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ESPANYOL

Keidi Bare: "Mis padres tenían en mente que yo fuera futbolista"

El mediocentro albanés del Espanyol explica sus momentos más íntimos en el Twitch del club perico. "He hecho muchas locuras", comentó el 'vikingo' perico.

Actualizado a
Ferran con Bare.
PAU BARRENA

La imagen de Keidi Bare celebrando el ascenso del Espanyol el curso pasado dio la vuelta al mundo. "He hecho muchas locuras", confesó el albanés en el Twitch del club perico. "Pondría ese momento como ejemplo (se subió a una repisa a 20 metros de altura sin sujeciones). No era consciente, me salió así, para mí era algo normal y corriente", dijo, con la misma naturalidad con la que explica su infancia y cómo su familia apostó porque ese niño que no paraba de jugar a fútbol en las calles de Albania fuera un jugador de fútbol profesional.

Así lo explicó Bare, quien debió protagonizar varias peripecias para alcanzar su sueño: "En la mente de mi familia estaba que yo llegara a ser profesional... Al inicio fue un juego, pero mi familia me metió en la cabeza que debía ser de élite. Trabajé muy duro, y hay que seguir", valoró Bare, quien desde que llegó al Espanyol se ha ganado el corazón de la afición por su manera de jugar. "Es un club especial, estoy orgulloso de cómo se siente todo aqui", dijo. "Somos soldados de Keidi Bare", le repitieron dos aficionados. "Me gusta, sí, lo he escuchado mucho", añade el mediocentro.

Desde que compartiera vestuario con su ídolo Fernando Torres en el Atlético de Madrid ("fue un sueño, fue decir, 'lo he conseguido') hasta que ahora pasea por el Passeig de Gràcia de Barcelona, su lugar favorito, Keidi tiene claro que el fútbol "da pocas alegrías, pero cuando te da una te llena para toda la vida". Esa manera de sentir, esa pulsión de supevivencia es la que luego traslada al terreno de juego. De ahí su sintonía con los aficionados como se demostró en el derbi cuando fue ovacionado al ser sustituido: "Se me pusieron los pelos de punta, lo recordaré toda mi vida. La afición me da mucho cariño. Mi familia no se lo creía, no pudo ni sacar el móvil para grabar el momento", subrayó.

Poco amante de los videojuegos, aficionado al pádel ("soy muy malo"), Bare se refugia en los paseos por el centro de Barcelona y en las series para pasar el tiempo libre. Su preferida, cómo no, 'Vikingos'. Se siente como se juega. "Hay muchos futbolistas con talento que se cayeron por no trabajar”, repite Bare más de una vez, un leitmotiv que utiliza en un vestuario que es "como una familia" y que cuenta con el espíritu del albanés de 24 años, a quien le queda mucho camino por recorrer y por cumplir el cometido que le encargó su familia.