La derecha en Leganés es de todos
En la buena racha blanquiazul destaca la efervescencia a la que Nafti está sometiendo el costado diestro (hasta seis inquilinos) frente a la inamovilidad del lado zurdo, donde Arnáiz reina.
La derecha es inestable. Frenética. Propensa a cambios y sin líder claro. La derecha del Leganés se entiende. Y en el frente ofensivo, por precisar. Un puesto que en las últimas jornadas se ha agitado en una efervescencia llamativa por contraste con la serenidad que destila el lado opuesto. En la izquierda no hay nadie que sea capaz de desbancar a José Arnáiz, un fijo en los planes de Nafti. Su presencia irrefutable alineación tras alineación (y pese a sus problemas de rodilla) invita a que el otro lado, el diestro, tenga seis candidatos para ocuparlo cada fin de semana. No todos extremos, por cierto.
Porque entre las variaciones tácticas que ha introducido Nafti en los últimos partidos está, por ejemplo, la de usar a Cissé, un medio centro, como falso interior derecho. Lo hizo de inicio, por ejemplo, ante el Amorebieta, cuando formó con cuatro centro campistas para reconvertir la medular en un rombo en el que los costados, como falsos interiores, fueron para Cissé (derecha) y Rubén Pardo (izquierda). Arnáiz jugó ese partido, pero acompañando como segundo delantero a Qasmi. Es la excepción a la norma intocable de verlo en la izquierda día sí, día también.
Arnáiz, un intocable.
En los últimos cinco partidos, origen de la actual buena racha pepinera (11 puntos de 15 posibles, la mejor del curso junto con la idéntica que cosechó apenas llegado Nafti), Arnáiz fue titular en todos. Cinco de cinco. Pleno. “Y José está sufriendo. Tiene sus rodillas fastidiadas. Le duelen mucho. Durante la semana lo tenemos controlado. Se esfuerza por el equipo. Lo agradecemos”, le piropeó, otra vez, el pasado domingo tras empatar contra el Girona. Al franco-tunecino le encanta que, pese a su gran calidad, el ‘10’ se esfuerce también en otras tareas.
Esa presencia inviolable (416 minutos de 450 posibles en esos últimos cinco minutos) contrasta con las rotaciones que ha sufrido la banda derecha, un costado que (parecía) le pertenecía a Lazar Randjelovic. Pero desde el duelo ante el Zaragoza, en el que el serbio fue sustituido al descanso, “por una mala primera parte” (Nafti dixit), le abocó a un rol secundario. Desde entonces el 12 pepinero ha disputado sólo 3 minutos de 180 posibles. Salió al final ante el Girona y no jugó contra el Amorebieta.
“Nadie baja los brazos”
“Lazar está bien. Me lo ponen muy complicado. Tengo seis extremos y sólo juegan dos… eso es un marrón bonito para mí a la hora de elegir. Lo que menos me preocupa es que veo como rinden entrenando. Ninguno baja los brazos. Eso es de agradecer”, comentó este viernes el propio Nafti preguntado por Randjelovic.
En esos cinco partidos, bien de inicio, bien durante alguna fase del encuentro, el costado diestro ha llegado a tener los antes mencionados seis ocupantes. A saber, el propio Lazar (tres titularidades), Cissé (una titularidad), Bárcenas (una titularidad) y Rober Ibáñez, Naim y Palencia (estos últimos, siempre desde el banquillo).
Esa efervescencia convierte el costado diestro también en una herramienta multiusos, esgrimida, en función del ocupante, para tener la pelota (sucede con Cissé), defender (Palencia), pisar área (Randjelovic), desbordar hacia dentro (Naim) o buscar soluciones por fuera (Bárcenas). Variabilidad que el Leganés agradece. Aunque sea a cambio de una derecha frenética, propensa a cambios y sin líder.