pedí que amputaran"

El exjugador francés vivió un infierno de lesiones que terminó con la pérdida de la pierna. “De no ser así, no habría durado mucho”, reconoce en L'Equipe.

Actualizado a
Bruno Rodríguez posa para L'Equipe.
L'Equipe

Bruno Rodríguez es un exjugador francés de 49 años que ha pasado por el peor calvario posible para un exfutbolista. Como él mismo relata a L’Equipe, es difícil no encontrar a un jugador al que no le quede alguna secuela de una carrera en la elite. Los límites físicos son sobrepasados y dejan huella. En su caso, han sido devastadoras. Bruno Rodríguez, exdelantero entre otros del Rayo (militó en 2001) y del PSG, tuvo que dar su visto bueno a una amputación porque su vida podía correr peligro.

Bruno Rodríguez.
Ampliar
Bruno Rodríguez.ALEJANDRO GONZALEZ

La undécima operación, donde le quitaron el maléolo, le produjo un tumor y tuvo que tomar una dolorosa decisión. "No culpo a nadie, pero no quiero pararme aquí. Prácticamente todos los jugadores sufren las consecuencias de su carrera. Todos tenemos algo: tobillo, rodilla, cadera... Mi ejemplo debe servir al mundo del deporte. No queremos tener deportistas hoy que sean discapacitados después", explica a L’Equipe antes de relatar con detalle qué pasó. "Durante la penúltima operación me quitaron el maleolo. Se originó un tumor. Hace mes y medio tuvimos una última reunión con los médicos. Les pedí que cortaran la pierna. Al menos podré caminar normalmente con una prótesis, podré ser independiente. Te ponen una temporal, porque el muñón se inflama. Después de año y medio, me pondrán la definitiva", señala.

No le quedaban muchas alternativas. "No tenía autonomía. Mi esposa tenía que lavarme. Si tuviera que seguir como estaba antes, no habría durado mucho. Me alivia seguir adelante. Me preparé psicológicamente junto a mi esposa. A mis hijos les costó un poco más, pero ahora me ven bien. Puedes decirte a ti mismo 'joder, lo que era y en lo que me he convertido', pero entre el dolor del miembro fantasma y poder caminar en un futuro, me arriesgo. O te rindes y te hundes, o sigues adelante. Y yo sigo", asevera.