Xavi enamoró en Nápoles
El técnico fue vitoreado por la afición y abrazado por Laporta; el Barça genera nuevas ilusiones. Ha marcado 13 goles en los últimos cuatro partidos.
A las 23:16 horas de este jueves, Xavi Hernández se marchó por la pista de atletismo del Stadio Diego Maradona y, por tercera vez, los 500 espectadores del Barça corearon su nombre. El técnico de Terrasa, que ya había recibido cánticos durante el partido y también al final, saludó a la grada y se marchó hacia el vestuario. Allí lo esperaba el presidente, Joan Laporta, que se abrazó efusivamente al técnico. “¿Dónde se sale, Laporta dónde se sale?”, le pedía la afición, que después de viajes y noches de frustración, estaba eufórica. El partido que había jugado el Barça lo merecía. El sello que había dejado sobre el césped del viejo San Paolo genera nuevas ilusiones en la gent blaugrana. Y con razón.
Mucho tiempo después, el Barça emocionó e ilusionó en un gran campo europeo. Nápoles confirmó las buenas sensaciones de los últimos diez días, en los que el Barça ha marcado trece goles en cuatro partidos, a una espectacular media de 3,25 que coincide con una múltiple aparición de delanteros que han dado chispa y han permitido que el Barça multiplique por mucho su media de disparos a puerta.
A eso han ayudado Adama, Ferran o Aubameyang. Pero hay más. El Barça no sólo chuta más. Tiene más registros de juego. En Nápoles hubo un gol de contragolpe salvaje (Jordi Alba), otro a balón parado pero después de una buena elección en la segunda acción ofensiva (Piqué); más dos en bellas transiciones (De Jong y Aubameyang).
El Barça es capaz de mezclar estilos, contragolpe, transición y posesión; porque también mezcla tipos de jugadores. A los capitanes, Piqué (otro que se abrazó con Laporta al final), Busquets y Alba, que luchan contra el tiempo y dan la sensación de volver a disfrutar sobre el campo, se han unido futbolistas ya maduros como Aubameyang, y otros hechos como Adama y, sobre todo, Frenkie de Jong, que debería estar en el momento de la explosión. Y, por supuesto, los jóvenes: Araújo, Pedri, Gavi, Nico, el mismo Dest que ha mejorado sus prestaciones. Todo, a la espera de Ansu.
Unos, los más 'viejos', porque se han llevado muchas decepciones; otros, los 'niños', porque acaban de llegar; y los de en medio, como Frenkie, Adama o Auba, combinan mucha hambre. Eso se plasmó sobre el césped en el Diego Maradona. El Barça, eliminado de mala manera en Champions, donde no pudo con un gris Benfica, mandó pocos meses después un mensaje desde Nápoles. Y la gente mira a Xavi, soñando con que esté edificando algo grande.