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INGLATERRA

El inicio de una enemistad de 20 años: "¡Oye, que Ferguson puede escucharte!"

Alex Ferguson ignoró a una leyenda del Liverpool durante décadas. Según desvela el 'Mirror', el ex entrenador del Manchester United era un competidor feroz.

Alex Ferguson da instrucciones como entrenador del Manchester United.
AFP

El Liverpool fue el mayor rival del Manchester United durante los más de 26 años de sir Alex Ferguson en el banquillo de Old Trafford. Rara era la ocasión en la que la afición de Anfield recibió al entrenador escocés cada vez que les visitaba. En esa historia, llena de rivalidades, hubo una relación que fue especialmente tensa.

Tal y como sostiene el Mirror, una estrella del Liverpool bromeó sobre Ferguson, que accidentalmente escuchó la chanza. El desafortunado comentario fue de Gary McAllister, que acabó siendo una leyenda red, pero que jugaba con el Leeds cuando hizo la broma en una conexión en directo a la que estaba conectado mientras veía el United-Liverpool que decidía la liga inglesa en la campaña 1991-92, antes de que se inaugurase la Premier League en la temporada siguiente.

La victoria en ese duelo acabó siendo para el Liverpool, lo que dio el campeonato al Leeds. Justo después del partido, Ferguson atendió a la televisión y declaró enojado: "Quiero dejarlo claro, el Leeds no ha ganado la liga. ¡El Manchester United la ha perdido! ¡lo estoy dejando claro!".

Al escuchar las palabras de Ferguson, McAllister dijo: "El gran cara roja, tan amable como siempre en la derrota". De lo que no se percató el jugador del Leeds fue que todavía seguía conectado al directo de la televisión y Ferguson podía oírle. Después de eso, el mítico entrenador escocés estuvo cerca de 20 años sin mirarle.

Pero todo cambió cuando Denise, la mujer de McAllister, falleció en 2006. Ferguson contactó directamente con el exjugador para ofrecerle sus condolencias. "Esa es la clase de Ferguson. Cuando competíamos era mi enemigo, pero con el cáncer de mi mujer, en ese momento trágico, el primero en llamarme fue él", reconoció el propio McAllister.