“Es más difícil mi trabajo actual que ser campeón mundial”
Capdevila, ahora en el Departamento de Relaciones Institucionales del Espanyol, repasa con sus buen humor su carrera y explica sus mejores anécdotas.
Joan Capdevilla ha vivido distintas etapas en el Espanyol. De ser un canterano que se marchó al Atlético y sufrió críticas duras a vivir una segunda etapa más calmada en el parte final de su carrera, con el trofeo de campeón de Europa y del Mundo ya en el bolsillo. Ahora, desde 2018, forma parte del Departamento de Relaciones Institucionales del club perico, un puesto que considera “más difícil que ser campeón del mundo de fútbol”.
La mayoría de futbolistas son peces que, una vez retirados y después de pasar su niñez, adolescencia y una parte de su vida adulta enganchados a un balón, se sienten lejos de su hábitat. Por eso Capdevila considera que “jugar a fútbol es lo que has hecho siempre, es tu vida. Esto es diferente y para mí es más difícil que haber sido campeón del mundo. Es una responsabilidad, un ámbito nuevo y también estoy aprendiendo mucho después de la oportunidad que me ha dado el Espanyol”. Las faenas del de Tàrrega varían: “Estoy a disposición del club las 24 horas del día. Son muchas horas, quizás no se ve todo. Por ejemplo ir a hospitales, trabajar y reunirse para temas de comunicación, participar en eventos, realizar entrevistas y representar al club, viajar con el equipo, recibir a las directivas rivales…”, dijo el ex lateral izquierdo.
Sobre el futuro del Espanyol, Capdevila cree que “el club está creciendo” y que “la plantilla tiene más valor que hace dos años”. También reconoció que en el entorno de la entidad siempre se “ve la parte pesimista” y que le gustaría que el club estuviera un día “al nivel del Villarreal”, curiosamente el rival del domingo y club que conoce a la perfección pues vivió sus años de crecimiento (2007-2012).
“Yo era el mejor dentro y fuera”
En el ambiente divertido del programa Perico Que Vola, Capdevila habló de aquellos inicios (“venía de Tàrrega y cuando llegué a Barcelona es como si entrara en Nueva York”) y de su vuelta al club después de ser mofa de los aficionados al marcharse al Atlético de Madrid (le llamaban ‘capdedólar’). Pero Ramon Planes y Mauricio Pochettino, los responsables del área deportiva en aquel momento, le tranquilizaron: “Me dijeron que todo iría bien… La peña juvenil me hizo una pancarta en mi despedida en casa ante Osasuna. Eso fue para mí como un título”, valoró.
Las imágenes de Capdevilla después de ganar los títulos, como aquella famosa en la que aguantaba un vaso con el hombro mientras bailaba, tienen un claro resumen para el protagonista: “Yo era el mejor dentro y fuera del campo”, bromea. “Se lo vi hacer a Cazorla, pensé ‘voy a ver si me sale’… Y en ese momento me pilló una cámara”.
Capdevila se queda en su carrera con el día de su debut, el 31 de octubre de 1998 ante el Athletic, ya que “es el sueño de todos los niños”. Y lo hizo en el club con el que simpatizó de niño. El socio 2812 (llevo 31 años) vivió de pequeño una historia divertida en la promoción de descenso del Espanyol en Santander en 1993. “Fui con mi tío en tren a Santander. Empatamos (0-0) y descendimos. Tenía tal cabreo que cogimos el primer tren de vuelta que vio. Acabamos en Sevilla. Mis padres estuvieron dos días sin saber de nosotros”, finalizó.