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INGLATERRA

El dueño del peor equipo de la NBA ultima una oferta por el Chelsea

Según el portal Sportico, Vivek Ranadive, propietario de Sacramento Kings, está entre los más interesados en la puja por el conjunto londinense.

Actualizado a
EZRA SHAWAFP

Después de catorce años al frente de un club que se convirtió durante su etapa al mando en uno de los más importantes del fútbol mundial, Roman Abramovich anunció el pasado 2 de marzo su intención de poner a la venta el equipo del sudoeste de Londres, vigente campeón de la Liga de Campeones. El conflicto bélico en Ucrania influyó de forma determinante en la decisión del magnate y aceleró una operación que sigue en marcha y que será mastodóntica: se habla de un valor de mercado que podría llegar a los 5.000 millones de euros. Una cantidad inédita en una transacción por un club de fútbol y que incluiría, además de las acciones de este, el proyecto del nuevo estadio.

En Estados Unidos, no es un fenómeno nuevo, los grandes inversores del deporte profesional están muy atentos a las operaciones en el otro lado del Atlántico, sobre todo en lo que se refiere a los equipos de la ahora mismo casi todopoderosa Premier League. Y desde allí, en concreto desde el entorno NBA, podría llegar el posible comprador del Chelsea: según el portal Sportico, Vivek Ranadive, propietario de Sacramento Kings, está entre los más interesados en la puja.

Según esta información, Ranadive está ultimando su oferta. Sería el primer propietario de origen indio en un club de la Premier, uno por el que también está interesado, entre otros, el propietario de New York Jets (NFL), Woody Johnson.

Al frente de una franquicia disfuncional

Vivek Ranadive (64 años) nació en Mumbai y superó varias trabas burocráticas para completar sus estudios en centros de máximo prestigio de Estados Unidos: el MIT, Instituto de Tecnología de Massachusetts, y la Escuela de Negocios de Harvard. Suele contar que llegó a EE UU con solo 50 dólares en el bolsillo. A partir de ellos levantó una fortuna estimada en más de 700 millones de dólares, gracias sobre todo a la empresa tecnológica Tibco, que fundó en 1997.

Su entrada en el mundo del deporte profesional llegó en 2013, cuando lideró el grupo empresarial que se hizo con Sacramento Kings por 535 millones de dólares. Ahora la franquicia, aprovechando la edad dorada que vive la NBA (con el traspié obvio de la pandemia) está valorada en unos 2.000 millones.

Respetado en el entramado de propietarios de la NBA y valorado por su trabajo social y sus iniciativas en la comunidad en la ciudad de Sacramento, donde el equipo tenía claro riesgo de mudanza antes de su llegada, Ranadive no está teniendo ningún éxito por ahora en el deportivo, incapaz de cambiar el rumbo de una de las franquicias más sufridas y malditas de todo el deporte profesional estadounidense. Ha verbalizado ideas excéntricas, como sugerir a los entrenadores que defiendan con cuatro jugadores y dejen a uno siempre en ataque, de palomero. Y bajo su mandato se han cometido errores groseros, como la elección de Marvin Bagley Jr con el número 2 del draft de 2018. No solo el ala-pívot fracasó en California y ya no está en el equipo, es que además los Kings dejaron escapar a un Luka Doncic que acabó siendo elegido con el número 3. Un error fatal a cargo de unas oficinas en las que Ranadive se apoyaba en un viejo clásico del baloncesto europeo, un Vlade Divac que dejó el equipo hace dos años.

Los Kings marchan 24-43, casi sin opciones de entrar en playoffs ni siquiera por la nueva repesca del play in. Tienen asegurado acabar por debajo del 50% de victorias, algo que van a hacer por decimosexta temporada consecutiva, un récord en la historia de la NBA. Su última temporada con balance ganador fue la 2005-06 (44 victorias y 38 derrotas). Ese fue el último año en playoffs para un equipo que está a punto de batir otra marca nefasta: dieciséis años seguidos sin jugar las eliminatorias, un récord que ahora comparte con Los Angeles Clippers (1977-1991). En unas semanas, y salvo milagro, será solo suyo para disgusto de un Ranadive cada vez más cuestionado.