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LEGANÉS

Distancia máxima, respeto máximo

Los siete puntos que el Leganés mantiene con el descenso es su máxima distancia con la zona peligrosa en todo el curso. Pero manda la prudencia.

Distancia máxima, respeto máximo
JUAN AGUADODIARIO AS

El triunfo del Leganés el pasado viernes ante el Real Zaragoza (2-1) permitió a los pepineros abrir una brecha de ocho puntos provisionales con respecto a los puestos de descenso reducida a siete puntos, tras el empate del Fuenlabrada en Eibar y el empate in extremis del Lugo ante el Amorebieta, el equipo que marca la zona de descenso y próximo rival blanquiazul (lunes 21 de febrero, 21:00 en Lezama). Es, de toda la temporada, el mayor espacio con respecto a la zona de peligro. Distancia de optimismo que, sin embargo, se acoge con el máximo respeto en Butarque. Sus habitantes prefieren alimentar la prudencia y huir de cualquier euforia. Manda un discurso conservador anclado al objetivo de salvar la categoría cuanto antes.

Lo demostró Mehdi Nafti. Acabado el duelo ante el Real Zaragoza, el entrenador franco-tunecino tenía motivos de sobra para elevar un verbo optimista. Podría haber sacado pecho de la segunda victoria consecutiva que lograban los suyos de locales (no lo había hecho el Leganés en todo el curso), de haber encadenado el tercer partido consecutivo sin perder, de haber encajado sólo un gol en esos tres mismos partidos o de haber movido la pizarra al descanso para cambiarle la cara al encuentro. Pero no lo hizo.

En cambio, Nafti prefirió tirar de una prudencia extrema. “Es una liberación de sólo 24 horas, pero Amorebieta [siguiente rival blanquiazul] será un infierno. Es de esos equipos que me gusta. (…) Y luego Girona, y después Mirandés… va a ser un sufrimiento constante estos tres meses”, vaticinó sin dejarse arrastrar por la alegría, en caliente, de un triunfo clave.

La huella del 4-0 en Burgos

Sucede que en el resto de estamentos del Leganés el discurso es parecido. El de una prudencia extrema que huye de cualquier brote verde que invite a pensar en esa palabra ahora tabú, pero a principio de curso objetivo de la entidad: el play-off de ascenso. Porque si al Lega se le pusieran de cara los próximos resultados, podría ilusionarse con la gesta de luchar por su presencia en la zona alta.

Sucede que algo parecido sucedió con el buen final de 2021. Entonces emergieron voces dentro del vestuario que invitaban a creer en gestas mayores. La consecuencia fue un arranque de 2022 nefasto y, como guinda, la hecatombe de Burgos. El 4-0 cosechado en El Plantío ha vacunado de euforias a los pepineros y les ha invitado a cambios sustanciales. Desde darle mucha más importancia a la defensa (rozando incluso el catenaccio si es necesario), hasta huir de mensajes altivos para centrarse sólo en el esfuerzo del día a día bajo la perspectiva urgente de atar la categoría.

Es por ello que, pese a que ahora el Leganés goza de una distancia notable con los puestos de descenso, el discurso sea prudente hasta el extremo. Una senda, la de la cautela, que ha funcionado en los últimos partidos desde el tropiezo en Burgos y que en Leganés piensan mantener hasta que se logre la permenancia o la clasificación dicte lo contrario. Mientras tanto, aunque la distancia sea máxima, mandará también un respeto máximo.