Alcaina y Bikoro dejan 'k.o' al Hércules
El delantero del filial marcó un gol y regaló otro en un partido en el que los blanquiazules acusaron la autoexpulsión del africano y un error grave de Tano.
Se peveía que el partido entre el Atlético Levante y el Hércules sería intenso y desde luego no defraudó. Faltas, amarillas, golpes, polémicas...Pero por encima de todos un nombre propio: Raúl Alcaina. El delantero se encargó de liquidar con un gol y una asistencia un duelo que Bikoro ya puso de cara a los granota con su autoexpulsión. Los de Esteve plantearon una presión alta que asfixió a los herculanos, que no encontraron soluciones para llegar a la meta rival y perdieron una oportunidad de oro para igualar a puntos al Intercity, líder de la competición, y meter presión.
Los blanquiazules, eso sí, entraron como aviones al terreno de juego, apoyados en la banda de Galán que fue un puñal y en Aketxe, que estuvo a milímetros de llegar a un par de centros al área que bien podrían haber supuesto el primer gol. Sin embargo, ese arranque intenso fue tan efervescente como la espuma del champagne. Bastó una recuperación rápida de Alcaina en la presión para meter el miedo en el cuerpo a los herculanos, que sorprendentemente tras ese error siguieron arriesgando en la salida de pelota...Y claro, a la segunda recuperación de Alcaina -a la que contribuyó Tano casi regalándole el cuero-, el delantero no perdonó y marcó para los suyos.
Tras unos minutos 'k.o' el Hércules comenzó a rehacerse, pero con más corazón que juego. La presión granota seguía impidiendo a los visitantes salir con claridad y poco a poco el duelo se fue enturbiando con faltas, piques, choques...Hasta el punto de que la primera mitad acabó con tres amarillas en el Levante y dos expulsados en el Hércules. Uno de ellos un miembro del cuerpo técnico, el otro Bikoro, que vio la primera amarilla en el minuto once y lejos de bajar las revoluciones, siguió cometiendo faltas y protestando cada acción, hasta que fue expulsado al filo del descanso tras propinar un golpe a Giorgi.
En la segunda parte el Hércules dio un paso al frente, subió líneas e inquietó la meta rival, pero entre que Campos esuvo solvente para atajar las escasas ocasiones y que los herculanos estuvieron faltos de nitidez en los metros finales, el peligro real lo puso de nuevo el Atlético Levante. Los granota coquetearon con el segundo tanto en varias contras, hasta que Alcaina le cogió la espalda a toda la defensa y en el mano a mano cedió el cuero a Lamadrid para que sentenciara el encuentro.