Guardiola 'cambió' a Alaba
El técnico le abrió un futuro como central. “Pep siempre ha visto algo en los jugadores que ni ellos mismos veían. No me di cuenta de que mi futuro estaría allí", dice el jugador.
Sin Mendy ni Casemiro, pero con David Alaba. El Real Madrid se presenta el miércoles contra el PSG, en el partido más trascendental de la temporada, sin dos de los pilares pero con un comodín que abre las opciones de Ancelotti. El austriaco es una navaja suiza: podría ser utilizado como lateral izquierdo, puesto en el que se ha desempeñado gran parte de su carrera; continuar como central, donde ha caído de pie en el Bernabéu (Nacho sería el lateral); adelantarse al centro del campo (demarcación que siempre ha gustado al jugador pero en la que ha habituado de manera ocasional)… Una polivalencia que le ha acompañado a lo largo de su carrera y que Alaba rememoró en una entrevista en el periódico Die Presse: “Cuando tenía diez años, era delantero centro en el SV Aspern, así que no solo soñaba con marcar goles, de hecho lo hice. En Austria estuve inicialmente en la banda izquierda, luego en el centro del campo. El cambio de posiciones recorre toda mi carrera. Aprendí mucho de eso y gané mucha experiencia en el campo”.
Fue Pep Guardiola, entrenador que ha demostrado a la largo de su trayectoria ser una suerte de alquimista con los jugadores, quien le descubrió un futuro como central. Cuando el ex del Barça llegó al Bayern (le entrenó de 2013 a 2016), Alaba ejercía habitualmente como lateral izquierdo. Pero llegó a la conclusión de que el austriaco le sería mucho más útil como central debdo a su gran sentido táctico, su claridad a la hora de sacar la pelota jugada y su capacidad física. “Pep siempre ha visto algo en los jugadores que ni ellos mismos veían. Aunque me sentí cómodo en el centro de la defensa desde el principio, no me di cuenta de inmediato de que mi futuro estaría allí. Pero creo que mi ventaja siempre ha sido que se me puede utilizar de forma muy flexible”, asegura Alaba.
Con Casemiro fuera de la vuelta de octavos de la Champions por sanción, Alaba aparece como alternativa. Es una demarcación que no es desconocida para el madridista (“siempre he jugado ahí, con Guardiola, con Heynckes, con Flick…”), aunque es una opción muy remota para Ancelotti, que cuenta con Fede Valverde, recuperado ya de la gripe, y Camavinga, que levantó la mano contra la Real Sociedad con un partido notable. Así pues, Ancelotti se debate entre Alaba como central o como lateral, desde donde volverá a tener la misión de crear juego desde atrás. Una habilidad de construcción de juego que le viene desde niño. De hecho, si no hubiera sido futbolista, Alaba se habría dedicado a la arquitectura, tal y como confesó a Die Presse: “Crecí en una familia musical, pero mi hermana tiene más talento musical. Cuando era niño, solo soñaba con jugar al fútbol, y me alegro de que mi sueño de convertirme en futbolista se haya hecho realidad. Pero ahora que lo pienso, se me ocurre: cuando era joven, cuando alguien me preguntaba qué quería ser de grande, siempre decía: seré ingeniero civil o arquitecto…”.
El miércoles, contra el PSG, el Madrid será Alaba y diez más. Fichado este verano por el club blanco como agente libre procedente del Bayern, el austriaco se ha adaptado como un guante a la exigencia del club y al peso de un puesto y un dorsal (4) históricos. La sombra de Sergio Ramos era pesada y alargada, pero Alaba ha sabido descomponerla y formar junto a Militao una pareja sólida que es una de las esperanzas blancas para voltear la eliminatoria contra el PSG. Ambos son los jugadores más utilizados por Ancelotti, sólo por detrás del 'pulpo' Courtois (3.360 minutos). El brasileño suma 3.354' mientras que el austriaco acumula 3.143'. Parte de las posibilidades de clasificación del Real Madrid pasa por la solidez de estas tres piezas frente al huracán Mbappé-Massi-Neymar...
