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ATLÉTICO

El bajón de Llorente

El '14' debe regresar al lateral derecho por la baja de Vrsaljko que se une a la de Wass. Ha jugado ahí un 53% de los minutos este año, apagado.

Marcos Llorente, en el Betis-Atlético.
MARCELO DEL POZOREUTERS

Marcos Llorente debe volver al lateral derecho ante el Cádiz. A Simeone no le queda otra tras la lesión de Vrsaljko ante el Betis. Wass aún no ha regresado (lesión en la rodilla en su debut como rojiblanco, en el Camp Nou, 6 de febrero). Una posición, en la defensa, que al '14' no le gusta pero es que tampoco le sienta bien. Analizados sus datos desde la inteligencia artificial  Olocip son meridianos. Esta 2021-22, Llorente no ha marcado aún. La pasada hizo dobles figuras, 13 goles y 12 asistencias, siendo uno de los futbolistas más determinantes para Simeone y para la conquista del título liguero. Pero es que entonces sus minutos en el lateral derecho fueron un 10% (303' de 3.029'). Ésta son más de la mitad, un 53% (866' de 1.047').

"El año pasado generaba un valor por partido de +0,37; ahora promedia un valor de +0,08 por 90’. Mientras que la pasada temporada generaba una diferencia de 1 gol para el Atleti cada menos de 3 partidos; en la actualidad necesita casi 13 partidos". Algo que también se registra en la bajada de su valor de mercado en Transfermarkt, de 78 a 52 millones. "La campaña pasada fue uno de los grandes culpables de que el Atlético saliera campeón. Lideró al Atlético ofensivamente y no solo eso, fue el 2º jugador que más impacto tuvo con sus finalizaciones anotando más de 7 goles de los esperados. Además, fue el 4º jugador de LaLiga con mejor rendimiento (+12,7). Este año ocupa el puesto 267º en valor acumulado (+2,03)", contabiliza Olocip.

Dos años de Anfield

Llorente, de promediar un valor ofensivo de 0,26 por partido, ha pasado a estar penalizando al Atlético (-0,02) en estos momentos. Ofensivamente su aportación es negativa; quizá porque su posición es mucho más retrasada y no tiene tanta incidencia en el juego justo cuando se cumplen dos años del partido que marcó para siempre su devenir como rojiblanco: la vuelta de los octavos de final de la Champions League en Anfield, cuando salió del banquillo para vestirse de héroe, marcar dos goles y llevar en volandas al Atlético a cuartos. Pero entonces, aquel día, Simeone descubría al mundo un nuevo Llorente. Un Llorente que dio tres pasos adelante y se convirtió en referencia ofensiva. Dos años después ese es el lugar donde más cómodo se siente pero está atado al lateral. Y desde el lateral nada es lo mismo. Ni siquiera él.